El impacto que tuvo el recién fallecido Orestes Miñoso en el béisbol de Cuba y en las grandes ligas -comparable pero mayor que el que por ejemplo ahora tiene Yasiel Puig- no puede medirse por los números ya de por sí impresionantes que dejó. (Para que se tenga una idea sólo Willie Mays robó más bases que él y se encargó de romper la llamada barrera del color para los White Sox bateando un jonrón en su primera vez al bate). El hombre era una leyenda y las leyendas se les escurren a los números, es asunto de letras. Como la del famoso cha cha cha. La tristeza por su muerte la ensancha el hecho de que no se le hiciera justicia entronizándolo en el Salón de la Fama de Cooperstown.
1 comentario:
Sí, una injusticia el que los esfuerzos de la gerencia de los Medias Blancas y otros grupos ligados al béisbol no consiguieran la admisión de Orestes Miñoso a Cooperstown, un sueño suyo.
Fue el primer pelotero en jugar en cinco décadas en las Mayores (en 1980 participó como bateador designado en dos partidos de los CWS). Subió a las Grandes Ligas con Cleveland en 1949, dos años después que Jackie Robinson lo hiciera con los Brooklyn Dodgers. El insigne toletero del Cincinnati Big Red Machine de los años 60-70, el camagüeyano Atanasio "Tany" Pérez, fue citado en la prensa boricua hoy: "todo jugador joven en Cuba quería ser como Minnie Miñoso, y yo era uno de ellos".
Otro a quien el color de su piel malogró injustamente su ingreso a las Grandes Ligas fue Martín Dihigo. Al Campanis, gerente general de los Dodgers de 1968 a 1987, dijo una vez a un comentarista deportivo: "El mejor pelotero que he visto en mi vida es Martín Dihigo, pero nunca llegó a las Grandes Ligas. Después de Dihigo, colocaría a Roberto Clemente por encima de Willie Mays. Esos son los dos mejores jugadores que he visto toda mi vida".
Irónicamente, Campanis fue despedido de su puesto por los Dodgers debido a una controversia en torno a su decisión de remplazar al manager retirado Walter Alston con Tommy Lasorda en lugar de Jim Gilliam. Decenas de jugadores negros y latinos, activos y retirados, salieron en su defensa pero prevaleció el political correctness.
Saludos.
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