lunes, 3 de junio de 2019

Etica y estética

Cuando se ve la indignación que provocó la represión a la marcha LGTBI el mes pasado entre los bienpensantes cubanos en contraste con el silencio sistemático ante el detalle de vivir en una dictadura no queda otro remedio que asumir que fue una reacción estética antes que ética. Que lo que les molestó no fue el hecho que coartaran a un grupo de personas su derecho a manifestarse. Después de todo, ese derecho -el de manifestarse libremente- le es coartado todos los días a todos los cubanos. Lo que parece haberles molestado no es la represión sino la vulgaridad de que en pleno siglo XXI, cuando las marchas del orgullo gay son habituales en todo país que se respete, se ande reprimiendo una en La Habana. No parece indignarles la falta de libertad. Lo que los sulfuró es que luego de los desfiles de Chanel, las visitas de las Kardashians, los diseños de Clandestina y de las noches en la Fábrica de Arte un puñado de policías se basten para devolver a La Habana al siglo XX, ese sitio tan cheo.

1 comentario:

Realpolitik dijo...

Es algo parecido a comprar el cuento de Mariela Castro como hada madrina de los "gay rights" en Cuba sabiendo que en Cuba NADIE tiene derechos.