Director de El País:
Con bochorno y frustración hemos visto la penosa manera en que su periódico ha cubierto las protestas populares del 11 y 12 de julio pasado en Cuba y la brutal represión posterior contra sus participantes. Pese a las masivas manifestaciones a lo largo de la isla presididas por los gritos de “Libertad” y “Abajo la dictadura” la mayoría de los reporteros y comentaristas de su periódico se han esforzado en presentarlas como reacción circunstancial a las dificultades económicas impuestas por el embargo y las restricciones del Covid-19. El ansia de libertad de tantos cubanos tras sufrir la limitación de sus derechos más elementales por más de 62 años es reducida por su periódico a mera fisiología. Avergüenza todavía más que un periódico que tuviera un papel tan destacado en la transición española se empeñe tanto en negar los deseos de libertad de los cubanos.
Ofende, pero no sorprende. Durante años, El País se ha obstinado en mantener como su principal informador en asuntos cubanos a Mauricio Vicent, mal disimulado apologeta del régimen cubano. Décadas ha pasado Vicent aireando inexistentes virtudes del régimen, anunciando reformas que nunca se producen, cambios que nunca llegan. Ahora que los cubanos se han cansado del desprecio del gobierno cubano por sus derechos y necesidades Vicent último insiste en achacarle el malestar de los cubanos al embargo, en ignorar la situación de los cientos de cubanos en prisión a raíz de las protestas del mes pasado y en darle la palabra a voceros oficiosos del régimen cubano. Tanto El País como Vicent, en vez de intentar entender lo que está pasando realmente en la isla, de darle voz a los jóvenes perseguidos por el régimen insisten en buscar medios de maquillar la realidad, tal y como The New York Times y el periodista Walter Duranty maquillaron los peores años de la Unión Soviética bajo Stalin. Para usted, más que petición tenemos una pregunta: ¿Es así como quiere que su periódico quede para la historia cubana? ¿Como el maquillista de la dictadura más extensa del hemisferio?
#SOSCuba #VerdadSobreCuba
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7 comentarios:
Aunque se entiende lo que quieren decir, debieron decir bien claro que se trata de bochorno y vergüenza ajena. El País es precisamente el equivalente español del New York Times, y no lo digo como elogio. Vicent es sencillamente su empleado, que hace lo que le pagan por hacer y cuya labor evidentemente ha satisfecho a sus jefes. Estamos hablando de un reflejo de gran proporción de los españoles, gente que no repara en decir, muy claro y hasta por escrito y públicamente, que España no puede perder a Cuba por segunda vez--con todo lo que eso implica, lo cual es considerable. La petición por supuesto es justa, pero dudo mucho que tenga el efecto deseado. No se puede avergonzar a los que no tienen vergüenza, sobre todo cuando se creen superiores e intocables.
Señor Enrisco,usted es un extremista y guapo a distancia, Mauricio Vicent es todo lo crítico que puede ser desde Cuba y lo hace con valentía y honestidad.
Pedir más a un corresponsal en Cuba es injusto y cobarde de su parte.
Porque no viene usted y hace lo que le pide a otros?
Gracias
Vicent es un agentón. Y usted, otro.
Vicent es un agentón. Y usted, otro.
Vicent es un agentón. Y usted, otro.
Vicent es un agentón. Y usted, otro.
Es muy cuestionable que medios extranjeros (de donde sean) operen en Cuba de forma claramente limitada y controlada por la dictadura castrista. O sea, se sabe sin duda alguna que para poderse mantener en Cuba, le tienen que hacer el juego al régimen, ya que si no lo hacen los expulsan. La pregunta obvia es ¿de qué valen “noticias” esencialmente censuradas? Claro, una cosa es no poder decir la verdad sin tapujos y otra es decir lo que quiere la dictadura, lo cual es complicidad con la misma—y eso es lo que ha hecho Vicent y por ende El País. Si un medio extranjero tiene que servir a un sistema totalitario para quedarse en Cuba, mejor que se vaya y no se preste a un periodismo que acaba siendo una suerte de prostitución.
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