viernes, 28 de marzo de 2014

Las fosas abiertas de América latina

Ese gran panfletario (dicho con toda admiración) que es Néstor Díaz de Villegas, ese Martí a la inversa acaba de sacar su propia versión de "Nuestra América" a la que ha titulado "Las fosas abiertas de América latina" y aquí les pego justo la parte central del texto, la reconstrucción histórica de su argumento:
La Reconquista
En Latinoamérica, las instituciones democráticas han sido reacondicionadas, como un carro viejo en un taller ilegal, para servir los intereses de la Izquierda fascistoide y antidemocrática. El sufragio es ahora la excusa del reeleccionismo, y equivale a un putsch. Las alianzas políticas entre canallas del mismo pelambre han creado una especie de Partido único, un Politburó de gorilas.
No quedan gobiernos libres que saquen la cara por la resistencia, ni organismos regionales que pongan en su sitio a los tiranos. Hasta México y Brasil, esos gigantes pusilánimes, se rebajan a ser meros lacayos, y ceden al chantaje de Cuba. No hay grandes héroes, ni estadistas originales, ni hombres providenciales en la insufrible América Latina, solo oportunistas, cobardes y una masa engañada e indecisa de casi 600 millones, descontando honrosas y esporádicas excepciones.
Entretanto, los intelectuales callan, enmarañados en sus viejas teorías, ajenos al peligro presente e impávidos ante la vulgaridad del futuro. Los trovadores, las vedettes, los novelistas y los académicos saben que una opinión errónea podría costarles la carrera. Hay una censura tácitamente admitida, una inquisición y una hipocresía que son el nuevo catequismo de Latinoamérica. Por eso los bibliotecarios argentinos se declaran enemigos de la cultura y los homosexuales puertorriqueños ensalzan un régimen homofóbico que creó los campos de trabajo para maricas.
Cuba ocupa territorios y se los anexa con el beneplácito de los parlamentos democráticamente elegidos. La mancomunidad castrista es otro Anschluss, como el de los Sudetes o Crimea. En los territorios anexados cualquier forma de disidencia u oposición es erradicada. Las tropas de choque cubanas infiltran los ejércitos, el senado, las aulas, los palacios de gobierno: estarán allí para poner una bala en el cerebro del presidente títere, si llegara el momento. Cuba campea por su respeto, invade, saquea y viola. Es una hazaña comparable a las proezas de Cortés y de Pizarro que un puñado de gallegos haya reconquistado el Imperio aborigen en tan corto tiempo.

10 comentarios:

Miguel Iturralde dijo...

El artículo en su totalidad es excelente, pinta la realidad del emigrado latino tal cual; el dejar atrás lo que no funciona, y por lo visto, nunca funcionará. Saludos.

Inesita Correcalle dijo...

"descontando honrosas y esporádicas excepciones."
¿El inefable Néstor no se contará a sí mismo como una de esas honrosas y esporádicas excepciones? Vaya, puestos a escribir, escribamos cualquier cosa...

Anónimo dijo...

Ay, Inesita… qué mala costumbre de que cuando el mensaje los apabulla, enseguida la cogen con el mensajero.

Nausea dijo...

O dicho de forma menos elocuente pero más breve, los letrinamericanos no tienen remedio. Ni escarmientan ni aprenden ni parecen interesados en salir del eterno hueco creado por ellos mismos (aunque muy a su medida). Me pueden llamar gusano, pero por favor no me llamen "latino."

Colorete dijo...

Bueno, si los aborígenes son tan fáciles de colonizar, y se muestran tan complacientes con los nuevos conquistadores, eso no es culpa de éstos. O sea, no hay acoso sexual si la supuesta víctima, lejos de rechazarlo, no solamente lo acepta sino que lo invita.

Anónimo dijo...

No me deja de sorprender que los cubanos nos atrevamos a considerarnos mejor que los otros latinoamericanos en cualquier sentido. Si Cuba tiene suerte, llegara a tener en este siglo una democracia debil, corrupta, autoritaria, como son todas las latinoamericanas. Pero incluso eso seria infinitamente mejor que el totalitarismo que nos ha tocado por mas de medio siglo. Y si miramos a nuestra historia republicana no creo que fuera mejor que la de cualquier otro pais latinoamericano. No se de donde sacamos esa mania de grandeza que parece a salvo de todo "reality check". Realmente no deja de sorprenderme.

Nausea dijo...

La Cuba precastrista estaba muy por delante de la gran mayoría del resto de América Latina, incluyendo a países mucho más grandes y más ricos en recursos naturales. Esa Cuba también estaba por delante o al mismo nivel de varios países europeos, incluyendo a la (mala) madre patria. Teniendo en cuenta que Cuba solamente había sido independiente por medio siglo, sus logros eran muy superiores a los de muchos otros países de la región que eran independientes desde mucho antes. Por supuesto todo eso se hizo sal y agua con el castrismo, pero Cuba NO era el típico fracaso o "basket case" letrinamericano.

Inesita dijo...

Anónimo de las 16:14, estoy de acuerdo contigo y con todo lo demás, y con todo lo que se diga a favor y en contra del artículo. Hoy estoy como Pedro Navaja: no estoy en ná.

Miguel Iturralde dijo...

A pesar de los descalabros y corruptela en el ámbito político, Cuba al cierre de la década del 50 gozaba de una pujanza ecónomica que la colocaba muy por encima de otros países latinoamericanos muchas más extensos territorialmente y más ricos en recursos. Cierto también es que mucha riqueza se encontraba en ciertas zonas y en pocas manos.

Por ejemplo, la ganadería cubana era segunda a la argentina -líder por décadas en América Latina- en el número total de cabezas de ganado en proporción a su población. En Cuba habían más médicos y dentistas en proporción a su población que en paises como España e Italia, pero los mismos se concentraban en los centros urbanos y la asistencia médica y dental era nula o inexistente en la ruralía cubana.

El renglón de la construcción representó el 30% del crecimiento de capital en la Cuba de los 50's. Así fue que los cubanos invirtieron su dinero en la Isla, en contraste con intereses en EEUU, Gran Bretaña, Francia y Holanda que poseían acciones o eran dueños de centrales azucareros, "utilities" -electricidad, teléfono, ferrocarriles- y refinerías petroleras -Shell, por mencionar una. Hasta inversionistas de Alemania Occidental fueron dueños de una cadena de supermercados en Cuba.

La banca cubana era muy conservadora en términos de financiar proyectos riesgosos, por lo tanto, gozaban de una liquidez saludable, y el Banco Nacional pudo equiparar 1:1 el peso cubano con el dólar norteamericano durante casi toda esa década, aun cuando en el país había un "estado de guerra".

Hugh Thomas documentó con lujo de detalles el estado de la economía cubana al momento de los barbudos hacerse con el poder en su libro "Cuba or The Pursuit of Freedom".

Saludos.

Nausea dijo...

Las estadísticas, provenientes de fuentes oficiales y organismos internacionales de la época (y no inventadas por viejitos del Versailles en Miami) están disponibles, como siempre lo han estado, aunque muchos las “ignoran” con toda idea, si es que no las niegan. Resultan tan esclarecedoras como deprimentes, por no decir desgarradoras, pues dan fe del enorme, del monumental descalabro y desastre que lo arruinó y lo desperdició todo. Por supuesto que ahora Cuba es una mierda, pero se trata de algo aberrante, anormal y perverso, de algo sumamente patológico. Eso no tiene prácticamente nada que ver con lo que fue Cuba y mucho menos con lo que pudo ser--y estaba muy en camino de serlo. La Cuba que recibió Fidel al caer Batista era una maravilla comparada con gran parte del mundo iberoamericano de entonces. Desgraciadamente, ahora es plenamente “latina,” y ni siquiera del montón, sino del fondo.