sábado, 26 de marzo de 2016

La ventajas de la amnesia

Empeñado en contrarrestar la impresión dejada por el discurso de Obama el cardenal Ortega habla sobre memoria y reconciliación :
El cardenal Jaime Ortega afirmó este viernes que la reconciliación nacional, así como entre el Gobierno cubano y Washington, debe hacerse sobre el "perdón" y no olvidando la historia como pidió el presidente Barack Obama en su reciente visita a la Isla, informa AFP.
"Entre los países, entre nosotros hace falta el perdón, ¿por qué? Porque la historia no se olvida fácilmente, hay agravios que no se olvidan, no se pasa una página fácilmente, porque hay que perdonar agravios", dijo Ortega en su homilía del Viernes Santo, en la catedral de La Habana, televisada a todo el país" [...] "en esto hay una gran dificultad, no se pasa la página y no se deja atrás la historia porque la historia es necesaria y la historia es maestra de la vida como dijo el pensador griego y hace falta tenerla siempre presente y sin embargo tenemos que vivir reconciliados". Indicó que la reconciliación entre cubanos emigrados y los que viven en la Isla, es una "palabra que no se ha entendido ni en esta orilla ni en la otra orilla por muchos de nuestros hermanos, (aunque) por otros sí". "No se tiene que olvidar la historia, tenemos que sobreponernos a la historia por el perdón", concluyó el cardenal
Pero no es cierto que sea difícil olvidar la Historia: basta con que sea conveniente. Con lo fácil que ha sido olvidar los fusilados, los muertos en el estrecho de la Florida, los presos que incluso ahora siguen en las cárceles. Pregúntenle por las UMAP y verán si al Richelieu de Jaguey Grande no le da un ataque de amnesia. Pregúntenle por la parte de la Historia que no le conviene recordar y verán como todo lo quema, todo lo deja, esa es su lema, su religión.

6 comentarios:

Nausea dijo...

Pues claro que hay que perdonar, pues hay demasiados culpables, y mientras más encumbrados peores, y la justicia sería sumamente inconveniente para muchísima gente, incluyendo muchos personajes con los cuales se codea el cardenal (y a los que les puede deber su consideración si sabe lo que le conviene). Además, eso de perdonar y reconciliarse suena muy bonito, y sin duda será del agrado de grandes autoridades morales--como el New York Times, por ejemplo (que vió con malos ojos que “esa gente” de Miami celebrara lo que se pensaba era el fin de Fidel Castro).

Después de todo, hay que ser razonable y sobre todo no ponerse pesado, pues ni que fuéramos negros americanos. Las víctimas del comunismo, o de la izquierda en general, tienen que conformarse con mucho menos que las víctimas del capitalismo o de la derecha, y ya hasta a los judíos se les ha perdido bastante respeto, o sea, tenemos que ser muy humildes y respetuosos. Recuerden, el castrismo no tiene ni la más mínima intención de admitir crimen alguno ni pagar por nada, y el mundo entero o está de acuerdo con eso o le resbala. Ortega da ganas de c@g@r, pero sabe muy bien como se juega este jueguito.

Enrisco dijo...

No, de lo que hablo es de que Ortega se ha cansado de hablar de olvido cuando se trata de los crimenes del castrismo. Pero ahora, cuando se habla de olvidar el pasado entre ambos paises chilla porque le parece inadmisible olvidar la lista de agravios que el quiere pasar el regimen cubano a los americanos. Asi que o juega al olvido o al recuerdo pero no a las dos cosas al mismo tiempo. de eso se trata.

ahsere dijo...

Este Ortega sin Gasset
se olvida sin disimulo
de tanta patá en el culo
y sigue lamiendo el pie
que ya abrillantó Barnet
con lengua de loca cuerda.
Piensan que nadie se acuerda
de lo que no les conviene
y a pesar de tanta higiene
la boca les huele a mierda.

Realpolitik dijo...

Ortega juega a lo que le indican o le conviene, y por supuesto no le importa que no ser consecuente luzca mal. Hay que recordar que por muy mal que nos caiga el sujeto, este cardenal no es un agente independiente, y hace y dice lo que el Vaticano le manda o por lo menos le autoriza. Yo tras ver el comportamiento del papa con los Castro, que no pudo haber sido más cordial y complaciente, y compararlo con la cara de tranca que le puso a Macri, el nuevo presidente argentino, no tengo que ver más nada, aunque ya la cosa estaba bastante clara.

Nausea dijo...

Con respecto a lo de "Richelieu de Jagüey Grande," comprendo que se trata de sarcasmo, pero Ortega no le llega al francés ni al tobillo. Richelieu era todo un personaje, un gran señor, con un porte más elegante y majestuoso que el del mismo rey, y no era ni esbirro ni corre-ve-y-dile de nadie, sino el verdadero poder detrás del trono. En comparación, Ortega es un tarugo grasiento y vulgar, un mero lacayo sin distinción alguna, y para colmo con pujos de ser fino y culto. A Richelieu se le podía odiar pero había que respetarlo; Ortega no merece nada mejor que choteo.

Enrisco dijo...

Bueno, pensaba que lo de"Jaguey Grande" ayudaria a poner en perspectiva a este aspirante a Richelieu pero quizas tengas razon: el cardenal Ortega estaria entonces mas lejos de Richelieu que Jaguey Grande de Paris.