viernes, 5 de junio de 2020

Brevísima historia del castrismo y los derechos humanos

Para el castrismo los derechos humanos no siempre fueron el enemigo. Para el fundador de la secta dominante en la isla los derechos humanos pudieron ser hasta modelo a seguir. Al menos en el propio año de su llegada al poder, cuando Fidel Castro se definía como “humanista” y humanista era (a pesar de los continuos fusilamientos) su revolución. “Humanismo significa justicia social con libertades y derechos humanos. Humanismo significa lo que por democracia se entienda, pero no democracia teórica, sino democracia real, derechos humanos con satisfacción de las necesidades del hombre". (24 de abril 1959)
Pero ese año Fidel Castro no volvería a insistir en el tema de los derechos aprobados por las Naciones Unidas en 1948. Ni el siguiente. En total pasaron cuatro años sin que los mencionara. Cuando el Castro en Jefe volvió a hablar de derechos humanos, el 28 de septiembre de 1963, ya estos eran parte del discurso enemigo, de los Estados Unidos; “Y que se llame país democrático, que se llame país poderoso, que se proclame cínicamente abanderado de los derechos humanos”. Y luego, silencio. 
La expresión “derechos humanos” desapareció de los discursos del Comandante por quince años. Los trajo a colación el 26 de julio de 1978 en términos idénticos a quince años atrás: como discurso del enemigo. “El Gobierno de Estados Unidos enarbola ahora la consigna de los derechos humanos”. Eran tiempos de la cruzada blanda de Carter por los derechos humanos que, entre otros efectos secundarios, apareó extraños compañeros de cama: como hacer que la dictadura argentina y la cubana se aliaran para silenciar las denuncias de violaciones de los derechos de los ciudadanos de sus respectivos países en diferentes foros internacionales. 

Desde entonces el castrismo ha fluctuado entre ver los derechos humanos como enemigo (miembro de la secta castrista fue el que gritó famosamente a cámara “¡Abajo los derechos humanos!”) y deconstruirlos quirúrgicamente: los derechos humanos no deben ser estos sino estos otros, los que concedemos como merced. Cualquier cosa menos insinuar que pensar, expresarse y organizarse por sí mismos es un derecho y no una concesión. 
Cualquier cosa menos aceptarlos como derechos, de aceptarnos como humanos.

3 comentarios:

Realpolitik dijo...

Supongo que sea sarcasmo sugerir que el barbudo bastardo jamás dijo algo "bonito" y "noble" que fuera genuino y sincero--ni antes ni después de 1959. Claro, hablar y decir es una cosa y creer y sentir es otra bien distinta. El muy hijo de Lina simplemente dijo lo que estimaba más conveniente en el momento de marras de acuerdo con las circunstancias imperantes, lo mismo que hizo toda su miserable vida.

Enrique Del Risco dijo...

En ningún momento menciono las palabras "bonito" y "noble" Pero si recuerdo que al tiempo que hablaba de humanismo fusilaba a las dos manos.

Realpolitik dijo...

No puse "bonito" y "noble" como cita al autor del post, que por supuesto no usó esas palabras, y hablar de humanismo y fusilamientos masivos se entiende por sarcasmo. Puse esas palabras entre comillas porque nada salido de la boca del bastardo barbudo jamás fue verdaderamente ni una cosa ni la otra, sino puro oportunismo y falsedad. De cierta manera no era su culpa, sino su naturaleza. No tenía otra cosa que dar.