Si hay algo que me gusta de esta nueva generación es que poco a poco van cambiando el vocabulario heredado por otro que los acerca más a sí mismos y con ello a su idea derechos que creen consustanciales a su condición humana. Como debe ser. Como aquí El Sexto al describir -y en eso es muy puntilloso- su secuestro. Como si ilegalizara las acciones de un régimen con solo recurrir a la palabra que mejor se ajusta a una arbitrariedad convertida en costumbre.
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