domingo, 30 de noviembre de 2008

Entrevista a Paquito D'Rivera (Ahora completa. No se pierdan la respuesta final)

Big Paquito
Cualquier pretexto es bueno para entrevistar a Paquito D’Rivera, uno de los músicos cubanos más exitosos y respetados en todo el mundo, el mismo que aparece en cualquier enciclopedia del jazz como figura clave en el desarrollo del saxo en el jazz en las últimas cuatro décadas, una leyenda que tiene la cortesía de no creérselo demasiado. El pretexto en este caso lo ha sido la coincidencia de encontrar viejas grabaciones y filmaciones de la Orquesta Cubana de Música Moderna con la noticia de que el propio Paquito D’Rivera dirigirá un concierto el 5 y 6 de diciembre en el Jazz at Lincoln Center (frente a Columbus Circle en la 59 y la 8va avenida en Nueva York) con piezas de los más importantes compositores para big bands cubanas como Ernesto Duarte pasando por Ernesto Grenet, “Chico” O’Farrill, Pucho Escalante, Mario Bauzá y Armando Romeu (este último fundador y director de la mencionada Orquesta Cubana de Música Moderna). Una oportunidad única de asomarnos a una zona tan brillante como poco frecuentada de la historia musical cubana.

1- En tu libro Mi vida saxual declarabas que no tenías idea de por qué, después de la férrea censura que había sufrido el jazz en Cuba a mediados de la década de los sesenta, de repente las autoridades culturales cubanas habían aprobado la creación de la Orquesta Cubana de Música Moderna dedicada expresamente a cultivar ese género. Han pasado varios años de la publicación de ese libro. ¿Tienes ahora una idea más clara de qué fue lo que motivó la aprobación de ese proyecto, de quién y cómo convenció a las autoridades de la necesidad de crear esa orquesta?

––No tener “la más mínima idea” de por qué el cambio de opinión de las autoridades cubanas en cuanto a la música poco antes llamada “extranjerizante” fue una forma más bien sarcástica de expresarme en aquella ocasión. En aquel momento nos visitaban constantemente miembros de los Black Panthers y otras (des) organizaciones afroamericanas, que no entendían los ataques contra el Jazz. La clarísima razón del gobierno no era otra que desmentir ante la opinión mundial la conocida represión que existía (y existe) en contra de cualquier manifestación artística y particularmente musical proveniente del extranjero, y especialmente del “Norte Revuelto y Brutal”. La prueba de esto es que un par de años mas tarde, el Consejo Nacional de Cultura le retiró todo el apoyo inicial a la orquesta, que empezó entonces a acompañar cantantes de poca monta y a grabar discos comerciales en la EGREM. De ese descontento y con un deseo específico de montarse en un avión de ruta internacional surge el grupo Irakere. Lo demás es historia.
2- En el mismo libro reconoces que para ti tu inclusión en el personal de la orquesta tuvo un impacto inmediato por demás favorable: te permitió que te dieran la baja del Servicio Militar Obligatorio y poderte dedicar de lleno a hacer música. A largo plazo, visto desde la perspectiva actual ¿Qué significó para ti y para los músicos de tu generación haber participado en ese proyecto?

La verdad es que la OCMM fue un viejo sueño hecho realidad, tanto para los mas jóvenes (yo tenía 17 años entonces) como para los veteranos como Leonardo Timor, Barreto, Pucho y Luis Escalante. Aunque los “termino medio con papitas fritas”, como Chucho y el Gordo Carlos Emilio fueron los más inspiradores para todos los demás. Estábamos como niños con juguetes nuevos. El único que no estaba muy entusiasmado era Chucho, a quien nunca le gustó el formato del Big Band, y hablaba siempre de regresar al Teatro Musical, de donde habíamos salido.
3- ¿Puedes referirme alguna anécdota que de alguna manera resuma el impacto de la Orquesta Cubana de Música Moderna en aquellos días?

“Pastilla de Menta” (One a Mint Julep)––que fue escrita muchos años antes por Rudy Toombs––, llegó a Cuba en una grabación de Ray Charles del año 1961. Armando Romeu la transcribió del disco (en eso era un bravo…¡tenía un oído privilegiado!), y desde la primera vez que la tocamos en el estreno de la orquesta en Guane, se convirtió en un palo comercial inmediato, hasta hoy recordado por los de aquellas generaciones. Algo sin precedentes tratándose de música puramente instrumental.
4- Armando Romeu fue una figura importantísima en el panorama musical cubano de los cincuenta y los sesenta: fue director nada menos que de la orquesta de Tropicana y luego de la Orquesta Cubana de Música Moderna. Sin embargo la información que se puede encontrar sobre él es escasa y sus descargas -de las que fue uno de sus pioneros- hasta donde sé nunca fueron recogidas en grabaciones. Hay excepciones, por supuesto, y sin ir más lejos tu disco Tropicana Nights es un homenaje a Armando Romeu. ¿Qué me puedes decir de ese músico y su importancia para la música cubana en general y para ti en particular?

Todos aprendimos muchísimo de Armando Romeo, que fue un hombre muy tímido y más bien pesimista. Él mismo nunca se dio el valor que tenía; tanto así, que hoy mucha gente quiere creer que fue Bebo Valdés el director de la orquesta de Tropicana; cosa que el mismísimo Bebo -lógicamente– niega.
El término “descarga” se puede prestar a confusiones en el caso de Armando Romeu, pues él verdaderamente no era parte de aquel movimiento “Descarguil”, más asociado a nombres como Generoso, Peruchín, Cachao o el propio Bebo. Yo diría que Armando, aunque también escribiera aquel famoso “Mambo a la Kenton” para la orquesta de Pérez Prado, siempre se mantuvo más cercano a la orilla más Jazzística (americana) de la música.


5- Es que tengo testimonios de Armando Romeu descargando con un grupo de pequeño formato en el fondo de un bar de los que rodeaban el parque Trillo en el barrio habanero de Cayo Hueso...

––Eso puede ser cierto y me gustaría saber mas sobre esta parte obscura de la historia musical cubana, pero por lo visto no trascendió, y estoy seguro que deben haber sido descargas de Jazz, de musica americana. Nada que ver con las clásicas “Descargas Cubanas” que conocemos, y que fueron grabadas en aquel famoso disco (que para mí no es gran cosa) titulado “Cuban Jam Session”, donde si te fijas, Armando no aparece por ninguna parte. No era su “agua”. Por otra parte, no sé en qué año exactamente, pero el dejó de tocar pronto el saxofón tenor y la flauta, y se dedicó a dirigir y escribir para [el cabaret] Tropicana. Yo, por ejemplo, que fui su alumno muy allegado, jamás lo vi con un saxofón en la mano, ni he escuchado una sola grabación de Armando Romeu como ejecutante.
[Al llamar a Armando Romeu (hijo) me confirma lo dicho por Paquito: ya para los años cincuentas Armando Romeu (padre) no tocaba el saxo ni participaba en descargas. También me aclaró que él si participó en descargas por la zona a la que hago referencia pero eso ocurrió a partir de 1960.]

6- En el mano a mano entre Enrique Pla y Guillermo Barreto que aparece en youtube este último en medio de su improvisación cita la conga de "Los Dandys" pero fuera de detalles de ese tipo parece existir una voluntad expresa de sonar lo más "americano" posible algo que contrasta con la fusión entre la música cubana y el jazz en décadas anteriores y posteriores. ¿Cómo se veía en esos días entre ustedes los músicos la idea de desarrollar un jazz cubano? ¿Cómo se reflejó en el repertorio y el quehacer de la orquesta? ¿Lo cubano se veía como un "atraso" en esa ansiedad reprimida de modernidad a la americana que marca esa década en Cuba?

- En cuanto a lo del Jazz Cubano, el más visionario de todos nosotros en aquella época fue sin duda alguna Chucho Valdés. El si vió claramente, desde siempre, la fusión entre el Jazz y la música religiosa Afro-Cubana en un contexto contemporáneo. Su monumental “Misa Negra”, que estrenamos en el festival Jazz-Jamboree de Varsovia en 1970, fue la obra seminal que marcó este cambio hacia la modernidad en esto que hoy llaman “Latin Jazz”. La mayoría de los demás jóvenes tratábamos, ––como tú bien dices–– de sonar lo más americano posible; y algunos, como Enrique Plá y Emiliano Salvador lo lográbamos muy bien. Quizás era, conciente o inconcientemente, una forma de irle a la contra a la dirigencia. “Yo descubrí a Cuba a orillas del Sena”, dijo Lydia Cabrera cuando le dio el gorrión en la Ciudad Luz; yo la descubrí a orillas del Hudson, y Chucho no salió jamás de ella, residencial y musicalmente.
7- Tu disco Tropicana Nights es un homenaje expreso a músicos como Romeu o Ernesto Duarte pero creo que también lo es al formato de la jazz band cubana y su época de oro en los años cincuentas. ¿Se puede ver el concierto que preparas en estos días en Jazz at Lincoln Center con música de estos y otros compositores como parte de ese mismo gesto? ¿Qué fue lo que te movió a organizar este concierto?

––El “Yasban”, (léase Jazz Band)–– que es como se la llama en Cuba al Big Band––, es nuestra respuesta musical al Béisbol, ambos con americanísimas actas de nacimiento, pero que se adaptaron perfectamente a la cultura Nacional, como lo hizo el Danzón en Mexico; tanto que muchos mexicanos han llegado a (o querido) creer que nuestro baile Nacional nació allí. Y efectivamente, este concierto es un canto al “Yasban” cubano y a los ilustres musicos que han contribuido a su desarrollo, desde Moisés Simons, Ernesto Lecuona y Ernesto Duarte pasando por Ernesto Grenet, “Chico” O’Farrill, Pucho Escalante, Mario Bauzá, Armando Romeu y hasta Leo Brouwer.
8- En todas las reconstrucciones de la historia cubana (y no sólo la musical) lo común es encontrar a los testigos cediendo a la tentación de atribuirse un papel mucho más importante que el que le correspondió. Tú no sólo lo evitas sino que te esfuerzas en darle todo el crédito incluso a aquellos con quienes no tienes relaciones especialmente buenas. La pregunta es ésta: ¿cómo lo consigues?

–El ego bien controlado y dosificado es lo que mantiene el espíritu de avance y progreso en los seres humanos, pero cuando ese ego se descontrola, los resultados son fatales y contraproducentes.
Uno de los hombres más útiles y sabios de todos los tiempos ha sido sin duda el profesor Shinichi Suzuki; violinista, educador y creador del revolucionario y sorprendente método que lleva su nombre y que desarrolla exitosamente las aptitudes musicales e intelectuales de cualquier niño, casi desde la cuna. Uno mismo tiene que educarse y comprender los beneficios que emanan de la grandeza de otros - enseña el profesor Suzuki-, pues solamente si podemos digerir este concepto, seremos capaces de disfrutar y aprovechar plenamente el estar cerca de personas valiosas. Nunca pierda su humildad, pues la vanidad empaña el poder de percibir la verdad y la grandeza, que poco tienen que ver con dinero, fama o riquezas materiales.
Yo por mi parte creo realmente que el ego es, (como los taxistas, los políticos y los directores de orquesta), un mal necesario, que es preciso aprender a controlarlo con dosis periódicas de humildad, respeto mutuo y discreción. De otra forma se pierde objetividad y se corre además el riesgo de convertirse uno en un pesao' absoluto (no relativo). Como aquel sapingo que pidió nada menos que tratamiento estelar y “cerrar el Show” ¡en el funeral de Mario Bauzá!...
Casos análogos abundan en nuestra profesión, pero bueno, con estos bueyes hay que arar.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Felicidades

Quería por supuesto desearles a todos un feliz Día de Acción de Gracias. Abajo una ilustración de Garrincha.

Extraño en el Parque Central


Ayer paseaba por una esquina del Central Park (la de la Quinta avenida y la calle 60) y me encontré con una estatua de Nuestra Señora de las Camisetas (a.k.a. Che Guevara). Leo que lo piensan dejar ahí hasta el primero de mayo del 2009. Como si la estatua en sí no fuera lo suficientemente elocuente tiene inscripciones en cada una de sus bases: al frente “www.elchevive.org”, en el costado izquierdo “Viva la Re- evolución” y en el derecho "Seamos Realistas. Exijamos lo imposible. Che Guevara". No discutiré aquí la errónea atribución de la frase aunque sí apuntar que ese sistema nos permitiría achacarle frases más acordes con los principios del personaje como “Hay que desmayar al que se pase de rosca”. Esta escultura es una invitación a una interacción plástica con la obra. Ya yo hice la mía pero no pude documentarla. La próxima vez será.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Entrevista

Esta entrevista me la han enviado de Cuba. Aunque nunca he oído hablar del personaje me parece curioso todo lo que cuenta. ¿Alguien sabe algo de este escritor?

EL HOMBRE QUE VINO DEL CALOR.

Por Vilma Vidal

Luis Criado Villareal (Aguacate, 1930) contaba hasta hace muy poco con escasos, escasísimos lectores, sólo que se trataban de algunos de los más importantes escritores e intelectuales de Estados Unidos, América Latina y Europa. Albert Camus, Günter Grass, Julio Cortázar, Terry Kitchen, Italo Calvino, Emil Ciorán, Kurt Vonnegut, Juan Carlos Onetti, o Carlos Fuentes han compartido su admiración hacia la obra de Luis Criado al tiempo de disfrutar su amistad. Finalmente la voluntaria oscuridad en que ha vivido el escritor buena parte de su vida, empieza a disolverse para que su obra entre en contacto con un público mayoritario aunque a Criado la inminencia de la fama no le acaba de convencer. En Cuba, su país natal, donde ha vivido ininterrumpidamente los últimos 35 años su obra ha permanecido escrupulosamente inédita. Aún así, no para de crecer entre las más jóvenes generaciones de escritores de la isla que continuamente visitan su apartada y bucólica residencia a 45 minutos de la Habana. Hasta allí fui recomendada por un amigo común justo antes de que Criado partiera hacia Europa para recibir homenajes y firmar importantes contratos editoriales. Oculta el orgullo que mantiene por su obra tras una humildad aplastante que incluía su insistencia en no abandonarse al tuteo durante toda la conversación pese a que pudiera ser descansadamente mi abuelo.
P - Su caso es bien extraño. Aún sin haber sido publicado dentro de su país, usted se ha convertido en un verdadero mito literario, sobre todo, para los escritores más jóvenes, muchos de los cuales lo consideran su principal referencia. Los escasos ejemplares de obras suyas que circulan en Cuba valen su precio en oro e incluso circulan copias mecanografiadas de sus Cuentos Coreanos, sus Aforismos desde el abismo mismo y de su novela Dios es azul. ¿Cómo se explica ese fenómeno?
R -No sé de qué me habla. Aunque el propio hecho de que me haga esta entrevista me hace pensar en que eso del mito es cierto porque no veo otro modo de explicarlo. Sé que mis libros circulan por ahí y lo de las copias manuscritas me imagino por dónde venga. Si sólo fuese por el hecho de no haber sido publicados en el país mi caso sería tan sencillo de explicar como el por qué leen a Kundera, a Arenas, a Cabrera Infante que tienen un reconocimiento internacional muy sólido, aunque es una lástima que para mucha gente Arenas no sea más que el autor de Antes que anochezca. Mi caso es distinto porque ni tengo ese reconocimiento ni participo del glamour que da la distancia pero al menos estoy a mano. En los últimos tiempos, a cada rato me vienen a ver muchachos que no conozco, todos ellos escritores, según dicen. Yo trato de ser atento con ellos, hablamos bastante, los invito a comer... pero eso sí: nunca les permito que me dejen copias de sus manuscritos pues no tengo tiempo para leerlos. Además, las copias que me traen generalmente son infames y a mi edad hay que cuidarse la vista. Sospecho que la razón de eso está en la necesidad de modelos literarios y sobre todo vitales, alguien al que reverenciar, y supongo que mi condición de ermitaño de las letras me haya conferido cierta aureola de misterio y los haga imaginarme mejor de lo que soy. Cuando la gente te desconoce intenta rellenar ese desconocimiento como mejor puede y en mi caso al parecer les ha dado por el lado positivo. Aunque esta explicación que te doy ni a mí me convence. En el fondo sigo sin saber por qué la han cogido conmigo. Debo darles algo que necesitan pero no me acabo de enterar qué es. A lo mejor es el dulce de coco (se ríe). Si esta entrevista significa que van a venir más a menudo, eso me va a obligar a llevar a cabo una vieja idea que tengo en mente.
P-¿Cuál?
R-Ir a vivir a casa de mi hija.
P-¿Cómo comenzó a escribir?
R-Supongo que como todo el mundo. Algún poemilla a una muchacha o incluso algún poema patriótico de los que luego nadie quiere acordarse. Pero lo primero que escribí más o menos en serio fue por pura envidia, o mejor, por arrogancia. Un muchacho del instituto al que todos teníamos por un perfecto idiota, un buen día nos anunció que iba a participar en un concurso de cuentos de la revista Carteles. Esa noche escribí mi cuento y al día siguiente fui para la revista. Por supuesto que ni se me ocurrió echarlo al correo, sino que lo llevé personalmente para que pudiesen admirar a aquella joven promesa de la literatura cubana. Como era previsible, en una revista de esa importancia a nadie le importaba quién yo era ni quién podría llegar a ser. De todas aquél cuentecillo trajo su cola, porque Ortega, un emigrado español que trabajaba en Carteles...
P-¿Ortega? ¿El mismo que fue una especie de tutor literario de Cabrera Infante?
R-El mismo. Pues por supuesto que no gané el premio, pero Ortega me mandó a buscar y me dijo algo a lo que se acostumbraba en aquella época; que “tenía madera” y recuerdo que me sentí una especie de Pinocho, pero ese señor era en realidad una gente magnífica y me pidió colaboraciones pero yo siempre fui bastante vago para escribir, pero él insistía. Cuando se enteré que iba a la guerra de Corea me intentó disuadir para que no fuera pero al comprender que estaba totalmente decidido me pidió entonces que intentara mandarle reportajes desde allá.
P-¿Qué fue lo que lo decidió a incorporarse a la guerra de Corea? Porque tengo entendido que no fueron muchos cubanos.
R-En realidad no es que estuviera loco por empezar a matar comunistas. Si hubiera sido por eso igual te lo decía. Lo cierto es que yo tenía unas ganas tremendas por ver mundo y no sé por qué quería empezar por Japón. En aquél momento de ese país se sabía muy poco, había una especie de mito recurrente. Cuando empezaron a captar voluntarios para la guerra entonces pensé que podría hacer lo mismo que había hecho Eduardo Abela, el pintor y caricaturista. Es que Abela es primo mío, por parte de los Villareal. Pues él para irse a Europa se enroló en la guerra de Marruecos y luego desertó en Canarias y como Japón estaba en el camino, o al menos era mi idea, pensé que me quedaría allí sin muchas dificultades. La historia es larga pero el hecho es que no pude desertar y tuve que seguir viaje a Corea. En Corea estuve unos meses en el frente hasta que caí prisionero. Allí en prisión fue donde produje quizás mi obra más trascendente.
P-¿Los Cuentos Coreanos?
R-¡Ni loco! En todo el tiempo de prisión no creo haber visto nada que se pareciera a un papel. Cualquier cosa que hiciera allí tenía que ser necesariamente oral. El caso es que un colombiano, preso también, y yo, nos dimos cuenta que los coreanos no se sabían ningún chiste en el que Kim I1 Sung estuviese involucrado. ¡Ni siquiera los presos políticos! Entonces entre el colombiano y yo empezamos a adaptar chistes que había en aquella época sobre Stalin. De todas formas llegamos a inventar un par de ellos bastante originales aunque no estoy muy orgulloso de ello. Una vez leí en Life que a un coreano lo cogieron contando uno de esos cuentos y lo fusilaron. Me he intentado consolar pensando que quizás fue una exageración del periodista pero te confieso que por mucho tiempo eso me ha hecho sentir bastante mal.
P-¿Y qué tal las prisiones coreanas?
R-¿Qué te voy a decir? Bueno, en realidad, sobre todo al principio lo pasábamos muy mal aunque cuando queríamos consolarnos nada más teníamos que mirar para los presos coreanos y sentirnos privilegiados. Los últimos meses, cuando ya era inminente que nos liberaran, intentaron mejorar las cosas pero no creo que tuviesen idea de lo que era comer decentemente, por ejemplo. Pero lo peor era cuando querían ser didácticos. Entonces insistían en tratarte como a un niño chiquito, lo que a veces resultaba conmovedor, otras simplemente ridícula, pero generalmente bastante insoportable. Nos sacaban a Pyongyang por ejemplo, y nos mostraban las destrucciones de los bombardeos. Eso lo hicieron unas cuantas veces hasta que me di cuenta que mostrarnos conmovidos y apenados no era suficiente y decidí subir la parada. Así que a la vez siguiente me puse a dar gritos desconsolados y a moquear sobre las solapas de los oficiales que nos conducían y al fin logré que no nos sacaran más a enternecernos.
Luego Criado me habla de su salida de la cárceles coreanas hacia los Estados Unidos y sus experiencias allí, sus contactos con los expresionistas abstractos, su intensa colaboración con publicaciones neoyorquinas y su labor como corresponsal en Europa.
R-Más que todo pienso que fue en Nueva York donde hice dos grandes descubrimientos que tenían poco o nada que ver el uno con el otro. Uno fue la música cubana. Allá en Cuba no escuchaba música, a pesar de que en la casa había un tocadiscos, un aparato que fíjese si debió ser bueno que yo lo echaba a andar cuando niño y en vez de poner la aguja montaba un perrito. En la época que llegué a Nueva York empecé a frecuentar el Palladium, buena farádula que se reunía en aquél lugar. Allí conocí a Mario Bauzá, a Tito Puente cuando tocaba con los Picadilly Boys, a Machito. Allí entendí que aquello era como una especie de matrimonio bien llevado entre la música cubana y el jazz americano, todos esos negros eran estrellas. Gracias a esos mismos músicos conocí a Dizzy Gillespie. Yo me volvía loco con su trompeta, era algo fenomenal. Sobre toda esa gente escribí artículos o les realicé entrevistas, por ahí deben estar...
P-Hablaba de dos descubrimientos...
R-El otro descubrimiento que hice en Nueva York fue el expresionismo abstracto. La pintura después de la guerra, la mundial no la mía, vivía el auge de la abstracción (...) Tuve algo más que entusiasmo con el expresionismo, ¡quién no lo tenía en esos años! Además que conocí personalmente a muchos de ellos. Con esa corriente pasó lo que nunca nadie se imaginó que pudiera ocurrir con la vanguardia : Jackson Pollock con cuarenta años era llamado “viejo maestro” y todo el mundo opinaba y discutía sobre el más grande pintor vivo de los Estados Unidos (...). Una cosa así sólo puede suceder en Estados Unidos con tanto dinero moviéndose alrededor de esos cuadros y hacía posible que la gente se entusiasmara tanto por un arte que hasta los críticos en un principio se atrevían a aceptar que no comprendían. La apoteosis ( ...). Por fin el centro de la vanguardia se ubicaba del otro lado del Atlántico. Un crítico francés que se preguntaba que por qué sucedía esto, decía que París debía despertarse no como la Bella Durmiente en espera de un príncipe azul, sino de una buena patada en el culo.
P-¿Y qué impresión le causó Jackson Pollock?
R-Cuando lo conocí, ya tenía grandes problemas con el alcohol. Intentó curarse un par de veces con unos jungianos, ¡qué ocurrencia! Por supuesto, siguió bebiendo hasta el día que se incrustó el timón de su automóvil. De todas maneras fue un buen intento, la Historia del Arte agradece mucho ese tipo de conflictos. Bebimos juntos muchas veces y un par de ellas logré arrastrarlo al Palladium. Ël era un tipo abierto a esas experiencias. Además, su pintura le debía mucho a los indios norteamericanos, así que no puso muchos reparos en ir a escuchar a los músicos cubanos. Fue un gran artista y como casi todos los artistas grandes, humanamente un desastre. Por otro lado, Arshile Gorky y yo teníamos en común en ser emigrantes. Arshile ha sido el único armenio que he tratado en mi vida, me gustaba mucho su acento. A él le encantaba que le contara sobre mi experiencia en Corea. Casi siempre andaba con su amigo Adolf Gottlieb, formaban un buen equipo. Por cierto, cuando el terremoto de Armenia me enteré que el cantante Charles Aznavour era de por allá, ¿quién se lo iba a imaginar? Tanto Arshile como yo nos adaptamos bastante bien a vivir en Norteamérica que él llamaba la “máquina de salchichas”, una frase muy europea. Gracias a mí, Gorky entendió bastante el beisbol. Cuando murió ya era todo un experto. Yo simpatizaba con los Yankees de New York, pero lo suyo era puro esnobismo. Le atraía mucho pero nunca terminó de ver un partido completo porque no podía entender que pudieran durar más de 3 horas y media. Ese fue el Rothko que conocí, del pintor no sabría qué decirle. Quizás lo que más me gustaba de su pintura era que también sabía pintar figuras, eso hacía más atractivos a los expresionistas, tenían para jugar en las dos bandas, aunque muchos lo dudaran. Una vez Arshile me hizo un retrato a lápiz y le gustó tanto que decidió quedarse con él. De veras me parecía.
Luis Criado me explica cómo en el Viejo Continente en su condición de corresponsal se relacionó con algunos de los protagonistas de la cultura europea de la época. “Sentía especial debilidad por los inmigrantes latinoamericanos o centroeuropeos. En aquél tiempo entre el dinero que recibía como veterano de guerra y mi sueldo de corresponsal tenía bastante para gastar y nunca me medía si se trataba de pasarla bien”. A eso atribuye tantas y tan buenas amistades como si quisiera espantar la posibilidad de que ellas se debieran a su atrayente personalidad. “Cuando regresé a Cuba en 1961 dejé muchos amigos, sobre todo en París, Roma y Madrid y lo cierto es que no hemos dejado de mantenernos en contacto”. Porque ni siquiera luego de más de tres décadas sin salir de Cuba el vínculo con sus amigos -necesariamente epistolar- creció y ha sido responsable directo de su tardío boom.
P-¿No siente necesidad de que aunque sea ahora se reconozca su valor literario?
R-Mire, todos lo valores son relativos y si son literarios pues más. Si ese reconocimiento de que me habla significase por ejemplo, que algunas mujeres se interesasen en mí, tampoco me interesaría. Hasta ahora me la he arreglado bastante bien sin eso.
P-Se insiste bastante en sus dotes de conquistador.
R-Tampoco he querido decir eso. Sólo que nunca me he casado y eso me ha proporcionado libertad para ser conquistado más que para conquistar. Y volviendo a lo del reconocimiento. Tengo varios amigos escritores en España que me han hablado de postularme para el premio Cervantes pero lo he tomado como una broma más que nos gastamos entre nosotros. Imagínate si con lo de Dulce María Loynaz se armó ese revuelo qué pasaría si saliera elegido este servidor.
P-Pero en los últimos tiempos ha obtenido varios premios e incluso se ha hablado de conferirle el Honoris Causa por la Universidad Autónoma de Madrid.
R-Ya le he dicho que tengo muy buenos amigos que me quieren mucho e incluso hasta leen lo que escribo.
P -Piensa entonces que todo ha sido cuestión de tener buenos amigos.
R-Prefiero pensar así. A estas alturas cualquier otra conclusión no haría más que complicarme la vida. No le voy a negar que lo que escribo tiene para mí determinado valor. Si no, no lo hubiera hecho. Si además ocurre que otras personas le dan cierta importancia eso ya se me escapa aunque no niego que agradezco que me lo hagan saber. Pero sucede que aunque uno se haya dedicado media vida de modo vergonzante a hacer cosas para que lo elogien, créame que cuando esos elogios llegan no sé muy bien qué hacer con ellos. Por eso prefiero pensar en términos de amistad que de admiración. Siempre he pensado que la admiración no es sino un modo de que no te entiendan.
P-Quizás diga eso porque entre sus amistades se cuentan algunos de los escritores más importantes de su tiempo.
R-Puede ser... pero también piense que buena parte de los libros que he escrito los he hecho exclusivamente como un regalo a la gente que me mencionas y otras más. Y digo regalo no de una forma metafórica sino muy concreta. Los he escrito justamente para luego mandarles los manuscritos cuando me he aburrido de escribir cartas en las que, por otro lado, tenía muy poco que contarles. Luego, supongo que como muestra de agradecimiento, en muchos casos los han publicado en pequeñas ediciones pagadas de su bolsillo lo que agradezco, aunque no sé si me crean que mi intención no es convertir a mis amigos en agentes literarios. Esa es una cosa con la que a veces bromeo y digo: “mis agentes literarios son tal y cual”. Incluso tienen el detalle de enviarme dinero en virtud de supuestos derechos de autor en los que lógicamente no creo porque sé que los libros los reparten entre sus amigos.
P-¿Eso fue lo que sucedió con los Aforismos?
R-No exactamente. Escribí esos aforismos para joder un poco a Emil (Ciorán) por su éxito en los últimos tiempos. Lo agradeció con ese modo cabrón que tenía de agradecer las cosas, pero fue en realidad un amigo suyo quien se encargó de traducirlos y publicarlos. Lo único que hizo Emil fue escribir un prólogo cortico que fue lo que le dio al libro la repercusión que tuvo en Francia. Después vinieron las reediciones y las críticas favorables. Por eso no te extrañe que considere mi “éxito” literario como una cuestión de amistad.
P-¿Y qué hay de la próxima edición de Cuentos Coreanos, Dios es azul y los Aforismos desde el abismo mismo en Tusquets? ¿Amistad?
R-Supongo que alguien le ha hecho creer a los de la editorial que podían ganar dinero conmigo pero te aseguro que yo no he tenido nada que ver con eso. Algo no ha funcionado en mi perseverante defensa del anonimato. Me seducía la idea de pertenecer al mismo gremio de los autores de la Biblia y Las Mil y Una Noches y eso no estaba nada mal. ¿No le parece ?

lunes, 24 de noviembre de 2008

Miami


Para mí viajar a Miami es regresar a la patria. Una patria de sheet rock y una sola planta y con una concepción del urbanismo cercana a la del dios que edificó el desierto de Gobi pero bastante más tolerable que ese museo en ruinas que es la otra patria, la original. En Miami no tendré que tropezarme con falsas negras libertas vestidas por el historiador de la ciudad o con carteles exaltando las bondades de la miseria. Con eso me basta. En mi experiencia los miameses son cálidos y generosos, (al menos si uno les garantiza que va a usar el pasaje de regreso) con un desinterés que no he encontrado en ninguna otra parte exceptuando algunos rincones de Oriente al margen casi hasta de la Historia. Los miameses han sido más generosos conmigo que lo que yo suelo serlo con la ciudad en que viven. (Sólo la protejo ante extraños, cuando intentan perdonarme por no ser “un cubano de Miami”: entonces la defiendo como si hubiera nacido en Hialeah y educado en el Miami Dade College, convencido de que no puedo despreciar la ciudad sin rebajarme en algo.) No creo en el mito de que Miami cambia a la gente, que la vuelve egoísta y frívola. Más bien pienso que el egoísmo y la frivolidad se pueden apreciar mejor una vez que la gente se despoja de la gruesa costra de la miseria y de los disimulos de cultura ministerial. En Miami se verifica un curioso experimento: ese que intenta resolver el problema de cómo sería la cubanidad sin miseria, conceptos que en la isla habíamos llegado a asumir como sinónimos. El resultado del experimento no es muy halagador, es cierto, pero no debe sorprendernos teniendo en cuanta la materia empleada.
En Miami me he encontrado gente buena más o menos en la misma proporción que en Cuba con la diferencia de que lucen bastante más felices y satisfechos con sus vidas. Cierto que me golpea ese ambiente de denso provincianismo cuando nada más llegar me entero sin preguntarlo de los pormenores biográficos de todos sus pobladores más o menos notables, los conozca o no: tal parecería que se trata de conjurar la distancia física con la promiscuidad de las almas. O cuando de repente me doy cuenta de que me hallo en medio del fuego cruzado de rencillas personales que usan la ciudad como campo de batalla. O cuando se apela a la condición de paisanos como disculpa a la chapucería o la cerrazón del imperio de la telenovela y la carne de puerco. Pero está también el otro Miami, el de gente buena que prospera entre uno que otro resbalón de la suerte; el de los que vuelven a soñar en medio de preocupaciones inevitablemente mundanas; el de quienes abren un taller de escultura en medio de la nada o echan a andar editoriales de poesía que hace unos años además de inexistentes eran impensables; el de una gastronomía que en Cuba es mera añoranza, del buen café en cada esquina y los patios; el de gente con un sentido del humor que rebasa los chistes aprendidos en cuarto grado; el de las complicidades súbitas y las mezquindades trasparentes por ser tan familiares. El Miami donde aterrizó el último premio Alfaguara y que posee –a pesar de sus defectos- el periódico más decente en español de todo el país. Y sobre todo el de los amigos que crecen en número e intensidad con cada visita. No se trata de reunir razones para instalarme en ese exilio o patria a medias que es Miami porque la propia ciudad me confirma que los motivos por los que dejé Cuba son mucho más profundos que los meramente políticos. Apenas menciono las razones justas para regresar allí cada vez que pueda.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Moderación

Abro de nuevo los comentarios para no esclavizarme a su moderación. Nada que no sea reversible. Concibo este blog como una fiesta en casa con puertas abiertas a propios y a extraños y la única condición de que se comporten con un mínimo de decencia. ¿Es demasiado pedir? Este es mi blog, no la sociedad civil cubana así que al que no quiera aceptar esa condición mínima lo excluiré sin remordimientos. Compararme con Fidel Castro es un argumento típicamente castrista. Los castristas asumen que su líder puede disponer de Cuba con mucha más libertad que yo de mi blog queriendo desconocer que este blog es mío mientras que aquél país es nuestro. Pueden desgañitarse llamándome censor, dictador, tirano (si se fijan no he borrado ninguno de esos comentarios) pero cuantas veces tenga que volver a borrar o moderar comentarios volveré a hacerlo.

¿Miedo? [ampliado]

El regreso, como alguien intuyó, ha sido duro. Siempre es igual. Falto un día a clases y me cuesta una semana ponerme al día con todo el trabajo atrasado. Si encima se le añade que he recibido la visita de amigos y parientes de Miami ya se imaginarán cómo ando de tiempo. Quería hablar en extenso de la feria pero es obvio que no tendré tiempo. Pero hay algo que no quería dejar de comentar: la sensación de que buena parte de los escritores (y los lectores) cubanos están convencidos de que una literatura nacional (o local) es un altar bien pequeñito donde sólo cabe un santo por categoría: mejor narrador, mejor poeta, mejor ensayista. El Otro no es colega. El Otro es la amenaza. Quizás la imagen del altar no sea la mejor. Quizás una imagen más precisa sea la antigua libreta de productos industriales: calzoncillo o pañuelo; básico, no básico y dirigido; lo que sí parece imposible es aceptar a más de uno por cupón. Nuestra pobreza al parecer definitiva nos impide poder disfrutar a este y al mismo tiempo a aquél. Si se felicita a un escritor el elogio no puede quedarse en puro elogio porque no es completo si no incluye el ataque a la competencia. “Qué bien escribes, qué refrescante y simpático, mucho mejor que ese que se considera muy profundo y trascendente y tan aburrido que lo están usando en las clínicas de Miami como cura contra el insomnio”. Y yo me pregunto ¿por qué tanto miedo?
Lo de menos es esa furiosa cruzada de egos. Lo preocupante es sorprender en esa furia el temor de que la cultura que tanto se exalta en realidad no tiene espacio suficiente sino para un puñado de elegidos: básico no básico y dirigido, una idea bastante miserable de la cultura. Y los esfuerzos por imponerle un tono, una matriz invariable hecha a nuestra imagen y semejanza. Es Cintio Vitier excluyendo a Piñera de un canon poético diseñado para exaltar a Martí y a Lezama. Es o Martí o Casal; o Villaverde o Meza; o Carpentier o Cabrera Infante. Es la idea minúscula y municipal de la cultura. Es no entender que no hay nichos esperando por nadie, que cada cual se va abriendo su espacio y con ello, aunque no sea su intención, ampliando esa cultura a la que pertenecemos con orgullo o resignación.

lunes, 17 de noviembre de 2008

De regreso

Regreso (o lo que queda de mí) de Miami con la impresion de que la ciudad está exclusivamente habitada por poetas, blogueros y pinareños cuando no por quienes consiguen simultanear las dos o tres funciones. Gente linda y acogedora con la que pasé ratos memorables y que me evitaron quedar a merced del transporte público de la ciudad. Cinco días repletos de encuentros con viejos conocidos, descubrimientos de nuevas complicidades. El sábado, por ejemplo, cené dos veces con una hora de diferencia con tal de satisfacer sendas invitaciones para terminar la noche escuchando pasajes maravillosos de una novela de Gumersindo Pacheco de su propia voz. A continuación un acuse de recibo de libros que me regalaron y el consiguiente agradecimiento público:
-Juan Carlos Valls, “La ventana doméstica”, Editorial Iduna.
-Augusto Lemus, “Tropismos”, Ediciones EntreRíos.
Ena Columbié, “Ripios”, Ediciones EntreRíos.
-Carlos E. Cenzano, “Papeles de Santiago”, Ediciones EntreRíos.
-Gustavo González Romero, “Los Herederos”, Ediciones EntreRíos.
-Germán Guerra, “Libro de silencio”, Ediciones EntreRíos.
-Armando de Armas, “La tabla”, Editorial Hispano Cubana.
-Pica Pica, Números 1 y 2.
Los dejo con un fragmento de la presentación de un libro mío (“Elogio de la levedad”) y otro Rafael Rojas (“Motivos de Anteo”) publicados por la Editorial Colibrí obtenido gracias a la magnífica cobertura que Ernesto González hizo en vivo desde su blog:



H/T: www.penultimosdias.com

martes, 11 de noviembre de 2008

Presentaciones [rectificamos]

Hay un error de las fechas que di anteriormente de mis presentaciones en la Feria Internacional del Libro de Miami. Allí presentaré dos libros en dos actividades distintas PERO EL MISMO DÍA (DOMINGO 16) en salones contiguos:
El domingo 16 de noviembre a las 2:00 pm:
“Elogio de la levedad: Mitos nacionales cubanos y sus reescrituras literarias en el siglo XX” (Editorial Colibrí). En la mesa tambien estara Rafael Rojas presentando "Motivos de Anteo" publicado por la misma editorial.
Lugar: Salón 3313-14 del Miami Dade College, Wolfson Campus, 300 NE Second Ave., Miami.

El domingo, 16 de noviembre, a las 3.30pm.,
“¿Qué pensarán de nosotros en Japón?” (Editorial Algaida) en el espacio "Tinta Fresca".

Salón 3315 del Miami Dade College, Wolfson Campus, 300 NE Second Ave., Miami.

Como saben “¿Qué pensarán de nosotros en Japón?” es un libro de cuentos que ganó este año el V Premio de relatos “Cortes de Cádiz” Mientras que "Elogio de la levedad" es un estudio sobre la literatura cubana en el siglo XX insistiendo en una tradición “leve” de reinterpretar los mitos cubanos sobre Martí y la Revolución.

Martha Strada

Quiero darle una sorpresa a un amigo, hijo de Martha Strada, la diva rebelde de los sesentas de quien Reinaldo Arenas entre otros hablara con admiración: este, el único video que he podido encontrar de la cantante.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Con un día de retraso

Ayer, ocupado en los festejos de mi cumpleaños no tuve tiempo de recordar aquí el día –hace 19 años en que los alemanes decidieron celebrar mi nacimiento derribando el muro de Berlín. Abajo un video sobre el famoso muro. (Para muchos cubanos esas imágenes de la construcción y estragos del muro en la vida de los alemanes son inéditas y al mismo tiempo terriblemente familiares).

Disolución


Este fragmento de una noticia sobre el huracán Paloma suena alentador:
"Será otro duro golpe para la economía pero tenemos que aceptarlo e inmediatamente reponernos", dijo el número dos de Cuba, José Ramón Machado, al recorrer las zonas afectadas por Paloma en el oriente de Cuba, poco antes de disolverse el domingo.
Sospecho sin embargo que quien se disolvió el domingo no fue Machado Ventura (o el domingo) sino el huracán. Y la verdad es que sería una lástima.
H/T: www.penultimosdias.com

Presentaciones

Esta semana viajo a Miami. La razón principal es presentar mis dos últimos libros en la Feria Internacional del Libro que empezó ayer. Allí presentaré dos libros en dos actividades distintas dado el muy diferente carácter de ambos títulos:
El domingo 16 a las 2:00 pm:
“Elogio de la levedad: Mitos nacionales cubanos y sus reescrituras literarias en el siglo XX” (Editorial Colibrí).
Lugar: Salón 3313-14 del Miami Dade College, Wolfson Campus, 300 NE Second Ave., Miami.

El domingo, 16 de noviembre, a las 3.30pm.,
“¿Qué pensarán de nosotros en Japón?” (Editorial Algaida)

Salón 3315 del Miami Dade College, Wolfson Campus, 300 NE Second Ave., Miami.

Como saben “¿Qué pensarán de nosotros en Japón?” es un libro de cuentos que ganó este año el V Premio de relatos “Cortes de Cádiz” Mientras que "Elogio de la levedad" es un estudio sobre la literatura cubana en el siglo XX insistiendo en una tradición “leve” de reinterpretar los mitos cubanos sobre Martí y la Revolución. Sobre esto mismo acabo de escribir una larga respuesta a un lector de este blog que quizas les sirva para entender mejor las intenciones de "Elogio de la levedad":

El libro Omar, no pretende destruir mitos. Los esfuerzos de los ilustrados por desmontar ciertos mitos demostraron que estos, si realmente lo son (aunque eso es algo discutible en los mitos que abordo), tienen entre sus características básicas el ser indestructibles. El propósito de mi libro es bastante más modesto. Intento por una parte historiar el modo en que surgieron y fueron derivando en dogma. Por otra, trato de recrear lo que he llamado una tradición “leve” en la literatura y la cultura cubana respecto a estos mitos, una tradición que intenta escapar de la gravedad de los dogmas. El dogma no sólo ha empobrecido estos mitos reduciendo su significado a un modo muy estrecho de entender lo nacional dirigido exclusivamente a justificar y legitimar un gobierno concreto como destino -inevitable y lo que es peor: insuperable- del devenir de la historia cubana. Estamos de acuerdo en una cosa (lo que no está mal para empezar) y es que cualquier concepción de lo nacional debe tener un sentido práctico, funcional y debe tener entre sus objetivos la reconciliación y el compromiso entre los factores que conforman la nación. El problema es que esa concepción dogmática es, en teoría y práctica, ferozmente excluyente. Cuando Vitier dice que la acción revolucionaria “es la sustancia y motor […] en el reino de las transposiciones líricas o proféticas, de nuestra mejor poesía” no sólo miente sino traza en lo poético una línea para justificar la exclusión de buena parte de nuestra poesía al identificar lo mejor con lo revolucionario. Prieto por su parte identifica a la Revolución como la instancia máxima de sentido de lo nacional legitimando de igual manera un proyecto excluyente y reescribiendo la famosa frase castrista “dentro de la revolución todo, contra la revolución nada” de forma todavía más temible: “con la Revolución todo, fuera de la Revolución nada”. ¿Qué hay en ello de “reconciliación y compromiso”? Por mi parte no soy partidario del borrón y cuenta nueva, la tábula rasa por lo empobrecedor que resultaría. De ahí que en el libro recupere para la tradición leve del mito revolucionario a figuras tan comprometidas con el castrismo como Alejo Carpentier o Miguel Barnet.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Cuento de dos ciudades

A La Habana de Cabrera Infante se la suele acusar de ignorancia sobre la otra Habana estrictamente contemporánea: la de los bombazos y los atentados contra los personeros (¡qué palabreja!) de Batista. Se puede aducir que Cabrera Infante no ignoraba, que trataba de vengarse de lo que esa Habana épica le había hecho a la otra, la hedonista. Solemos aceptar ese anacronismo irremediable entre las dos Habanas y los intentos fallidos de Severo Sarduy en “Gestos” o del propio Infante con su guión de “La ciudad perdida” no parecen sino confirmarlo. La sordera de los revolucionarios –porque no se puede ser un verdadero revolucionario sin subordinar los sentidos a a causa, o sea, sin mutilarlos- conspiraría con la inconsciencia de los hedonistas para que esos mundos nunca se interceptaran. Intrigado le pregunté a un viejo amigo ex miembro del Directorio Revolucionario y poeta él mismo. Y me habló de una Habana en la que los dos mundos se confundían, de conspiradores ocultándose desfachatadamente en clubes nocturnos: no cuesta trabajo imaginar perseguidores y perseguidos tropezándose frente a una victrola. Me contó de un bar de mala muerte en los alrededores del parque Trillo. De estar tomándose una cerveza o un respiro entre persecusiones y ver de pronto que la puerta del fondo se entreabría y una mano le hacía gestos de que se acercara. Que entonces era conducido a través del patio del bar hasta un galpón donde se oficiaba una descarga. Música clandestina y trasnochadora hecha por el simple placer de inventarse algo nuevo luego de ganarse el jornal tocando los ritmos de moda. El eterno conspirador se ve así frente a una conspiración más profunda y atrevida. Con los años una Habana estrangularía a la otra y mi amigo pasaría un par de décadas en la cárcel por varios delitos imaginarios y uno cierto: no ser lo suficientemente sordo. Pero la Habana que dieron por muerta ha ido resucitando a su manera en la memoria de Cabrera Infante, en bares de Miami o Madrid o en la lenta vuelta a su antiguo reino en los alrededores de una bahía, sobreviviéndose, sabiéndose vigilada, haciendo turbias concesiones, sin atreverse a sospechar que su regreso va siendo posible gracias a la lenta derrota de la otra Habana, la sorda.

viernes, 7 de noviembre de 2008

… y otra más

Más o menos de la misma época del video anterior es la legendaria Orquesta Cubana de Música Moderna, una especie de refugio de los jazzistas cubanos en los sesentas. Por ella pasaron Chucho Valdes, Arturo Sandoval, Paquito D’Rivera, Cachaito Lopez, Juan Pablo Torres, Enrique Pla, Guillermo Barretto, El Guajiro Mirabal. Los dejo con esta pieza que incluye un duelo de percusión entre Guillermo Barreto, ya un veterano de los jam sessions de los cincuentas con Cachao o el Niño Rivera y Enrique Pla, futuro bateria de Irakere.

Una maravilla

Una descarga (“Gandinga mondongo y sandunga”) con Frank Emilio Flynn, Tata Güines, Guillermo Barreto, Papito Hernández, Gustavo Tamayo. Al final aparecen Lacho Rivero y su Grupo de Percusión. Luego sigo con otras joyitas.

Habla el profeta


"En Estados Unidos existe un profundo racismo, y la mente de millones de blancos no se reconcilia con la idea de que una persona negra con la esposa y los niños ocupen la Casa Blanca, que se llama así: Blanca."
Fidel Castro Ruz
Octubre 11 de 2008, 6 y 15 p.m.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Elogio de la levedad


Recibí esta semana un par de ejemplares de mi último libro “Elogio de la levedad: Mitos nacionales cubanos y sus reescrituras literarias en el siglo XX” que acaba de publicar la Editorial Colibrí. El libro (que presentaré en al Feria del Libro de Miami la próxima semana) es una versión ampliada de mi tesis de doctorado y como su título indica trata de construir una tradición de versiones leves del mito revolucionario y el martiano en Cuba. Estudio en este libro obras de autores bastante conocidos como Lezama, Virgilio Piñera, Mañach, Cabrera Infante, Arenas, Carpentier o Novás Calvo y de otros menos conocidos pero muy importantes en su momento como lo fue Jesús Castellanos. Y junto a eso también incluyo el análisis de canciones populares, obras plásticas y hasta libros escolares. Con “Elogio de la levedad” trato de buscar una especie de contrapeso, de alternativa, al patetismo dogmático al que se han querido reducir esos mitos cubanos. Los dejo con un adelanto. El fragmento del libro “La casa del alibi” en el que abordo el intento de Cintio Vitier de convertir un poema perdido y reencontrado de Lezama en una profecía del asalto al cuartel Moncada.

La casa del alibi
En un ensayo incluído en su libro Para llegar a Orígenes, Cintio Vitier nos relata la que fue para él un estremecedora epifanía. El domingo 8 de diciembre de 1985 le “fue dado encontrar, o recibir, como la más inesperada y deseada de las epístolas, un poema desconocido de Lezama, escrito treinta y dos años atrás.”(Vitier.1994.35) El poema, titulado “La casa del alibi” databa de 1953, año del centenario de Martí y, no estará de más recordarlo, del ataque que encabezara Fidel Castro contra la segunda fortaleza del país, el cuartel Moncada. La imagen central del poema, la misma que le da título, había aparecido ese año en el breve texto “Secularidad de José Martí” que Lezama había incluído en el número dedicado a honrar a Martí en el centenario de su nacimiento. En este texto Lezama nos explica –y quizás aquí forcemos un poco el significado de “explicar”- que el alibi es el estado místico “donde la imaginación puede engendrar el sucedido y cada hecho se transfigura en el espejo de sus enigmas”.(Lezama.1981.197)
Ahora, con el poema recién descubierto en la mano, Vitier pasa a desempeñar funciones de hermeneuta de un modo bastante elemental. No lee el poema como tal sino como profecía. La presencia de Martí en el poema aludiría a un “suceso inminente y desconocido”. Cada frase tiene –según Vitier- su equivalente inequívoco en la historia cubana. “El período que se inicia con la frustración de la república martiana es interpretado por Lezama en este poema como una marcha por el desierto, semejante a la que evoca el libro del Éxodo en el Antiguo testamento (libro básico para la hoy llamada Teología de la Liberación).”(Vitier.1994.49) Luego acumula una sucesión de preguntas para las que tiene como respuesta la revelación que finalmente le atribuirá al poema. “¿Por qué sentía que la casa del alibi, la casa de la realización de lo imposible, estaba ‘recién sacudida y recién nacida’?”. “¿Por qué para Martí, ‘la última casa del alibi’, nuestra única esperanza, “está en la séptima luna de las mareas’?”(Ibid.52) Y entonces remata: “¿No es esa la luna correspondiente al mes de julio?”.
La asociación de la séptima luna con el mes de julio es la pieza básica de la interpretación de Vitier: el poema es una profecía del ataque al cuartel Moncada y el consecuente advenimiento de la Revolución que haría realidad la anhelada república martiana. A partir de ahí todas las imágenes del poema se convierten en visiones “nostradámicas”. Las “varillas cayendo como granos de arroz” son una metáfora “de un carnaval o de una balacera” (el ataque al Moncada se produjo en plena época de carnavales). No conocer con exactitud la fecha del poema no le quita el sentido oracular. “Si este poema se escribió antes del asalto al cuartel Moncada, resulta de una videncia casi increíble; si se escribió después, cuando el ímpetu revolucionario parecía haber fracasado una vez más, constituye igualmente, en la región de los símbolos, un testimonio profético” (Ibid.54)
Lo que me interesaría no es determinar la mayor o menor precisión de la interpretación de los versos de Lezama por Vitier, sino a la naturaleza de esta exégesis. Para aclararla valdría la pena averiguar qué necesidad tendría Vitier de exprimir esta rocambolesca profecía del poema de Lezama. Como una y otra vez lo confirman sus textos Vitier es un místico con más fe que inspiración que ha dirigido su compulsiva idolatría hacia Dios, Lezama, Martí y la Revolución. Vitier es justamente el centro de este culto múltiple y quien trata de imprimir un sentido único a sustancias tan dispares. Vitier fue testigo del desencanto de Lezama hacia la Revolución y de la paralela marginación con que el régimen sometió al poeta. Vitier presenció y hasta sufrió en carne propia los conflictos entre los religiosos y el poder revolucionario como sufrió el menosprecio durante años por sus contribuciones al estudio de Martí. Vitier conoció de cerca la heterodoxa religiosidad de Lezama y posiblemente le hayan parecido insuficientes sus muestras de devoción por Martí, reducidas, en las páginas de Orígenes, a apenas a una cuartilla cuando ya la efemérides del centenario la hacía inexcusable.
De ahí el deslumbramiento que le produjo el poema. De ahí que se refiera a este como “la más inesperada y deseada de las epístolas”. Otros textos de Lezama como “El 26 de julio: imagen y posibilidad” o “Ernesto Guevara, comandante nuestro” han sido enarbolados innumerables veces, incluso por Vitier, para demostrar el compromiso de Lezama con la Revolución pero la fecha y lugar de publicación no hace difícil colgarles el estigma de responder a algún encargo. De cualquier forma, por alguna razón resultaban insuficientes para cumplir las funciones que al parecer el poema cumple con largueza. Siendo un poema previo a la Revolución y que había permanecido inédito hasta después de la muerte de Lezama, no se le podían achacar a su autor intenciones de congraciarse con el poder. Precisamente ese estatus inédito parecía garantizarle ser la expresión de las más íntimas visiones, más que convicciones, de Lezama. Las imágenes herméticas del poema más que las alusiones directas de los artículos mencionados crean algo más que una simpatía o alineación política: Lezama es mucho más que uno de aquellos “compañeros de viaje” de que hablaba Lenin: es todo un profeta de la Revolución.
Convertir este texto en profecía le resuelve demasiados problemas a Vitier para resistirse a ello. La profecía le daría un sentido único a la trinidad particular de Vitier (que como los tres mosqueteros son en realidad cuatro). Poco importa cuales han sido las relaciones entre sí de los cuatro ídolos de Vitier si todos responden a un plan único que desborda a Martí, a Lezama y a la Revolución y los unifica en torno a la voluntad divina. Pese al ateísmo rabioso de la Revolución, Dios es según Vitier, su principio y su fin, pues Dios y la Revolución, pese a sus diferencias diríamos que tácticas, responden al mismo plan trascendente y eterno. De ese plan Martí y Lezama serían sus más fieles intérpretes y profetas. Cumpliendo esa función de profeta Lezama, pese a sus resabios poéticos, pese a su tan citada frase de que “un país frustrado en lo esencial político, puede alcanzar virtudes y expresiones por otros cotos de mayor realeza”, pese a su fe irreductible en la poesía se aproxima a Martí y prefigura el advenimiento de la encarnación de la poesía en la historia. Vitier, cita al Lezama que habla de la “marcha de la imaginación como historia, la imaginación encarnando en otra clase de actos y de hechos” para malentenderlo. A esa “otra clase de actos y de hechos”, los de la imaginación y la poesía no puede verlos sino como concreciones políticas que insisten en reclamar supuestas trascendencias. Llegados al punto en que Vitier asume que la acción revolucionaria “es la sustancia y motor […] en el reino de las transposiciones líricas o proféticas, de nuestra mejor poesía”(Vitier.1970.10) sólo entendiendo a Lezama como profeta, o sea, malentendiéndolo, puede incluso perdonársele no haber empuñado alguna vez una ametralladora.
La confianza en este plan trascendente servirá para superar cualquier contingencia que sugiera que este plan ha fracasado. Mientras más evidentes son las señales de este fracaso más necesarias se hacen para el discurso del poder arranques místicos como el de Vitier. Que estas conclusiones no quedan en el delirio personal de Vitier viene a confirmarlo el prólogo a la última edición de Lo cubano en la poesía, prólogo que lleva la firma del escritor y (el detalle no es irrelevante) ministro de cultura cubano Abel Prieto. Entre sus conclusiones, el ministro resalta que
Si de nuestra historia sólo nos dejan el cuento fragmentario y difuso, desprovisto de significación, […], el cubano de hoy queda otra vez a la interperie, ante la vida cotidiana plagada de carencias y dificultades enormes, ya sin explicación ni salida. Es en esa dimensión, entre la superficialidad y la carencia de finalidad, donde el pueblo de Cuba estaría indefenso ante la presencia renovada del “imposible”.(Prieto.20)

Y según afirma Vitier y repite Prieto los máximos responsables de ese relato son el pueblo por buscarle sentido a la historia, Martí “en cuanto a vocero fiel de ese pueblo” y la Revolución “en cuanto se empeña en cumplir el mandato del pueblo de Martí”.
La lectura que hace Vitier del poema de Lezama es una transposición del modo en que ha sido interpretada la obra y la vida martiana: una profecía con la que la nación debe trascender, o esquivar, su contingencia. Esa lectura profética pretende convertir al mito en base de una nueva religión que combine esencialismo nacionalista y el vocabulario ilustrado del marxismo. De cualquier forma la lectura de Martí como texto profético viola la neutralidad del mito al intentar darle un sentido específico forzándolo a servir exclusivamente al régimen político cubano. La reverencia que se le aparenta rendir es por supuesto engañosa. El discurso del poder aparenta sometérsele cuando en realidad lo está sometiendo a su propio discurso trascendentalista. La realidad ha vuelto a escapar al control de los que la administran. Martí vuelve a ser llamado al centro del discurso del poder, ya no como simple antecedente del presente como ocurrió en las primeras décadas de la Revolución. Martí vuelve a ser el depositario del secreto del camino que conduce a la utopía. Su mito sin embargo, y como veremos en el siguiente capítulo, parece tener vida propia, más allá de las coerciones que históricamente le han impuesto.

Nuevos avatares del profeta armado (hasta los dientes)

Descubro la existencia de un documental sobre la repercusión del Che en el mundo árabe. Lo más interesante de este minitrailer es el comentario en off del final de que “aunque causó polémica por mostrar testimonios que equiparan al Che con miembros de Hezbolá su directora considera que se trata más bien de un homenaje a todos los que digan no a la injusticia”. El Che, Hezbolá: ya nos podemos hacer una idea del concepto de justicia que tiene la directora. Pero me alegra que al fin alguien ubicara al Che –aunque sea con intenciones de exaltarlo- en el medio que le es más afín en el mundo contemporáneo: el del fundamentalismo islámico.

En una lejana isla

Así eran las portadas ayer por todo el mundo:



Mientras, en una lejana isla, ciertas noticias siempre han demostrado una terca incapacidad para aferrarse a la primera plana de los periódicos y se deslizan hacia su interior o simplemente desaparecen. Ya había ocurrido en el pasado con la llegada del hombre a la Luna, la muerte de Lennon y la caída del Muro de Berlín. Esta vez la elección de Obama corrió más suerte y quedó colgando en el borde inferior de la primera plana, como Indiana Jones de las raíces de los barrancos. Evidentemente en Cuba existe un sentido diferente de la noticia, de la historia, de la realidad.

Trauma

Por suerte siempre hay quienes que saben tomar distancia en me dio de la histeria y reírse del asunto. Como este informativo humorístico de The Onion (el periódico de humor más conocido del país con sede precisamente en Chicago) del trauma postelectoral de los fanáticos de Obama.


Obama Win Causes Obsessive Supporters To Realize How Empty Their Lives Are

O también se burlan de la incapacidad de los periodistas de hablar de otros temas: “Kobe Bryant Scores 25 In Holy Shit We Elected A Black President

H/T: Penultimosdias.com

Conversación en La Habana

-¿Viste lo del negro?
-¿Qué negro? ¿El que cogieron vendiendo quesos al doblar?
-No, el negro que eligieron presidente en el Yuma.
-¿Pero tú te crees esas cosas todavía?
-Lo dijeron hasta en el Granma.
-¿Un negro presidente en el norte revuelto y brutal? ¿Tú estás loco? Ese no es negro ná.
-No será color teléfono pero mulatico sí es.
-Ay muchacho ¡qué ingenuo tú eres! ¡qué poco tú conoces a los americanos! Ese es blanco y lo cambiaron de color para entretener al resto del mundo. Como Michael Jackson pero al revés.
-¡¿Sí?!
-Claro muchacho. ¿Qué no habrán inventado los americanos? Tu verás que ahorita se le empieza a caer la nariz. Como a Michael Jackson. A mí no me jode nadie.
-¿Y por qué no lo dicen aquí?
-¿Tas loco? ¿Pa buscarse un problema internacional? Tú sabes que aquí son muy cuidadosos con eso. Hablan de boca pa fuera pero en el fondo hay mucho respeto.
-Es verdad porque han dado la noticia pero después no han comentado más nada.
-No te digo. Un negro presidente en el Yuma ni loco. Lo matan antes. Como a Kennedy.
-¿Pero Kennedy no era blanco?
-¡Qué sé yo! Pal caso es lo mismo. A lo mejor descubrieron que tenía un negro en la familia. Pero los yumas no están locos para dejar que un negro los gobierne. Eso es una pantalla para engatuzar a la opinión mundial.
-Pero yo vi a la mujer y era un tizón.
-Yo también la vi pero no me lo tragué. ¿Tú no viste lo bien vestida que estaba? Allá en el Yuma a una negra así ni la dejan entrar en una tienda de esas de ropas caras. Yo por eso si por fin me voy algún día, que lo veo difícil, me voy pa Europa, que allá el euro sí está fuerte y los yumas de allá están locos por aprender salsa.
-Y yo que pensaba que hasta era una buena noticia pa nosotros porque entonces nos iban a llevar mejor pa dar el ejemplo.
-¿Nosotros? ¿Qué tú insinúas?
-Que te pongas pa tu número porque tu también…
-Ni se te ocurra porque aquí mismo descompadramos. Yo soy trigueña oscura así que si te pones a echarme pa’rriba tus desgracias aquí mismo se acaba la conversación.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Boris vuelve a la carga

Boris Larramendi integrante de Habana Abierta me avisa de la próxima salida de un disco en solitario del cual pueden escuchar tres números en su sitio de myspace: http://www.myspace.com/borislarramendi

Abajo la canción de Boris “Corazón desabrochado” del disco de Habana Abierta “24 horas”. Fue grabada en una actuación en vivo en el Kimbara Kumbara. El de la cámara parece tener el parkinson revuelto pero la canción vale la pena.

Frase

Esta es, sin dudas, la ganancia incuestionable de esta elección:

“Si todavía queda alguien por ahí que aún duda de que Estados Unidos es un lugar donde todo es posible, quien todavía se pregunta si el sueño de nuestros fundadores sigue vivo en nuestros tiempos, quien todavía cuestiona la fuerza de nuestra democracia, esta noche es su respuesta”
Barack Obama, 4 de noviembre, 2008

Primeras consecuencias



No es difícil imaginarse el corre corre que debe haber ahora mismo en las oficinas del Departamento de Orientación Revolucionaria (DOR) en La Habana. Ahora mismo se están rompiendo la cabeza para determinar cómo renovar su habitual descripción del racismo norteamericano. Deben hacer algunas modificaciones a la versión actual (“en Estados Unidos cazan a los negros con pastores alemanes y el cuatro de julio los asan en barbacoas”) de manera que se explique cómo a pesar de todo un negro ha sido elegido presidente. Lo primero es hacer énfasis en que Obama no es tan negro. Como nos recordó el Comandante ayer, en realidad Obama “es en parte de origen negro, y en él predominan el color oscuro y otros rasgos físicos de dicha raza”. O sea, que parece negro pero posiblemente sea rubio por dentro. Lo otro será explicar su llegada a la presidencia más o menos así: “Barack Obama ha demostrado una increíble velocidad de piernas al llegar a la presidencia norteamericana eludiendo los pastores alemanes y las barbacoas. Pero no nos engañemos: el Imperio sigue siendo tan malo como siempre”.


Otras consecuencias inmediatas de las elecciones:

1-Los comediantes negros tendrán que eliminar de sus repertorios la sección que habitualmente dedican a la imposibilidad de ser presidente negro en los Estados Unidos.
2-La sección de caricaturas políticas del Granma van a parecer el teatro Alhambra: el gallego contra el negrito.
3-Creación extraoficial del puesto de viceprimera dama que será concedido de inmediato a Oprah.
4-Crisis entre los caricaturistas norteamericanos: se debaten entre renunciar a hacer caricaturas de Obama para no ser catalogados de racistas o pedir espacio extra en sus respectivas secciones para poder incluir las orejas.
5-Lamentable desaparición de las pantallas de la más simpática de las candidatas a la vicepresidencia del país: Tina Fey.
6-Extinción de los correos electrónicos que exigen no votar por Obama porque se ha descubierto que es: 1.- musulmán; 2.- comunista; 3.- terrorista; 4.- amigo de Hugo Chávez; 5.- negro.
7-Dramático aumento de los correos que anuncian que se ha descubierto que el padre de Barack (Cundo) Obama es de Sagua la Grande o de Regla.

martes, 4 de noviembre de 2008

Elegido


No había que ser adivino pero el resultado de las elecciones es un hecho: a partir del próximo 20 de enero Barack Obama será el nuevo presidente de los Estados Unidos. Ya ha alcanzado más de los 270 votos electorales que necesitaba para proclamarse presidente cuando todavía falta una buena parte de los votos por contar. Ya McCain lo llamó para felicitarlo por su victoria. Será una victoria avasalladora, algo abrumador para el propio Obama dada las inmensas expectativas que representa. Me alegra por la democracia norteamericana que ha sabido arrinconar esta noche sus prejuicios junto a los peores vaticinios de sus enemigos. Sólo espero, por el bien de este país y de todos los que en él vivimos, que las reservas que ya he mencionado no sean confirmadas por la realidad que es al final lo que más importa.

(Y a título de recordatorio sobre las virtudes revolucionarias: mientras en Estados Unidos se ha transitado de la segregación racial a elegir un presidente negro en Cuba el mayor cambio ha sido pasar de un Castro a otro. Eso no es mpedimento para que el primero de los Castros (82) le llame "viejo" a McCain (72))

Y una elección

Es la segunda vez que voto en una elección presidencial y no acabo de acostumbrarme. Me da tanta alegría ejercer mi derecho al voto que todo lo demás me importa poco en el momento de votar, incluido el detalle de que quién saldrá al final presidente. Ya habrá tiempo de preocuparse. Sospecho que cualquiera que salga en esta o en cualquier elección nunca conseguirá entusiasmarme demasiado. Me entusiasma cuando gana mi equipo favorito en una competencia porque todo el sentido que tiene esa victoria de ellos es esa alegría momentánea y la ilusión perfectamente falsa de que algo se ha ganado. Lo político entra en el mundo de la realidad donde nada es definitivo y creernos que va a complacernos del todo es una ilusión más falsa y tonta que creer que hemos ganado el campeonato que jugaron tipos con los que nunca hemos hablado. Déjenme disfrutar de este ritual de ejercer mi voto con la despreocupación con que celebre aquél jonrón de Marquetti.(Ahí van las fotos de mi colegio electoral montado justo en el gimnasio de la escuela de mis hijos):


La entrada del colegio (electoral).


Una muestra de la influencia boricua en la traducción de frases del inglés.




Los pioneritos se los debo pero se se fijan detrás de las mesas están las viejitas de Comité de toda la vida.


La boleta electrónica. Y la gracia es que no hay que votar por todos. El asunto es elegir.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Una lección

Acababa de entrar a estudiar a la Universidad de Nueva York y necesitaba con urgencia una trabajo que engrosara en algo mi minúsculo estipendio. Una amiga me dijo que en el local de un sindicato de la ciudad necesitaban un profesor de español para trabajadores retirados. Fui a la entrevista con el saquito de mil batallas y el currículum en la mano. Mi entrevistador, un negro alto y voluminoso le echó una ojeada al currículum y comenzó con las preguntas. Cuando la entrevista parecía encaminada por el mejor camino de pronto tropezó con una palabra en el currículum que tenía en la mano. “¿Eres cubano?” me preguntó y apenas pude responderle ya empezaba a hablar maravillas del castrismo y de su líder. Entonces – sin detenerme a pensar en las consecuencias-incumplí con un punto básico en cualquier manual de instrucciones para entrevistas de trabajo: me puse a discutir de política con mi entrevistador. Menos insultos hubo de todo. Acabada la discusión me levanté y le extendí la mano a mi entrevistador para despedirme. Mientras la estrechaba me dijo: “Te esperamos la semana que viene”. Pensé que no había entendido bien pero el hombre insistió en que había obtenido el puesto y que esperaba que empezara la semana siguiente. Estaba preparado para todo menos para eso. Posiblemente sin quererlo el hombre me estaba dando una lección elemental de democracia: que la divergencia política no tiene por qué ser un valor para juzgar al otro y que en Norteamérica al menos incluso podía no ser un impedimento para otorgar un puesto. Lo otro que debí haber aprendido es a no repetir la experiencia pero reconozco que me cuesta trabajo hacer tantas cosas al mismo tiempo.

McCain en Saturday Night Live

Tina Fey (como Sarah Palin) y John McCain en Saturday Night Live. Hay que reconocer que al menos en sentido del humor aventaja a Obama:

domingo, 2 de noviembre de 2008

Cita

"Sólo queremos que el negro que está a punto de ser presidente de EE UU tenga suficiente estatura para los tiempos que al mundo le ha tocado vivir"
Hugo Chávez

Y aquí habla de telenovelas.

En defensa de los indecisos

El escritor norteamericano (residente en Londres) David Sedaris ha escrito recientemente que no entiende a los indecisos respecto a quién elegir en la votación que se nos avecina la próxima semana. Que es como dudar cuando la aeromoza nos pregunte qué preferimos: pollo o mierda con vidrio molido dentro. Queda claro cuál candidato estaría representado por el pollo y cuál por la mierda con vidrio molido sólo por el perfil de la publicación (New Yorker) y de sus lectores. Porque de aparecer el artículo en un periódico tan uniformemente conservador como lo es New Yorker para los liberales igualmente se entendería que la mierda con vidrio molido es la exacta representación del candidato contrario ante lo cual no habría ninguna duda de a quién habría que elegir. Iguales niveles de seguridad y de soberbia noto en estos días tanto en los votantes habitualmente demócratas como en los republicanos. Incluso en quienes ni siquiera residen en los Estados Unidos. A ambos lados del espectro predomina el mismo asombro ante los que dudan a quién elegir. Como si el voto estuviera más allá de cualquier discusión, como si con sólo desconfiar de las opciones que se presentan o sentirse inseguro sobre cuál es el candidato más apropiado rebajara a uno varios niveles en la escala animal y quedara más o menos entre el sapo y la gallina. En estos días se invierte la propuesta de Descartes: si piensas, no existes.
Estoy entre quienes no ven las opciones tan claras. Ayudaría por supuesto si viera en McCain un nuevo Bush (o algo peor) o a Obama como un mal disimulado Che Guevara pero no acabo de encontrar indicios suficientes que me permitan adquirir la seguridad de los otros, esos que de salir el candidato contrario a sus deseos amenazan con irse del país. Dichosos los que tengan algún lugar donde irse. Yo, que no tengo opción que quedarme acá, siento que debo elegir con cuidado no porque mi voto importe algo en el océano de boletas que se marcarán el próximo 4 de noviembre sino para sentirme más o menos responsable del rumbo que tome este país en los próximos 4 años, años que a casi todos se les antojan –no sin razón- decisivos. Y es difícil no confrontar a ambos candidatos con serias reservas si se anda buscando a uno que vaya a gobernar desde el centro, la única posición política que me parece sensata y eficaz.
En el caso de McCain: Palin, su edad, el peso del ala conservadora de su partido (que más que un ala son dos, con pechuga, muslo y contramuslo), su carácter irascible e impulsivo, Palin, su acercamiento en el último año a posiciones que tiempo atrás parecía detestar (su rechazo a la tortura frente a la oposición de todo su partido me pareció una buena muestra de su carácter y su integridad moral; en cambio su aprobación reciente del uso de una variante de tortura me pareció por las mismas razones, decepcionante), el aferrarse a viejos conceptos en política y economía que han demostrado una total inadecuación a los tiempos actuales y, decididamente, Palin.
El caso de Obama es bastante más complicado porque su escaso historial y el talante contenido y reservado que muestra en su campaña hacen muy difícil crearse una idea clara de quién es el candidato demócrata. Para mí lo más atendible en su caso sigue siendo el discurso que dio en la convención demócrata de hace cuatro años donde en medio del frenesí de la izquierda michaelmooreana llamó a ponerle fin a la polarización partidista que amenazaba (y amenaza) con dividir a este país en bandos irreconciliables. Desde entonces suele alejarse de esa declaración de principios para coquetear con los extremistas de su partido para luego regresar a ella cuando se trata de atraer los votos del centro. Su programa suena bien en lo básico aunque luego, al leer la letra pequeña, uno empiece a desconfiar de su viabilidad económica en un país en crisis y endeudado. Parece tener claro el orden de prioridades de los problemas que debe afrontar este país para salir adelante (1- energía, 2.- salud, 3.- educación) aunque el actual caos del sistema financiero lo debería hacer reconsiderar ese orden. El problema con Obama, (cuando tenemos que conformarnos con palabras que nunca ha tenido la oportunidad de transformar en actos) es que inevitablemente si queremos imaginarnos cómo sería su gobierno tendríamos que depender casi únicamente de la intuición a menos que nos dejemos arrastrar por el entusiasmo colectivo, una opción que llevo descartando desde los veinte años. No se me ocultan las ventajas automáticas que tendría elegir un presidente negro en los Estados Unidos derivadas exclusivamente del color de su piel: una inmediata confirmación de los valores democráticos y de la persistencia del sueño americano; un golpe demoledor al victimismo que tan poco favor le hace al desarrollo social de las minorías; un positivo vuelco de la imagen internacional del país. El asunto es que nunca he sido racista (ni debería permitírmelo el indeciso color de mi piel en cuestión de radicalismos raciales). Y como no soy racista en el sentido más estricto del término –o sea, que no le otorgo ninguna virtud o defecto previos a alguien sólo por el color de su piel- no me siento compulsado a votar por un candidato negro por el simple hecho de serlo. Tampoco lo haría por sentido de culpa personal o familiar por pasadas injusticias que de algún modo persisten. Descartados los rumores que lo rodean –que si es izquierdista radical, musulmán, aliado del terrorismo etc- queda lo poco comprobable que son los datos biográficos más o menos indiscutibles, su formación, los diferentes medios en los que se ha movido, su breve carrera política. Y para serles sincero no me parece la persona adecuada para dirigir un país que además de república es imperio. Por mí viviríamos mucho mejor sin imperios pero teniendo en cuenta que la realidad rehúsa comportarse de acuerdo a mis deseos prefiero la existencia de un imperio más o menos racional y más o menos escrupuloso (por mucho que Bush haya pugnado en sentido contrario) que un debilitamiento que alentaría a enemigos mucho más temibles y fuera de control: aspitantes a imperio donde periodistas son asesinados a tiros frente a su casa o matados a distancia con sushis de polonio o donde no se puede buscar en google palabras como “disidente” o “Tianamen”. Estados Unidos requiere una corrección de su rumbo en asuntos domésticos o política exterior pero no cualquier corrección. Y la verdad es que se me hace difícil imaginar a Obama -tanto por su falta de experiencia como por escrúpulos intelectuales y morales- reaccionando con la requerida decisión y firmeza ante retos que deberá afrontar apenas asuma la presidencia. Y no es que no comparta algunos de esos escrúpulos pero esa es justamente la razón que me ha disuadido a perpetuidad de hacer carrera política. Tengo el temor, por decirlo de otra manera, de que le vayamos a entregar la presidencia de McDonalds a un vegetariano. Creo en las virtudes de las palabras pero las palabras no siempre resuelven los problemas. No es necesario que Obama sea guevarista. Con que sólo se aproxime a James Carter en su falta de resolución y firmeza sería suficientemente desastroso para el país. Un Zapatero con su alianza de las civilizaciones puede ser más o menos inocuo para el destino del mundo pero si se convirtiera en inquilino de la Casa Blanca sería peligrosísimo.
La elección por tanto no me parece tan obvia como a otros: las limitaciones visibles de McCain frente a ese fenómeno indiscernible que es todavía Obama. Y el entusiasmo que despierta este último no ayuda. McCain, es obvio, no entusiasma a la extrema derecha (lo cual no es mala señal) como Obama entusiasma a la extrema izquierda y a gente cuyo antiamericanismo está fuera de toda duda. No entiendo ese entusiasmo y por lo mismo que no lo entiendo me preocupa: ¿qué le verán ellos a Obama que no le he visto yo?

El ensayista Emilio Ichikawa me dijo el otro día que estando dentro de la academia lo más conservador sería apoyar públicamente a Obama y votar por McCain lo que equivale –para alguien que me conozca bien- a invitarme a hacer exactamente lo contrario. Sin embargo marcar una boleta para mí no es un test de personalidad o de inteligencia sino elegir entre las opciones la que, con los limitados conocimientos de que dispongo, suponga mejor en estos momentos para el país en los próximos cuatro años. Y en ese caso debo de reconocer los riesgos que conlleva elegir a alguien cuya experiencia ejecutiva es nula. Sólo el riesgo de que el país se mantenga aferrado a una política que ha demostrado ser desastrosa en los últimos ocho años parece todavía mayor. Pero las opciones distan de ser todo lo claras que los decididos pretenden. De los dos candidatos sólo Obama parece capaz y dispuesto a superar las polarizaciones que han desangrado al país en los últimos años (¿deberé recordar que tras dos años de mayoría en el congreso los demócratas no han conseguido prácticamente nada?) y si es fiel al que todavía es su discurso más inspirado* todos saldremos ganando. Entre gallina vieja y pollo habrá que elegir pollo pero yo, que no soy hombre de fe, votaré rezando para que el pollo no venga con vidrio molido dentro.


*Yet even as we speak, there are those who are preparing to divide us, the spin masters and negative ad peddlers who embrace the politics of anything goes. Well, I say to them tonight, there's not a liberal America and a conservative America - there's the United States of America. There's not a black America and white America and Latino America and Asian America; there's the United States of America. The pundits like to slice-and-dice our country into Red States and Blue States; Red States for Republicans, Blue States for Democrats. But I've got news for them, too. We worship an awesome God in the Blue States, and we don't like federal agents poking around our libraries in the Red States. We coach Little League in the Blue States and have gay friends in the Red States. There are patriots who opposed the war in Iraq and patriots who supported it. We are one people, all of us pledging allegiance to the stars and stripes, all of us defending the United States of America.