Ayer tuve el
placer de reencontrarme con la obra del artista cubano Lázaro Saavedra. Podría
hablar sin descanso de los efectos que me produce entrar en contacto con la
inteligencia insobornable de sus obras, sobre el espectáculo casi surrealista -por lo raro- del apareamiento de la penetración y la honradez intelectuales. Prefiero, en cambio, compartir una de las tantas obras
que mostró: ese “Software cubano” donde, en la programación de cada una de las
disyuntivas que empiezan por la que plantea la posibilidad (o no) de “Separarse
de la común doctrina, creencia o conducta”, caben todas las existencias cubanas
de las seis últimas décadas.
Blog personal y casi tan íntimo como una enfermedad venérea pensado también para liberar al pueblo cubano, aunque sea del aburrimiento. Contribuyentes: Enrisco (autor de “Obras encogidas” y “El Comandante ya tiene quien le escriba”), su alter ego, la joven promesa de más de cincuenta años, Enrique Del Risco. Espacio para compartir cosas, mías y ajenas, aunque prefiero que sean ajenas. Quedan invitados a hacer sus contribuciones, y si son en efectivo, pues mejor.
miércoles, 7 de mayo de 2014
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