-¿Y Bill Gates?
-Comunista.
¿Y Zuckerberg?
-Comunistón, ñangaroso, como todos los millonarios. Como Jeff Bezos, como Soros. Todos comunistas.
-¿Bezos, el dueño de Amazon?
-Claro.
-¿El comunismo no era cosa de proletarios…?
-Ahora es cosa de multimillonarios. Como Taylor Switf. Y su novio el futbolista. Reunes unos cuantos millones y de inmediato te vuelves comunista.
-¿Y Trump?
-No, el único de esos millonarios que no es comunista es Trump que abandonó los intereses de clase y se ha unido a nosotros para combatir el comunismo.
-Entonces los pobres somos los únicos que no son comunistas.
-No, los pobres también son comunistas. Sobre todo los que viven del welfare que es el último grito del comunismo desde que lo inventó Roosevelt, tremendo comunistón como casi todos los presidentes americanos, empezando por Lincoln. Y los universitarios todos: profesores y alumnos. Y los negros, los mexicanos. Comunistas de nacimiento.
-¿El Chapo también?
-Ese es comunista doble: por millonario y por mexicano.
-Bueno, nos quedan las mujeres…
-Todas las mujeres son feministas que es su forma de ser comunistas.
-Los gays…
-Los gays son comunistas. Y las tuercas. Los hípsters y los que les gusta el jazz y el reguetón. Y los que toman café en Starbucks que es un nido de comunistas. Y los que van al gimnasio. No hay invento más comunista que un gimnasio: pagas para sudar. Y los periodistas y los intelectuales: todos esos que escriben sin faltas de ortografía son comunistas porque esa es la forma secreta en que se comunican ellos mientras los demás ni nos enteramos.
-No, hablo de las estrellas de Hollywood. Y los extras, que tienen sindicatos para repartirse el dinero que ganan las estrellas.
-Luego están los rusos y los chinos. Esos siempre lo fueron.
-Putin quizás no, pero el resto de los rusos son comunistas. Y los ucranianos, que nos quieren llevar a la ruina con la guerra esa. Y los chinos, los árabes y los judíos, todos comunistas. ¿Tú no sabes lo que es un kibutz?
-Entonces, el comunismo ganó. Cayó el Muro de Berlín pero han terminado infiltrándose por todas partes.
-Yo creo que el muro no se cayó. Lo tumbaron los comunistas para que nos distrajéramos y así terminar derrotándonos. Luego Faucci se puso de acuerdo con los chinos para contagiarnos con el virus comunista ese.
-¿El covid?
-Claro que el covid. Que no existió nunca y a la vez acabó con todos nosotros. Y desde entonces ya no levantamos cabeza. Y están a punto de conquistarlo todo y acabar con nosotros si no nos ponemos duros.
-¿Quiénes somos nosotros?
-¿Quiénes vamos a ser? Trump, tú y yo.
-Pues van a ser Trump y tú porque lo que soy yo me hago comunista ahora mismo.
-¿Cómo va a ser? ¿Cómo te vas a unir a gente tan horrible?
-Es que ellos son muchos y nosotros muy pocos.
-¡Traidor!
- Piénsalo como una retirada estratégica. Me caso con una comunista y la convierto. Luego tenemos un hijo, lo preparamos, lo mandamos a la universidad para que convierta a los muchachos de nuevo al capitalismo. Así, poco a poco…
-¿Y nos vas a dejar solos a Trump y a mí?
-No, háganse pasar por comunistas y los derrotamos desde adentro, como ellos hicieron luego de tumbar el muro de Berlín.
-¿Y qué vamos a decir? “Proletarios de todos los países uníos”?
-Nah, sigan con “Make America Great Again”. Eso suena supercomunista. Y la gorra no la cambien de color. Así roja está perfecta.
-Eso es genial. ¡Ahora sí vamos a construir el capitalismo!