sábado, 15 de diciembre de 2012

El año del cerdo

Uno de los cuentos más tremendos sobre la debacle cubana, firmado por Francisco garcía González hoy en Diario de Cuba. El comienzo:

 El año del cerdo
Buena parte del placer que proporcionan los alimentos que necesitamos depende, sin duda, de la forma en que son presentados y el ambiente que los rodea.Nitza Villapol, Cocina al minuto.

Despedir el treinta y uno de diciembre sin la ceremonia del macho asado, es como si el año se negara a marcharse y se quedara pegado a las paredes.
Secando las matas, agrietándolo todo.
Esparciendo su olor a cosas viejas y usadas.
Y no es tanto el banquete como eso, la ceremonia.
La ceremonia del macho.
Una liturgia sin prescripciones. Llena de significados que atrapan a la familia y sacan lo mejor de cada uno de sus miembros. El ritual de la comida en torno al fuego en su esencia más pura. Son asuntos que sé y siento, pero no los cuento ni menciono.
Primero fue el zapateo por los vegetales. De mercado en mercado. Y cuando estuvieron de este lado, nos fuimos a Oriente a comprar el macho. Si quieres un macho de verdad, debes ir a Oriente, lo que te vendan por acá es apócrifo: Departamento de Cuba, Victoria de las Tunas, Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, San Salvador de Bayamo. Da lo mismo.
Destino Cayo Mambí adentro. Quince o veinte kilómetros, no sé. Alguien nos dio la dirección de una granja que administraba un habanero. Buen negocio el de los habaneros que les han entregado tierras ociosas en Oriente.
Llegamos a La Celia y el habanero en persona salió a recibirnos. Debía saber que mi suegro era un tipo importante. Por eso nos invitó a refresco de guanábana y, bajo la brisa de la tarde, fijamos los pormenores de la transacción. Justo, sin clavadera. Transparente. Terminamos la merienda y el anfitrión nos invitó a ver los corrales. Un crisol. No por gusto La Celia había sido seleccionada y certificada como centro de referencia regional por la FAO. Allí acudían periodistas, funcionarios del Partido y del Ministerio de Cultura.
Detrás de los campos de guayabas quedaban las naves de ceba. Un olor dulzón se expandía de los vergeles florecidos. Entramos por el amplio corredor que dividía en dos las hileras de corrales de una de las naves. Algunos machos dormitaban junto a las canoas. Otros comían directamente de éstas con la glotonería propia de lo que eran. Nada de alarma. Apenas reparaban en nosotros. Si acaso alguno resopló, movió la cabeza o se espantó las moscas a nuestro paso.  
[Seguir aquí]

13 comentarios:

Anónimo dijo...

no me cuadro

Anónimo dijo...

Lo más genial que he leído sobre los cubanos y las penurias de fin de año es de Carlitos Ferrera. Se titula "Concha, tira el agua que ya son las 12!"

Anónimo dijo...

Tétrico el coterráneo!
JC

Anónimo dijo...

un autor muy influenciado por la trilogia de la habana. despues que se escribieron esos libros mucha gente lo imito busncando el exito hablando de cochinadas, de gansos, putas, sexos y usando un lenguage vulgaron que a mi nunca me a cuadrado.
eliazer

Enrisco dijo...

eliazer: ese escribe asi desde que lo conozco, mucho antes de que a Pedro Juan se le haya ocurrido escribir la Trilogia sucia (1998). consulta "Juegos permitidos" (Letras Cubanas, 1994).

Anónimo dijo...

con mis disculpas enrisco pero su opinion no es imparcial y quien quita que ya en los 90 ellos iban a los mismo talleres encuentros y esas cosas y ahi el copio la trilogia o sus ideas de estilo al final alguien aqui esta copiando a alguien poprq los dos se parecen mucho solo que este amigo suyo es deprimido y el de la trilogia no escribe tan fundido como este otro vaya como que e smas bacilable.

Enrisco dijo...

claro que mi opinion no es imparcial pero le aseguro que es mas informada que la suya. ni el autor del cuento ni yo fuimos a ningun taller literario antes de publicar nuestros primeros libros. mucho despues Francisco fue al de Heras Leon. te llamo antes de que termine el año.

Armando Tejuca dijo...

Analizar la genuinidad de una entrega artística solo por quién lo hizo primero es una visión tan simplista que no se necesita ni siquiera leer la misma, solo con mirar fechas usted puede ser una genio en esto de la literatura. Que lastima que nuestro entorno este lleno de burros con cronómetro.

Armando Tejuca dijo...


Un cuento tan sencillo y duro que juega a ser introducido con la cotidianidad, no nos damos cuenta en qué nos estamos metiendo y de pronto todo es brutal. Así mismo fue caminando nuestro país entre congas y gracias del comandante, entre convicciones y realidades un dia nos encontramos con el país destruido y las almas cabalgando en una mendicidad patética. Felicidades Francisco. No temas a los gritos de los burros, son fuertes pero se pueden domesticar.

Anónimo dijo...

que me va a llamar. ud es gracioso!
eliazar el burro.

Enrisco dijo...

lo de la llamada era con el primer anonimo. ya lo llame anoche.

Enrisco dijo...

lo de la llamada era con el primer anonimo. ya lo llame anoche.

Anónimo dijo...

Gracias Enrique por publicar este cuento . Muy bueno y muy apropo . Me gusta mucho como el autor usa lo grotesco para darnos una vision de lo humano a traves de esta costumbre de fin de año del campo de Cuba. Felicitaciones!