Uno de esos momentos que persisten en no resbalarse nunca de la memoria ocurrió –en mi caso- en un concierto de Jorge Luis Prats. El concierto –dedicado a piezas de Mozart o algún otro alemán- se había terminado demasiado pronto. Seguíamos sin decidirnos a abandonar el lobby del teatro enredados en la convicción de que aquella noche se nos quedaba definitivamente corta. De pronto vimos un grupo de gente escabulléndose teatro adentro y decidimos seguirlos. Fue lo mejor que se nos pudo haber ocurrido. Al parecer Prats había usado la música del alemán como pretexto para ofrecerle a su familia un concierto íntimo en un teatro estatal con piezas de Ignacio Cervantes. Los otros –todos a los que ese día nos dio por regresar a la sala- no convertimos en espectadores furtivos de una música que por primera vez –y ya para siempre- reconoceríamos como nuestra.
Blog personal y casi tan íntimo como una enfermedad venérea pensado también para liberar al pueblo cubano, aunque sea del aburrimiento. Contribuyentes: Enrisco (autor de “Obras encogidas” y “El Comandante ya tiene quien le escriba”), su alter ego, la joven promesa de más de cincuenta años, Enrique Del Risco. Espacio para compartir cosas, mías y ajenas, aunque prefiero que sean ajenas. Quedan invitados a hacer sus contribuciones, y si son en efectivo, pues mejor.
sábado, 23 de agosto de 2008
Danzas de Cervantes
Uno de esos momentos que persisten en no resbalarse nunca de la memoria ocurrió –en mi caso- en un concierto de Jorge Luis Prats. El concierto –dedicado a piezas de Mozart o algún otro alemán- se había terminado demasiado pronto. Seguíamos sin decidirnos a abandonar el lobby del teatro enredados en la convicción de que aquella noche se nos quedaba definitivamente corta. De pronto vimos un grupo de gente escabulléndose teatro adentro y decidimos seguirlos. Fue lo mejor que se nos pudo haber ocurrido. Al parecer Prats había usado la música del alemán como pretexto para ofrecerle a su familia un concierto íntimo en un teatro estatal con piezas de Ignacio Cervantes. Los otros –todos a los que ese día nos dio por regresar a la sala- no convertimos en espectadores furtivos de una música que por primera vez –y ya para siempre- reconoceríamos como nuestra.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
¡Regia interpretación!
Bravo!!! Cervantes, mi favorito... hasta Litz le elogió recuerdo haber leido, creo que "En la música en Cuba" de A.C...
Y Jorge Luis, todo un maestro... siempre he pensado que el tipo era (es) gusano, pero no tengo confirmación de ello.... al menos, siempre me lo pareció en contrapuenteo con el oficialista Frank Fdez... o era yo quien lo deseaba ver así... who knows..
Abrazo...
Y vuelven con el viejo tema de mezclar todo.
En este caso es preocupante pues se trata de un pianista, básicamente (según entiende mi posible ignorancia: no conozco dotes especiales de compositor de Prats) estamos hablando de un deportista del piano. Un ejecutante. Un buen ejecutante, es cierto.
¿Qué podrá tener que ver la posición más o menos gusana de uno que su campo de acción no es precisamente la palabra, ni mucho menos la política?
Otra cosa es el caso de Silvio, maltratado (el caso, no la persona. Que sea él quien se defienda, si quiere, si puede; no yo) en este blog.
Hace poco, hubo tremendo chancleteo aquí con Fito por ciertas declaraciones en Miami. Aparecieron varias posiciones:
a) Los que defendían el talento del argentino, independientemente de lo que pudo hacer fuera de lo suyo: la música.
b) Los que lo descalificaban y lo ponían como un llorón a la altura de Marco Antonio Solís, si hacía falta.
c) Los que evaluaban si era legítimo o no que el hombre intentara buscarse los frijoles (la carne de res sería más exacto en su caso. Para empezar, por tradición nacional argentina. Existen razones más obvias para preferir un plato a otro, en esta comparación culinaria, pero como los opinantes de este blog son tipos tan elevados e intachables, voy a los conceptos; aunque no descarto que el tema se puede desviar a que no hay nada como unos buenos frijoles negros cubanos hechos por un cocinero gusano).
Veo venir (y ahora que todavía está de moda lo del deporte, por las olimpiadas) en este blog que se descalifique a Sotomayor. En ese caso veré qué ponen los ideólogos: el hombre saltaba alto y punto. Pero el cubano (si está fuera) tiene para todo. Me puedo suponer cómo será la cosa el día que le vayan arriba al Soto. Y para colmo, el tipo (sin prever la profundidad del pensamiento crítico nuestro) llegó a meterse en el campo de la música. No sabe lo que hizo: cayó en las manos de los intachables ideólogos que opinan aquí. Más le vale que se adelante y declare que prefiere los frijoles negros, cocinados por algún cocinero gusano.
estimado anonimo: si te fijas cuando hablaba de Prats no mencione el tema politico porque precisamente queria refrescar el blog con algo hermoso y perdurable, al menos en mi memoria. pero no me molesta que alguien toque el tema politico porque desgraciadamente sigue invadiendolo todo: todavia los deportistas dedican sus medallas al comandante o a la que vive en Italia no la dejan ir a ver a su madre moribunda. o cogen musicos presos. todos los cubanos pudieramos decir con Gorki: "a mi no me gusta la politica pero yo le gusto a ella compannero". Matamoros y Kid Chocolate son glorias de Cuba como lo son Sotomayor y Chucho Valdes pero es natural que a algunos nos parezca deleznable la conducta publica de Chuco o el Soto como a algunos les pudo molestar el apoyo de Chocolate y Matamoros a Machado. la diferencia es que Machado salio del poder hace algun tiempo mientras lo efectos de lo otro siguen alli, frescos y renovados cada dia. si bien es sano y conveniente a cada rato olvidarse de que aquello existe la otra actitud, la de actuar y pensar permanentemente como si aquello no existiera, como si no estuviera condicionando continuamente nuestra existencia me parece cuando menos de una muy profunda cobardia.
Publicar un comentario