lunes, 3 de diciembre de 2012

Propuesta


Proponen declarar el cubatón patrimonio cultural de la nación Las Tunas, 2 de diciembre, 2150Investigadores e intérpretes de Cuba acordaron ayer en Las Tunas, iniciar el proceso para proclamar al cubatón Patrimonio Cultural de la Nación, durante el CXII Festival de Música Popular Barbarito Diez que se desarrollará hasta el próximo día cinco, informan medios de prensa de la Isla.El anuncio fue realizado en las sesiones de debate del Coloquio “Vivir en la memoria”, en el que participaron cultivadores de este género musical, estudiosos y representantes de los Clubes Amigos del Cubatón de todo el país.Pablo Diez, director de la orquesta que lleva el nombre de su padre, el principal representante de este ritmo en la Isla, dijo a la AIN que el cubatón está considerado como el baile postnacional y su origen y desarrollo se corresponde con el proceso de consolidación de la postnacionalidad cubana.Durante el encuentro teórico se presentó el libro “Osmani García, la voz de oro del cubatón” en el que aparecen recopiladas conferencias y paneles realizados, en ediciones anteriores del Festival, por personalidades como Lino Betancourt, José Loyola, José Ramón Artigas y Armando Valdés.

La noticia original es sobre el danzón, una de las cosas más sublimes que ha producido esa isla, baile al que Benjamín Céspedes le dedicara un capítulo de su libro “La prostitución en La Habana”:


LOS BAILES. IX. Una afición enloquecedora por el baile cunde en ciertas épocas del año, como una epidemia de satiriácicos en elseno de la sociedad cubana. Por todos los ámbitos de la ciudad resuena el penetrante alarido del cornetin; reclamando al macho y á la hembra para la fiesta hipócritamente lúbrica. Desde el modesto estrado hasta el amplio salón de la más encopetada sociedad pública, acuden todos confundidos y delirantes á remedar sin pudor ni decoro escenas sáficas de alcoba, bautizadas con los nombres de danza, danzón y YambúMúsicos y compositores,—por lo general de la raza de color,—rotulan con el dicharacho más expresivo, recogida de la calle ó del tugurio, sus abigarradas composiciones, cuyos ritmos son la expresión musical imitativa de escenas pornográficas, que los timbales fingen como redobles de deseos, que el rispido sonsonete del guayo como titilaciones que exacerban la lujuria y que el clarinete y el cornetin, en su competencia estruendosa y disonante, parecen imitar las ánsias, las suplicas y los esfuerzos del que lucha ardorosamente por la posesión amorosa.
Al son de esa musica alborotosa y lasciva que flagela con sus bruscas agudezas la sensibilidad más adormecida, provocando una reacción de espasmo lúbrico, muévense las parejas con voluptuosa indolencia.
El cuerpo de una mujer.—quizás honrada y virgen,—se enlaza confiada al del mancebo bailador. Parecen dos estatuas fundidas al calor de la lujuria. El siente sobre su pecho la dulce presión del alto relieve del seno ondulante y á veces hasta la turgencia de los pezones eréctiles de la bailadora, y ella, en su mejilla acalorada por el deseo, el vaho de la respiración entrecortada del varón.
Ambos giran, se adelantan y retroceden graciosamente, proyectando en un mismo plano, cortado tan solo por la arrugada falda, las caderas y los muslos qne se rozan fuertemente, se chocan y se separan, siguiendo las ondulaciones y peripecias del baile. Ella, siempre flexible, arqueando provocativa mente el talle, se desliza al parecer serena, fingiendo candor en la lubricidad, y él, excitado, atormentando su virilidad exaltada, pretende aparecer correcto bailador, ajustando sus afeminadas actitudes á los desordenados compases de lamúsica.
Son séres refinados que apuran la voluptuosidad, mortificando las^unciones del sexo, como pudieran hacerlo al son de la guzla los eunucos en los serrallos ó al triste plañir de la citara griega las apasionadas histericas de Lesbos.
El clarear del dia, después de seis horas de incesante baile, vienen á sorprender á los trasnochadores. Ellos, la generación del mañana, se alejan satisfechos como esos viejos verdes que se contentan con el ardor genésico, incapacitados ya para la consumación, y ellas, absueltas de antemano por la sociedad, el cura ó el amante que toleran semejantes transgresiones del pudor femenino, desfilan tambien con los pies mutilados, las caderas adoloridas, enrojecidos los ojos. Entraron alegres, con la frescura juvenil en el semblante, y se retiran de la fiesta como de una orgía: con la fáz clorótica alargada por el rictus de la fatiga sensual y la agitación interior de los deseos contenidos. Detrás de ellas, van los viejos cabestros, con sus caras serias de padres formales y sus ojos papujos cargados de sueño, guardando cuidadosamente la virginidad de sus hijas, de esas vestales ya iniciadas en los eróticos misterios de la Venus fricatrix.
Estas enervantes y corruptoras costumbres, que no son cubanas, sino importadas de la gente curra y africana, se manifiestan en su grado máximo de perversión en esa otra clase de bailes públicos, donde se dan cita todas las razas y toda clase de mujeres y hombres, constituyendo un público especialísimo y un medio peligroso de provocación y de contagio de las enfermedades venéreas. Nos referimos á esos bailes públicos conocidos con los nombres de Skating Ring, Blanca espuma, Capellanes, escuelitas de baile, bailes de rumba, bailes de barrio, bailes de Carnaval del teatro de Tacón. Los chirridos infernales de la música no cesan un momento; no hay interrupción ni descanso para las bailadoras. Asombra ver la resistencia de esas parejas que no se rinden al hastío ó al cansancio de tan prolongado y activo ejercicio. Parecen estar dominados por la obsesión de un delirio satiriacico, en el que se invierten las potencias sexuales: la mujer es la activa y el hombre el sér pasivo que somete su virilidad al frote onanista de las caderas retozonas de la hembra.
La fisonomía de esos bailes es el embrutecimiento de los lascivos y el estupor de los alcoholistas. No son espectáculos alegres de jóvenes de buen humor, joviales y espansivos. El medio acústico, salvaje y estruendoso que les rodea, las frecuentes libaciones, laexcitación lúbrica que no se amortigua ni se satisface, agrian á la postre los caracteres convirtiendo la jácara en gresca batalladora y la diversión en airado campo de Agramante.
El África triunfa allí con sus desordenados apetitos, su música, su Venus negra y bronceada, sus incoherencias delirantes, su alcoholismo y sus instintos de matanza.Los rezagos de la barbarie en un pueblo en que ha dominado lá esclavitud africana ofrecen siempre esas desdichadas retrocesiones hácia un pasado depradatorio.Se debe desconfiar grandemente de los destinos de un pueblo que consiente la confusión lamentable de la raza civilizada y culta del pais con elementos extraños é incultos, que á la postre triunfan en sus vicios y costumbres salvajes, inoculándolas como un virus en el organismo social, ya en forma de diversión popular, ya en sus rebeldes instintos.De esta pugna entre dos civilizaciones diversas, pueden surgir por atonía moral del elemento de resistencia más culto, el predominio de factores disolventes que hagan retrotraer en la evolución histórica á una sociedad neo-formada como la nuestra por la agregación de elementos heterogéneos discordes.

4 comentarios:

Inesita Correcalle dijo...

Pero...¿Lino Betancourt todavía está vivo??? Y Loyola, ¿no estaba en España???
OHHHH, cultura, cuántos crímenes se comenten en tu nombre!!!
Y cómo se pierde el tiempo en esa isla... No me extrañaría que convocaran a un Congreso Internacional de Contadores de Ángeles Danzantes en la Cabeza de un Alfiler...

Miguel Iturralde dijo...

Oye, el don Céspedes este lo que tiene es un queso requete-añejáo. Que disimuladas todas las abuelitas que le sometían al danzón de jóvenes. Saludos.

Cheito dijo...

Ven aca mi socio, aclarame algo.
Yo estudie en las mismas escuelas que tu, y la misma vaina que tu...aunque evidentemente, tu lo aprovechastes mas que yo...o vaya, para ponerlo de otra forma..yo soy mas bruto que tu.
Pero...Que carajo es el Cubaton?
Me lo explicas, pol favol..!

Enrisco dijo...

Cubaton es como le llaman al regueton Made in Cuba.