viernes, 23 de octubre de 2015

Jorge Valls (1933-2015)

Anoche murió Jorge Valls, algo que sus amigos temíamos hace mucho tiempo y que a la vez nos parecía imposible. Porque una cosa era saber de los retrocesos de su salud y otra imaginarse la vida sin uno de los seres más sabiamente humanos que se puedan conocer. Y a los que lo conocimos ese es justo el consuelo que nos queda: haber sabido gracias a él que en esta vida se puede aspirar a más, a eso que él conseguía sin el menor esfuerzo, que hasta la muerte no parece tan inmensa ante alguien que supo estar tan intensamente vivo.





Tersites pone en movimiento lo mejor de su prosa para darnos una descripción muy precisa de quien fue Jorge Valls.
"Tengo para mí que era el mejor de los cubanos [...] “La gente se entretiene”, me dijo alguna vez, “pero no se tiene”. Había en él la vocación radical de “tenerse” y entregarse, una vocación consciente y explícitamente cristiana, católica. Una vocación en la que se combinaban su intelecto aquinatense con una sencillez, un candor, una voluntad de inocencia que evocaban al Poverello de Asís. 
"Yo vivo en Cuba, pero pernocto donde me llegue la noche", me dijo al final de una velada  en casa amiga. En cualquier otra boca la frase hubiese sido un disparate o una desfachatez. Pero cuando él lo dijo supe que era tan verdad como el color de sus ojos. 

Jorge Valls creyó en la eternidad del alma y en la resurrección del cuerpo —y en la de su patria. Así sea.

Ver el texto completo en su blog.

3 comentarios:

Miguel Iturralde dijo...

Que descanse en paz; pasó gran parte de su vida en prisión, antes y después de la debacle. Dice mucho de nuestro país, de nuestros gobernantes y de nosotros como pueblo, que un hombre que esgrimía como arma sus ideas, buenas o malas, fuese encerrado como un animal rabioso. Saludos.

Anónimo dijo...

Qué en paz descanse. Se siguen muriendo los que no debían morirse mientras siguen vivos algunos que no debieron haber nacido…

Anónimo dijo...

Ha muerto un buen hombre,un poeta, un cubano ejemplar que emanaba luz, y representaba lo mejor de nosotros. Aun puedo sentirme arrobada por tu voz,emocionada y agradecida por saber, que en este mundo al reves, existio un hombre lleno de piedad, sabidura y amor. Gracias, querido gigante. Hasta pronto. AT