A toro pasado,
ganancia de pescadores. Ahora parece lógica y elemental la victoria de Uruguay
sobre Portugal pero les recuerdo que Uruguay se las veía con el actual campeón
de Europa encabezado por el ganador de cinco Balones de Oro mientras que los
presuntos inventores del tango –en cao de queno sea argentino- en la última Copa
América no habían llegado a cuartos de final. Porque después que las cosas
pasan uno descubre cuánta gente lo sabía desde antes. El mundo está lleno de
profetas póstumos.
Pero si se mira la
letra pequeña, el parte del tiempo de ayer, Uruguay acababa de revolcar a Rusia
mientras que los portugueses se habían enredado en un empate con los ayatolitos
de Irán. A Cristiano el equipo no le acababa de arrancar excepto el conectado
Quaresma pero al entrenado luso no se le ocurrió nada mejor que dejarlo sentado
durante tiempo y medio, cuando el daño estaba hecho.
Uruguay con su
delantera temible de Suárez y Cavani era como una combinación de izquierda y
derecha, como los protagonistas de “Arma Letal”. Cavani en el papel de un Mel
Gibson mortal en el remate a puerta y Suárez Glover, pasándole la munición. Cubriéndoles
las espaldas una defensa blindada comandada por Godín, demoledor y seguro como cobro
de hipoteca. Tal parecía que los
uruguayos no tenían medio campo pero ni falta que hizo. Cavani-Suarez
triangularon todo el terreno para que el Hannibal Lecter uruguayo le diera el
pase que Cavani metió de cabeza en el minuto siete.
En el minuto diez
del segundo tiempo Pepe respondió con otro cabezazo pero la lusa ilusión duró
poco. El dúo del momento volvió a combinarse para que Cavani la volviera hacer,
esta vez de pierna derecha. Lo mejor que le quedó a Cristiano en todo el juego
fue ayudar a salir a Cavani del terreno cuando este se lesionó. Total. Ya el
uruguayo había dejado todo dispuesto para que Cristiano se marchara del torneo.