sábado, 9 de septiembre de 2017

Una polémica sobre el humor cubano

1.
De cuando en cuando los cubanos se enzarzan en debates sobre la crisis de algún aspecto específico de la vida nacional ya sea la música, el béisbol o el humor. Curioso ejercicio cuando cualquiera de estas manifestaciones de la vida nacional funciona –con todo y la crisis que le atribuyen- muchísimo mejor que el país en su conjunto. Cuba termina en octavo lugar en un campeonato mundial de béisbol y desata bastante más alarma que el detalle de que el ingreso per cápita ande por el lugar 150 o la libertad de prensa en el 173.  Todo ello dice mucho de la sensibilidad cubana y de su carácter profundamente austero y discreto.
2.
Uno de los humoristas cubanos que más respeto lanza leña al eterno fuego de la polémica afirmando “que el humorismo cubano cayó en ‘picada’ debido a un factor muy importante. ‘El cambio de escenario’, Del teatro a la tv. La televisión es más permisiva con el mal gusto que con el humor inteligente”. Supongo el humorista se refería al fenómeno al que asistí al menos en sus comienzos.  El de ver a mediados de los 90 cómo el pujante movimiento humorístico, emergido en la segunda mitad de la década anterior en peñas y teatros, se vulgarizaba al contacto con un medio mucho más masivo como la televisión, proceso que encontró en el programa “Sabadazo” su expresión más conocida pero no necesariamente peor. Si todo se tratara de la caída de calidad de una disciplina artística cuando transita de un medio más selectivo a otro masivo el caso, por repetido, no resulta demasiado interesante discutir. En la relación entre masividad y calidad, más suele ser menos. Veamos si vale la pena aproximarse de otro modo.
3.
Primero una reconstrucción de la historia del humor en esos años. Habría que partir de la llamada crisis del humor que se debatía a principios de los ochenta. En eso hay poco que discutir: todos concuerdan que en aquellos años casi todo lo que pasaba bajo la etiqueta de “humor” podría añadírsele la de “infumable”. Los viejos programas se iban anquilosando y las “nuevas” propuestas parecían más viejas todavía. (Yo tengo una teoría. ¿Si en aquel Quinquenio Gris que duró quince años a Lezama o a Piñera se les negaba el derecho a ser publicados qué podrían esperar los pobres humoristas? Años en que lo más atrevido que se dijo en televisión fue aquella famosa morcilla de “Si no te portas bien te pongo a ver muñequitos rusos” y no quedó sin inmediato castigo. Pero ya ustedes saben de qué pata cojeo.) El llamado movimiento humorístico de los 80 fue una respuesta espontánea a esa crisis. Espontánea y sumergida: la televisión mantenía los mismos niveles de infumabilidad mientras las peñas y teatros empezaron a ser invadidos por grupos aficionados, casi siempre universitarios, que exponían su humor a un público con una preparación similar que acudía a dichos espacios a buscar lo que la televisión no les ofrecía. La más notable y ssotenida presencia de los humoristas de nuevo cuño en los medios fue a través del radial Programa de Ramón en una emisora provincial.
4.
Hasta que llegó aquella cosa terrible que llamaron Período Especial y en medio de ello un programa como “Sabadazo”. No tengo idea de cómo fue su concepción, apenas puedo hablar de sus resultados: aunque fue incorporando a varios de las figuras del pujante movimiento humorístico surgido en la década anterior (de una manera bastante arbitraria e independientemente de la relevancia, experiencia y calidad que habían adquirido durante años en otros medios) la puesta en escena sabía a retroceso. Se trataba, sin mucho disimulo, de una vuelta al viejo teatro bufo de la república que la cultura oficial había tratado de exterminar durante décadas. El resultado era burdo, es cierto, pero bastante más eficaz de lo que habían tratado de pasar por humor en la televisión durante décadas y el éxito fue, lógicamente, avasallador. (No reniego del bufo, un género que alcanzó una calidad altísima, pero surgido y desarrollado en un una sociedad muy distinta a la Cuba de los noventas).
5.
Ese fue el inicio de lo que se ha visto como una caída imparable de la calidad del humor que se producía en la isla con respecto a la (discutible) excelencia de años anteriores. Pueden buscarse las causas en muchos sitios. Yo me limito a señalar la más obvia: la condición profundamente disfuncional de la sociedad cubana. Una disfuncionalidad que explica que surgiese con tanta fuerza en un país pobre un movimiento de humoristas compuestos por futuros profesionales que actuaban gratuitamente para un público con un nivel cultural más o menos alto y sin que durante años tal fenómeno acabara de profesionalizarse. Y cuando se llega a la fase mediática y comercial, la de la televisión primero y la de los centros nocturnos más tarde, lo hace en condiciones igualmente anormales: no se trata, a mi entender de que las autoridades de la televisión (y quien dice “televisión” en Cuba, dice “país” dice Poder, con mayúsculas) fueran más permisivas “con el mal gusto que con el humor inteligente”. Más que permisivas con el mal gusto eran intransigentes con todo lo que oliera a conflictivo y, como en aquel viejo chiste, no hay nada más conflictivo que la inteligencia. El resultado, de repetirse tanto en la historia reciente cubana no debería sorprender a nadie. Ahí lo tenemos con la música bailable: no es que las autoridades estuviesen especialmente interesadas en promover el reguetón pero veían a este género, comparado con opciones más “conflictivas”, como un mal menor. Luego se quejará de la vulgaridad pero en su fuero interno debería saber que la prefiere y que de muchas maneras la ha estimulado. Pueden tales autoridades lanzar todas las campañas que quieran contra la vulgaridad pero prefieren la peor de las groserías a un chistecito sobre el contenido del seboruco de Santa Ifigenia.
6.
Esa es más o menos mi versión sintética de la llamada crisis que insisto, no me parece especialmente preocupante. Me preocupan crisis más profundas y antiguas que los humoristas solo mencionan de refilón y que se reflejan categorías tales como Producto Interno Bruto, Libertad de Prensa y Posibilidad de que el Jefe de Estado Cambie de Apellido. Pero tampoco hay que insistir en ello porque el principio fundamental de cualquier humorista no es el de ser inteligente sino evitar caer pesado.     



8 comentarios:

Felix Sanchez dijo...

Hola Enrisco, han pasado los años y todavía sigue siendo más preocupante, como dices: "...crisis más profundas que los humoristas solo mencionan de refilón..." pero mencionan. Es más, que son los únicos que se atreven a mencionar en público frecuentemente. Esto que voy a escribirte tiene que ver solo con mi experiencia personal y voy a tratar de no faltar el respeto a la realidad y a las personas, si alguien se siente ofendido pido mis disculpas de antemano. Voy a comenzar por la complejidad que tiene hacer reír y lo fugas que suele ser una obra humorística normalmente, algo que sabemos todo. La vida útil de un chiste puede ser, si es muy bueno, de 7 a 10 veces escuchado o visto, cuando una gracia se te ha repetido 3 veces pierde un 50 % de efectividad pero si es algo genial se tolera más. Si lo comparamos con la música podemos constatar que los humanos podemos tolerar una buena creación por más de100 años, lo mismo sucede con la danza y el resto de las artes escénicas.
Te juro que cuando comencé a relacionarme con aquel mundo incipiente de jóvenes humoristas de finales de los 80 y principio de los 90, jamás pensé que pudieran ser tan definitivos y constantes, tan consecuentes y determinantes para la historia de las artes escénicas de Cuba, nuestro país, pero después de más de 30 años a ese movimiento, que nadie le ha puesto nombre, solo se me ocurre decirle: Chapó.
Chapó por hacernos reír, por hacernos pensar, por haber creado un camino que los cubanos han tomado para sonreír dentro del infernal periodo político que hemos transitado. Dicho todo esto yo no creo que lo esencial de aquel grupo se haya deteriorado, ni esté en picada, porque ha sobrevivido a todo y aún siguen siendo de los que dicen y hacen reír como Otto, Doime, Ulises, Pagola, Franco...
Discrepo con tu criterio de Sabadaso, es que estás perdido en todo y cuando una persona como tú opina y reconoce que no tiene idea de su concepción y opina tan desafortunadamente de sus resultados, con todo el respeto que te tengo, te pierdo el respeto. Para comenzar voy a escribirte del período que transcurre entre julio de 1993 y diciembre de 1994 que es cuando se crea y consolida Sabadaso. En julio del 93 ese movimiento de humoristas, solistas o grupos, estaba artísticamente destrozado. La seña desaparecida, la Leña estaba en ruina, Salamanca no tenía nada nuevo desde que entró Telo, onomdivepa trabajando por separado, los Pagolas ni te cuento, Ulises ya hacia sus cosas en solitario no se sabe dónde, Alexis Valdés arañandola en España, Nos y Otros... y así hasta llegar a mi conclusión que los humoristas del Acapulco(por buscarles un nombre) estaban viciados y al borde de desaparecer. Sabadaso no era un programa humorístico, ni en su concepción, ni en su forma y estilo, Sabadaso era un programa musical, donde solo se mostraba a la élite de la música bailable de Cuba. Pulido ( que era el director) y los canivales del ICRT jamás habían visto a nadie de ese pujante movimiento humorístico que mencionas y que para esa fecha estábamos en ruinas, solo conocía al Churri y al conjunto nacional de espectáculos. En el primer programa invita al Churri y el Churri es quien le habla a Pulido de Pagola la Paga que en ese momento era el grupo que estaba en mejor forma artística. Así que de arbitraria mis cojones. El resultado inicial no tenía nada de burdo (si tenemos en cuenta que normalmente a los cubanos les cortaban la electricidad hasta 16 horas al día y que la mayoría no podía darse el lujo de comer proteínas) era un programa muy simple, donde el carismaa, la improvisación y la sencillez suavizaron las intolerancias del sistema.

Felix sanchez dijo...

Como has mencionado las repercusiones que tiene el béisbol en nuestro país voy a colocar a aquel período histórico dentro de un partido de béisbol. Si un director ve que su equipo está pasando por una crisis y un día se le ocurre probar a un novato que batea homerun e impulsa 3 y al otro día otro y así sucesivamente hasta sacar al equipo de la gran crisis, a ese director no se le ocurrirá sentar a este muchacho de 17 años por nada del mundo sea lo que sea este jugador. Creo que fue lo que le sucedió al gobierno( que es quien manda) al ver que los Pagolas, Antolin, Ulises, Carlos y los músicos quemaron la liga, por esa simple razón fueron tolerantes mientras funcionó el programa.
El resultado fue genial porque gracias al programa los humoristas con talento histrionico pudieron estar al mismo nivel que los salseros en cuanto a popularidad y esa tradición todavía se mantiene. Fue un programa genial porque gracias a este el público de nuestro país prestó más atención y disfrutó masivamente de Doime, de Telo, de Silverio, de los Pagolas, de Ulises, etc... que para nada son sospechosos de vulgares y que no tenían muchas oportunidades ante el gran público. Otro resultado importante fue que después de Sabadaso se consolida El Centro Promotor del Humor, los Aquelarres y el humor y los humoristas pasan de estar prácticamente en la clandestinidad a ser figura importante de las artes escénicas. Sabadaso hizo que la dictadura mirara, en principio, y tolerara al final.
Dicho todo esto, considero que mientras la columna formada por aquellos humoristas esté viva se seguirá haciendo reír y reflexionar que es lo que se llama humor inteligente, quizás necesiten nuevos aires. No se va a ver humor para pensar y no reír ni al dentista para que cure las hemorroides. No es muy inteligente creer que se hace humor para pensar sin hacer reír, se hace humor para reír. Si un artista confunde su esencia deja de ser artista.

Unknown dijo...

Enrisco, no has subido mis comentarios. Espero que no seas igual de censurador.

Enrisco dijo...

Gracias por tus comentarios, Felix. Y creeme que tengo otras cosas que hacer en la vida antes de aprobar o censurar los comentarios de cualquiera.

Enrisco dijo...

"Discrepo con tu criterio de Sabadaso, es que estás perdido en todo y cuando una persona como tú opina y reconoce que no tiene idea de su concepción y opina tan desafortunadamente de sus resultados, con todo el respeto que te tengo, te pierdo el respeto"
Yo entiendo que discrepes. Y hasta que me pierdas el respetopor discrepar conmigo. Lo que no entiendo es por qué le cambias el nombre a un programa que pareces conocer tan bien.

Unknown dijo...

Rectifico: "Sabadazo" con "z" y ahora quisiera saber que quiso decir con: "... Y hasta que me pierdas el respetopor..." porque yo no me dedico a esto de las letras, como buen carpintero que soy, pero le sumba el mango que se concentre en una "s" , dos comas y un acento cuando usted, que alguna vez estuvo dentro, haya escrito que sabadaso: "...fue incorporando a varias de las figuras del pujante movimiento humorístico surgido en la década anterior ( de una manera arbitraria e independientemente de la relevancia, experiencia y calidad que habían adquirido durante años en otros medios) la puesta en escena sabía a retroceso..." eso suena a corrupción comunista. Se te fue la mano Enrisco porque nos costó mucho y muchas cosas poder llevar a Doime, Telo, Bringa, etc... al programa. Espero volver a verte pronto.

Enrisco dijo...

Si hay que dedicarse "a eso de las letras" para tener una ortografía aceptable entonces toda la discusión sobre la calidad del humor cubano sobra. Como sobra eso de la "corrupción comunista". De cualquier manera gracias por confirmar algo que sospechaba y es que el director de Sabadazo "y los canivales del ICRT jamás habían visto a nadie de ese pujante movimiento humorístico que mencionas". O sea, desconocían el movimiento y estaban en peores condiciones de evaluarlo que tú y que yo. Si eres el responsable de que esos magníficos artistas llegaran a Sabadazo entonces te felicito y no quiero menoscabar tu labor. Pero el respeto o es mutuo o no lo es.

Unknown dijo...

Acepto de todo corazón tus disculpas (como hice yo de antemano en mi primer comentario) por haber opinado de un fenómeno humorístico como "Sabadazo" sin tener la más mínima idea de su concepción, tu disculpas por no haber rectificado (como hice en mi comentario anterior) a tiempo la información que estabas dando de la forma en que se incorporaban los humoristas "...rectificar es de sabios... ". Te agradesco infinitamente que hayas dedicado una parte de tu complicado tiempo en utilizar la información, que te he brindado, de manera tan eficiente e inteligente; que aceptes que "Sabadazo" no fue un problema sino una solución y que "Pagola la Paga"_las criaturas humorísticas más hermosas, sencillas y creativas que dio aquel movimiento humorístico _ no merecen ser cuestionados indirectamente ni mezclados en turbias creaciones artísticas. Solo espero que un día, no muy lejano, los involucrados en aquella aventura humorística, de finales de los 80 y principios de los 90, que sobreviven en Cuba puedan disfrutar y opinar como yo de los criterios y de la información tan fidedigna que ofreces en tu blogg. Evidentemente el respeto es mutuo. Abrazos.