domingo, 17 de diciembre de 2017

La miseria moral

De una entrevista que le hice hace algún tiempo al escritor Juan Abreu sobre Reinaldo Arenas y que ahora publica el Anuario Histórico Cubanoamericano como parte de un dossier dedicado al autor de El mundo alucinante:

Luego del éxito inicial de sus dos primeras novelas a su salida de Cuba no consigue publicar en las grandes editoriales de la lengua hasta su muerte. Sin embargo al morir su autobiografía, Antes que anochezca, se convierte en bestseller. ¿Crees que ese éxito póstumo, aunque merecido, fue una manera de malentenderlo, de poner su autobiografía y el tono que predomina en ella (distinto del resto de su obra) por encima de su obra de ficción?
La izquierda norteamericana y española, y toda la izquierda mundial a fin de cuentas, le hicieron la guerra a Reinaldo. Y ya sabemos lo eficiente que es la izquierda para ese tipo de censura. Es una vergüenza que su obra maestra El color del verano, por poner un sólo ejemplo, no encontrara editor. Los últimos años de su vida hablamos bastante de eso, de la siniestra censura que padecía, y que él atribuía, con razón creo yo, a su anticastrismo. En España, por ejemplo, para hablar de un mundo editorial que conozco bien, no se publicaba a anticastristas hasta hace relativamente poco. El fanatismo y la miseria moral de los editores españoles respecto a los escritores enemigos de Castro ha sido repugnante y vil. Por suerte la situación ha ido cambiando. Yo soy un ejemplo. Pero Reinaldo sufrió esa censura abyecta y eso añadió amargura a sus últimos años. Por otro lado, no creo que el tono de Antes que anochezca sea muy distinto del resto de su obra.
Para leer la entrevista completa en el blog de la AHCE

4 comentarios:

Realpolitik dijo...

Y cómo le gustaría a Mariela Castro poder utilizar a Arenas para su muy trajinado negocio publicitario de los "gay rights." Si se han agarrado de Martí, se agarran de cualquiera, pero Arenas les resulta demasiado difícil de masticar, por no hablar de tragar.

Realpolitik dijo...

Alejo Carpentier siempre estuvo muy claro (y lo dijo) con respecto a que era prácticamente obligatorio ser de izquierda para un escritor si quería abrirse paso y evitar "problemas." Eso lo sabía todo el mundo, pero siempre hubo mucha hipocresía y mucha hijeputez solapada o encubierta. Que eso sucediera en la Cuba castrista era de esperarse, pero estamos hablando del mundo libre y supuestamente amante de la libertad y pluralidad de expresión. Partida de farsantes.

Enrisco dijo...

Ja!

Anónimo dijo...

si uno se pudiese borrar a cuba de la cabeza...