miércoles, 24 de septiembre de 2014

Trascendencias

Roberto González Echevarría eminente profesor y crítico literario cubanoamericano de la universidad de Yale publica libro con una editorial provincial en Cuba (Capiro, de Santa Clara) con una humildad digna de imitarse. Recibe Premio Nacional de la Crítica por dicho libro y no cabe otra cosa que felicitarlo incluso cuando se trate de un premio menor entre otros galardones más vistosos que ha recibido el crítico. En cambio su declaración de que la decisión del jurado “revela que hay gente que se da cuenta de que mi trabajo trasciende la política” sorprende –por ingenua- precisamente en alguien cuya profesión se basa en la lectura e interpretación de textos. Cualquiera sabe que en un país que ha definido una y otra vez su política cultural por lo que esté “dentro de la Revolución” no puede existir nada capaz de trascender la política.


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Por otro lado el escritor español Javier Marías se cree bastante menos trascendente. En estos días afirmó una vez más que no estaría dispuesto a recibir el premio Cervantes. “Cuando rechacé el Premio nacional de Narrativa ya dije que no aceptaría ningún galardón, ni invitación del Gobierno. ¿Quién paga el Cervantes? Pues ya tiene su respuesta"

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Discrepo Enrique y lo hago profundamente. Estoy dispuesto a cambiar de opinión si me convences (claro que no tienes que hacerlo, es tu blog y escribes tus opiniones libremente), pero esa apología a la "humildad" y a la "inocencia", sobre todo tratandose del "eminente profesor" me parece simplista, por decir algo amable. Y la paradoja está precisamente en tu post.
¿Por qué y en haras de qué perdió la oportunidad de rechazar ese premio viniendo de donde viene? ¿Cómo es que -por ejemplo-Rafael Alcides tuvo la decencia y la dignidad de renunciar a la UNEAC? Ya sé que va a sonar tremendista y dramático pero ahí va: De poder leer lo que escribiste, en estos momentos Lezama, Arenas, y tantos otros se estarian retorciendo en sus tumbas.
Por ahora te pregunto: ¿Estarias dispuesto a aceptar y agradecer digamos el Premio Utilidad de la Virtud de la Sociedad Cultural José Martí? ¿Esa 'cosa' tan ridícula con la que premiaron a PPO? En estas ocasiones son las que doy gracias a Dios por haber sido en Cuba un simple burócrata del area económica en el ICL.

Realpolitik dijo...

No creo que Carpentier tenga gran problema con esto, donde sea que se encuentre, aunque supongo que considere al trascendente tipo un poco comemierda.

Realpolitik dijo...

La Revolución se puede ver como una suerte de kitsch maligno que lo tuerce y lo embarra todo, especialmente los que sobresalen de alguna forma dentro del sistema. Por supuesto, el sistema no permite que nadie sobresalga ni llegue a mucho sin embarrarse, lo cual es una vieja táctica de la Mafia.

Enrisco dijo...

No se trata de una competencia de purezas. es un tiempo delicado en que los que reparten premios o envian artistas a Miami (o los censuran segun convenga) y exigen firmas y declaraciones darian cualquier cosa por vernos pelearnos por su ultima "iniciativa". NO nos pasamos la vida exigiendo que dejen que a los de "aca" los difundan "alla"? Perfecto, no hay que pelearse porque ahora lo hagan o premien a la gente de "afuera". Eso es una cosa y otra muy distinta es hacernos creer que las reglas han cambiado porque para que una regla lo sea debe cambiar para todos y para siempre. Lo otro es privilegio.

cubasno dijo...

La ética nunca ha sido el fuerte de RGE, ni tampoco la estética, como pueden atestiguar muuuuuuuchos de sus ex alumnos y alumnas en Yale. Y colegas, ex colegas, conocidos, parientes... el tipo es un vómito con patas, que ha hecho méritos más que suficientes para que le den premiecitos manigüeros en cubistán. Se podría escribir un tratado de sicopatología mierdera con los casos de todos los vejetes que han vuelto al redil castrense con el fláccido rabo entre las patas, los Gutiérrez Menoyos, Desnoes, ahora RGE, y otro de mierdería sicopatológica con los músicos, los Kelvises, los Raúles Pazes, Davides Torrenses, y ahora Descemer "Bailando" Bueno. El síndrome Cabeza de Ratón, o de rata en este caso.

Nausea dijo...

Si lo que dice el comentarista de 1:20 en Diario de Cuba es cierto, no hay absolutamente más nada que decir, y creo bastante probable que sea cierto.

Enrisco dijo...

Nausea: si lo dices por este documento (http://www.latinamericanstudies.org/dialogue/Dialogo-firmantes.pdf) es cierto que ahi esta la plana mayor del castrismo de ultramar en la actualidad pero tambien gente que luego ha mantenido una actitud muy digna hasta el dia de hoy. No hay que convertir a la gente en rehen de su pasado, ese chantaje que tiene la marca del castrismo como buen sistema de extorsion. El documento (acordando liberacion de los presos, posibilidades de viajes etc) no es precisamente infame. Infame fue el nivel de compromiso que se generó a partir de ahí en muchos de ellos, el modo en que cerraron los ojos a los crimenes bastante conocidos del regimen y contribuyeron a mejorar su imagen cuando no otras complicidades mas oscuras.

Nausea dijo...

Luce bastante claro, por no decir transparente, que RGE no es ni remotamente trascendente con respecto al castrismo, y que presuma de serlo me luce muy, pero MUY falso. Aparte de eso, hasta la mera apariencia de baboseo con el sistema imperante en Cuba es una falta de decoro, y por lo tanto reprochable, por no decir despreciable. Y por cierto, no me convencen argumentos que se basen en una supuesta equivalencia moral entre el castrismo y sus enemigos, pues tal equivalencia no existe.

Anónimo dijo...

Yo fui el del primer comentario no acuso a RGE de su pasado Enrique, lo acuso de su presente, como dije antes, y coincido con cubasno en casi todo. La verdad es que por ejemplo si invitaran a Gloria Estefan, a Willy Chrino (a Meme Solís no, porque tuvo la dignidad de rechazar la oferta) no irian. Debe ser que desde Miami algunos vemos las cosas de otra forma. A mi me preocupa un poco que muchas veces se desaten las pasiones a "reacción"por cosas que son de talla menor: el 'juguito', los 'perfumitos', 'los cantanticos que van y vienen muy orondos'. Yo hablo a nombre mio, no pertenezco a ninguna organizacion del exilio ni de la disidencia, aunque sea anticomunista, lo que me ha traido problemas incluso familiares. En el caso de los buenafésinos ni estuve afuera gritando ni adentro babeandome, todo un espectaculo que me da pena ajena. Entiendo que una cosa es 'que los difundan'y otra diferente es que siendo personas públicas vayan, acepten prebendas, etc. Si eso me hace extremista o intolerante, bienvenidos sean los cartelitos. A veces me apasiono y entonces gente se confunde, porque una cosa es la pasión y otra el fanatismo.

Realpolitik dijo...

Viviendo José Martí exiliado en New York, se presentó allí de bailarina una española, Carolina Otero, que luego llegaría a ser la famosa cortesana conocida como “La Bella Otero.” Al principio Martí rechazó ir a verla porque para entrar al teatro había que pasar por debajo de una bandera española. Luego quitaron la bandera y Martí fue al espectáculo, sobre el cual escribió un bellísimo poema llamado “La Bailarina Española.” Su segunda estrofa se refiere al problema:

Han hecho bien en quitar
El banderón de la acera;
Porque si está la bandera,
No sé, yo no puedo entrar.

Eso se llama decoro, y esa historia me viene a la mente con frecuencia, lamentablemente demasiada. Los dejo con otra estrofa del mismo poema:

Ya llega la bailarina:
Soberbia y pálida llega;
¿Cómo dicen que es gallega?
Pues dicen mal: es divina.

Anónimo dijo...

Muy bien y algo agrego, aunque no es necesario. Lo que ha dicho RGE es una tontería que ningún escritor serio -y los críticos literarios o son escritores o no son nada-, se rebajaría a decir. Por mucho que haya insistido la modernidad, la literatura jamás ha trascendido la política. Ni puede hacerlo pues no puede pretender la universalidad que reclama la religión -por haber sido dada-, o la política -por la propia naturaleza del hombre. La literatura ocupa algún lugar en el orden de las cosas pero su condición es siempre la política: sin ciudades no hay literatura. Los escritores han cuestionado cuando han podido y criticado casi siempre entre líneas cuando los han dejado, aunque la mayoría de las veces han callado o aceptado con entusiasmo o con reservas los dioses de la ciudad. A veces los escritores han hecho el papel del tonto para poder decir ciertas cosas y salvarse del mazo, pero en el caso de RGE falta el bate que explique la necedad dicha y la aceptación demasiado satisfecha del premio. ¿No estará tratando ahora de purificar la imagen de Barnet, que le facilitó el premio, como antes trató sin mucha suerte con el francés Carpentier y el intragable Sarduy?