domingo, 12 de junio de 2016

El silencio y la muerte

Reniego por naturaleza de las teorías conspirativas pero –más allá de mis inclinaciones- a veces las circunstancias insisten en darles la razón. Como en el caso del extraño incidente en el que el escritor Héctor Zumbado fue golpeado sufriendo con ello secuelas que afectaron severamente su capacidad de comunicación verbal y lo apartaron por completo de la escritura hasta su reciente muerte. Desde aquel febrero de 1990 en que sufriera lesiones de las que nunca se recuperó del todo muchos achacaron el origen del ataque al gobierno cubano, teoría que persiste hasta hoy.
La teoría tomaba como base los pocos hechos comprobados de un incidente oscurísimo por otra parte: un individuo -que luego resultó ser el escritor Héctor Zumbado- fue encontrado inconsciente por miembros de la PNR en las inmediaciones del Círculo Camilo Cienfuegos quienes lo llevaron al hospital Calixto García. Llamaba la atención que la policía no procediera a identificar el sujeto (a pesar que llevaba consigo el carnet de identidad) ni levantara acta sobre lo sucedido o intentara comunicarse con los familiares. Así fue que Zumbado estuvo horas en la sala de emergencias sin ser atendido hasta que un doctor lo identificó y se encargó del caso salvándole la vida. Luego se comprobaría, al revisar sus pertenencias que al escritor no le habían robado nada descartando el robo como motivo del ataque. Esto y la falta de señales de pelea hicieron pensar a muchos que el motivo era silenciar una de las voces más inconformistas dentro de los medios oficiales.
En contra de la teoría estaba el hecho de que Zumbado incluso siendo uno de los escritores menos complacientes con el establishment distaba de ser considerado como un disidente o que en aquellos días para acallar a un escritor no era necesario golpearlo: bastaba con cerrársele todo acceso a la prensa y las editoriales nacionales. Puedo añadir que cuando Zumbado hubo recuperado en algo sus capacidades comunicativas le pregunté sobre los hechos de aquella noche y -como me temía- este no recordaba nada.
Transcurridos 26 años desde aquel terrible y oscuro incidente llama la atención que ni en páginas oficiales ni en la prensa del gobierno se haga la más mínima mención a aquellos hechos que sacaron de circulación al más fino y punzante crítico de la cotidianidad cubana de aquellos días. Como si 26 años de silencio forzoso fueran poca cosa. Como si no fuese necesario explicar ese vacío inmenso que aparece en sus biografías oficiales. (Tanta es la falta de información que incluso en medios del exilio mencionan un "accidente cerebrovascular" como si se tratase de un derrame cerebral cualquiera y no un golpe terrible que le fracturó el cráneo). 
No se trata de reactivar viejas teorías conspirativas (pero tampoco de descartarlas por completo ante la patente conspiración de silencio que han tejido los medios oficiales cubanos alrededor de aquellos hechos: visto en puridad la tesis de que Zumbado fue atacado por los órganos de seguridad ni siquiera es una teoría alternativa. Ante la ausencia de tesis oficiales -ausencia que parece tratar de convencernos de que tal incidente nunca ocurrió- es la única explicación -oficial o extraoficial- que se haya ofrecido hasta el momento). Alguna disculpa se le debe a los lectores de Zumbado que nunca tuvieron oportunidad de enterarse por qué uno de sus escritores favoritos ha callado durante tantos años. Se trata de no dejar, en fin, que el silencio se anote otra victoria, de que la muerte sea menos completa.

Post data: Párrafo de un mensaje que me acaba de enviar Teriana Zumbado, hija del escritor y en la que se aportan otros datos y precisiones sobre el caso:

Sería conveniente aclarar que el equipo de neurocirujanos que atendió a papi, siempre negó que hubiese sido una caída accidental por el  estado etílico en el que se encontraba papi ese día de febrero/1990. Según sus experiencias, y debido a los hematomas subdurales generados por el traumatismo craneal grave, llegaron a la conclusión que el peso físico de papi no correspondía a esa supuesta caída que según la policía comentó, porque como bien dices nunca hubo informe alguno. El golpe, según los médicos tuvo que haber sido con un objeto contundente. […] Si algo no olvido es que en esos días alguien llamó al hospital para  comunicar que los dos policías “habían sido despedidos”. Eso, sólo eso fue lo que supimos, ni nombres, ni apellidos, ni nada. Aberrante. Luego con los días, y es algo que nunca entendimos, una recepcionista de la revista Bohemia que nunca supimos quien era, dijo haber encontrado los espejuelos de papi en la calle…inaudito, incoherencia total. En esos días lo único que nos preocupaba era que papi se salvase, pues los partes médicos sólo anunciaban su estado de gravedad. Se salvó como bien dices, porque ese día entraba de guardia el Doctor neuro-cirujano Eupiérrez, quien lo reconoció en esa asquerosa sala de emergencias, en la que permaneció tirado como un perro toda la noche. Si lo hubiesen atendido a tiempo quizá la historia hubiese sido otra, según nos contó éste médico.  A éste señor le he vuelto a buscar por las redes, pero ha sido imposible, se que vive en USA. 

6 comentarios:

Anónimo dijo...

No sabia eso, yo pensaba que Zumbado simplemente estaba muy viejito y por eso no escribia. Es dificil llegar a una conclusion sin tener la mas minima prueba. Siempre me gusto el humor de Zumbado por su gracia e inteligencia, pero nunca lo considere como alguien "opuesto" al regimen. Todos sabemos que en Cuba se puede criticar las guaguas o la calidad del helado, siempre y cuando se le eche la culpa al administrador a al trabajador de Coppelia. En el supuesto caso de que el regimen no haya sido el autor de esa salvajada, en todo caso, aprovecharon la oportunidad para callarse y dejar en el olvido a una gran persona.

Enrisco dijo...

Es evidente por sus escritos que Zumbado era un creyente de la Revolucion o al menos de esa idea con que mucha gente se adcribia aquello a psar de los defectos visibles pero ya a finales de los 80 el como muchisima gente habia entrado en crisis con aquello. Ahora, aunque luego la critica al transporte y la gastronomia se convirtieron en lugar comun y comodo para quejarse sin señalar a los culpables te recuerdo que Zumbado comenzo su famosa serie "Limonada" en Juventud Rebelde justo despues de la llamada Ofensiva Revolucionaria que es como se llamo al proceso de estatalizacion de los negocios que habian quedado luewgo de las grandes confiscaciones de 1960. O sea, que esa critica tenia mucho de atrevida en cuanto a que sutilmente constituia una critica al estado que ahora se encargaba hasta de producir croquetas. Tampoco soy experto en la biografia zumbadiana pero hubo otro silencio, el que media entre la interrupcion de su columna en Juventud Rebelde y la aparicion de su primer libro en 1976.

Anónimo dijo...

Estimado Enrisco, gracias por tu delicadeza, gracias por tu escrito, gracias por contar con nosotros, sus tres hijos. Se agradece en estos tiempos actitudes tan humildes y responsables. Saludos, Teriana Zumbado Lima. Comparto tu escrito en mi muro de Facebook.

Juan Carlos dijo...

Yo lo conocí allá por año 1998. Fui a su casa con un periodista de Prensa Latina que publicaría una entrevista con él en La Gaceta de Cuba. Le fotografié rápido y mal en su casa, y recuerdo que bajamos a un barete desolado de su barrio y le tomé algunas fotos en la calle. No parecía tener ningún problema, y para la media cubana de aquellos años perros pasaba como un hombre sano. Solo al hablar se notaba que algo fallaba. Un escritor ingenioso que sólo podía comunicar mediante señas o sustantivos trabajosamente conectados, una afasia que no le impedía querer comunicar, ser super afable y generoso y hasta reír allí donde tanto el periodista (un flaco bonachón de cuyo nombre no me acuerdo) teníamos deseos de llorar. No le hice muchas fotos, la verdad, la era analógica y la miseria castrosa no daban para mucho. Eso sí, conservo los negativos y tan pronto recupere un escáner de negativos al que se le fundió la lámpara, las escanearé y las compartiré en Facebook.

Anónimo dijo...

Es notorio que a ellos cualquier tipo de crítica y más si involucra burla o choteo, les es sumamente molesta porque los esbirros no se caracterizan por tener mucho sentido del humor. A alguno, que se molestó más de la cuenta, le salieron los instintos mafiosos que todos ellos guardan y decidió “partirle las patas”. Claro que no hay pruebas… pero con estos hijos de puta, piensa mal y acertarás.

Realpolitik dijo...

Si tal ataque con tales consecuencias a una figura conocida no fue obra de elementos oficiales, no tiene sentido ni explicación que no se le diera plena publicidad junto a los esfuerzos policiales para investigar el caso y hacer justicia. Claro, aunque eso se hubiera hecho, no fuera prueba de la inocencia del gobierno, como definitivamente no lo fue ni lo es en el caso de Camilo Cienfuegos. O sea, el gobierno castrista siempre se acoge a la opción de mentir descaradamente de acuerdo a lo que mejor le convenga, y sobra decir que siempre está plenamente preparado a hacerlo sin el más mínimo escrúpulo, por no hablar de pudor. Lo que está muy claro es que el gobierno optó por ignorar este asunto como si no hubiera sucedido, o como si se tratara de una persona ordinaria sin relieve alguno. Por algo fue.