Autor: Pedro Lorenzo
Texto original de 1992, corregido y aumentado en 2020, porque, como dijera Julio Iglesias: La Vida Sigue Igual… y lo sabes…
Todo es bueno.
Todo es bueno.
Todo es bueno.
El enemigo acecha.
Todo es bueno.
Todo es bueno.
El enemigo acecha buscando un resquicio.
Una brecha
Todo es bueno.
El enemigo no es bueno, claro está.
El enemigo es malo.
Maaaalo.
Hablo de nosotros, de lo nuestro.
El enemigo es malo.
Nosotros somos buenos.
Somos un bloque.
Somos un
bloque monolítico.
Somos un bloque monolítico contra el que se
ha estrellado, se estrella y se estrellará el enemigo.
El malvado enemigo.
Con su garra
asesina, su lengua traidora y su oreja peluda.
Todo es bueno.
Aunque pensándolo bien, todo, absolutamente
todo lo nuestro no es todo lo absolutamente bueno que debiera ser.
Y todo lo del enemigo…
¡No, por el amor de Dios ©, qué estoy
diciendo!
© Fundado en
1994, todos los derechos a hablar en Su Nombre reservados por el CC del PCC y
el Gobierno de la República de Cuba.
¡Todo lo del enemigo es malo!
¡Todo lo del enemigo es malo!
Y todo lo nuestro es bueno.
Bastante bueno.
Suficientemente bueno.
No tan bueno como desearíamos, pero, bueno,
aceptablemente bueno.
Tan bueno como ha sido humanamente posible.
Aunque todo es perfectible.
Todo excepto Corea del Norte y El Jardín
del Edén, pero a saber cuál de los dos estará más lejos.
Así que vamos a ver cómo lo hacemos.
Como enfrentamos esta batalla.
Este reto.
Me encanta esa palabra.
Reto.
Reeeeeeto… eeeto …eto…
Me encanta.
El reto de decir que algo de lo que ya es
bueno puede aún ser más bueno sin que el enemigo se ponga contento.
Sin hacerle el juego al enemigo.
Con su garra traidora, su lengua asesina y
su oreja peluda.
Se me ocurre, se me ocurre… decir que no
vivo en una sociedad perfecta.
Muy bien, suena bien, cualquier día de
estos va y hasta música le pongo…
Pero si no vivo en una sociedad perfecta,
entonces tengo imperfecciones.
Mencionemos una imperfección.
Una solita.
Shhhh… que se entera el enemigo.
¡Eh, y qué! Si no vivo en una sociedad
perfecta… que se entere, eh…
El enemigo, como siempre, tan imperfecto…
Allá va una… las guaguas, como ustedes
saben, no son perfectas, pero se trabaja en esa dirección con la ayuda del
Gigante Asiático, que es como se le llama ahora para no confundirse con la
China aquella de Mao y los gorriones…
Allá va otra: La cadena
puerto-transporte-economía interna tampoco es perfecta, pero ya se van dando
pasos en ese sentido… sin pausa, pero sin prisa y con la ayuda de Rusia, que es
como se le dice ahora para no confundirla con la Ex – Unión Soviética de Yeltsin,
ni con la URSS de Lenin-Stalin- Jrushchov – Brézhnev –
Andrópov – Chernenko – Gromyko – y el de la manchita en la calva cuyo nombre no
debe mencionarse.
Y allá
les va la tercera: Lamentablemente, El Hombre del Siglo XXI no nos quedó tan
bueno como esperábamos, pero dejen que vean como nos va quedando el del Siglo
XXII… y La Mujer, claro, que las redes sociales están que cortan…
Y ya, que el enemigo se va a poner
contento.
Y si se pone contento es porque piensa que
encontró su resquicio.
Su brecha.
Ese tantico así que jamás debe dársele al
enemigo.
Y se van a pensar los que me escuchan que
soy un francotirador, que sea lo que sea que signifique, por los contextos y
los tonos en que se dice no parece ser nada bueno.
Y eso no es bueno.
Porque el enemigo es el malo, no yo.
Yo soy bueno, se los juro que yo soy bueno.
Me puedo haber dejado llevar por mi celo de
combatir al enemigo, pero se los juro que soy bueno.
Y me autocritico y esto no es autocensura
porque la censura no existe, mi amor.
El enemigo es el malo.
Con su garra traidora, su lengua peluda y
su oreja asesina.
Y les vuelvo a pedir disculpas, porque yo
soy bueno.
Y lo nuestro es bueno.
Todo lo nuestro es bueno.
Todo es bueno.
Todo es bueno.
Todo es bueno.
FIN
2 comentarios:
Por mucho humor que se emplee, y por muy bien empleado que sea, solamente se puede amortiguar un poco y hasta cierto punto nuestro fracaso y nuestro bochorno. Claro, para muchos el asunto no importa o no viene al caso, al menos a su caso, y no requiere ni siquiera risa amarga--y eso es parte de nuestro problema, que no empezó ni terminará con la "revolución."
Las Brigadas de Respuesta Rapida de Trump no van a salir con cabillas, van a salir con AK
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