miércoles, 5 de abril de 2017

Una línea muy recta

"Yo les quiero decir a ustedes que nosotros, por ejemplo, Raúl y yo, hemos seguido una línea inflexible. No hay un solo familiar de nosotros que tenga un puesto, quiero que lo sepan. Yo quiero que sepan que incluso una hermana mía, que fue revolucionaria y que nos ayudó muchísimo, tenía un modesto empleo en donde trabajaba antes del 10 de marzo, en un departamento del Estado, y ella siempre decía: “Yo lo único que quiero es que cuando la Revolución triunfe a mí me devuelvan mi modesto empleo.” Bueno, pues ni eso le hemos dado nosotros, porque si no se les puede devolver el empleo a todos los que lo tenían antes no se le debe devolver a nadie porque sea hermana.[...] Aunque tenga derecho, nosotros preferimos pedirle que se sacrifique, porque hemos estado muy acostumbrados al nepotismo, y nosotros queremos llevar una línea muy recta, muy recta en todo"
Fidel Castro, 3 de febrero de 1959.

6 comentarios:

Realpolitik dijo...

Bueno, de cierta manera hay que admirar tal desfachatez, porque claramente se trata de un caso clásico, por no decir perfecto. Se trata de un mentiroso nato que miente con la misma naturalidad que respira, que no conoce el pudor, y que no tiene ni el más mínimo respeto por la inteligencia ajena—y por supuesto este ejemplo es uno entre incontables otros, y relativamente menor. Todo fue una mentira, TODO.

luis dijo...

permitamosle una ligera desviacion de la linea para entronar al hijo de raul como emperador dentro de un par de años.

Realpolitik dijo...

En aquel entonces no existían todavía los puestos de Fidelito Castro, Tony Castro, Alejandro Castro, Mariela Castro y Raúl Guillermo Rodríguez Castro (alias "El Cangrejo"), aparte de otros de menor relieve. Pero, desde el mismísimo principio del "proceso," o sea, desde siempre, estuvo el puesto o la posición de Raúl Castro, debida puramente al nepotismo. Por muy comecandela que hubiera sido el sujeto, nunca hubiera llegado a ser a gran cosa por sí mismo sin estar "conectado." Cierto, alguien tan banal, corriente y mediocre (si eso) como Juan Almeida llegó a ser gente grande (aunque sin poder verdadero alguno), pero Almeida era negro (o mulato) y hacía falta un figurín de color, y Raúl no tenía ni siquiera ese "dote." En otras palabras, el predicador de la rectitud inflexible sabía perfectamente que hablaba pura mierda.

Anónimo dijo...

y hasta ese 3 de enero de 1959 llevo la linea recta, entonces se dio cuenta que si torcia la linea y de principio eliminaba las elecciones ya tenia para perpetuarse en el poder, la linea entonces se convirtio en la eterna curva que hemos vivido.

Anónimo dijo...

este no seria el origen de la frase "meter linea"?

Anónimo dijo...

veo muy bueno este ejercicio de desenmascarar minuciosamente a este personaje usando para ello sus propias palabras, su fétida verborrea y no vendría mal detenerse... visitar otros instantes con la bestia y claro plasmarlo en libro.es mucho lo que han invertido últimamente para limpiar el horror de todos estos años. no estaría demás una alerta impresa contra la desmemoria.