Luis Felipe Rojas de Radio Martí me pregunta por mis lecturas actuales y le respondo -junto a otros nueve lectores- acá:
Siempre nos quejamos de ser un país de poca memoria, donde no hay registro de nada y así nos condenamos a empezarlo todo desde el principio. Habrá que reconocer entonces cuando una generación cumple sus deberes para con su propia experiencia. Ese es el caso de la generación de Mariel. Aunque varios de estos libros ya los conocía ahora me los estoy leyendo como un todo para un estudio que estoy haciendo. Vienen a resultar el reverso anti-épico y profundamente humano de aquellos que se pretendían ser “la Novela de la Revolución”. Estos autores “marielitos” reconstruyen lo que fue la vida cubana entre 1959 y 1980 con una libertad y un desparpajo muy difíciles de encontrar en cualquier literatura.
Ahora estoy terminando La travesía secreta, de Carlos Victoria, pero antes leí o releí La ruta del mago, del mismo autor; Al norte del infierno, de Miguel Correa, Debajo de la mesa y A la sombra del mar, de Juan Abreu, Dile adiós a la virgen, de José Abreu Felippe; y de Nicolás Abreu En Blanco y Trocadero y su increíble recuento de su estancia en la embajada del Perú en 1980 titulada Al borde de la cerca: los 10 días que estremecieron a Cuba. (Sí, estos tres últimos son hermanos). Y por supuesto releí Antes que anochezca, El color del verano y Otra vez el mar, de Reinaldo Arenas. Leer cualquiera de esos libros por separado es altamente recomendable. Leérselos consecutivamente es una experiencia al mismo tiempo fantástica y aplastante. [Añado en este blog: básicamente es la reconstrucción de la vida de los excluidos durante el monstruoso proceso de producción en serie de hombres nuevos en las dos primeras décadas del castrismo. Es el reverso de esa inalcanzada ballena blanca que fue la Novela de la Revolución Cubana para no ser la Novela de la Contrarrevolución Cubana sino novelas (y cuentos, y poemas y obras de teatro) de rebeldes cubanos profundamente comprometidos con su humanidad].
Pero esas lecturas tan organizadas no se parecen a mí.
También estoy leyendo Dancing Bears. True Stories of People Nostalgic for Life Under Tyranny, del polaco Witold Szablowski y El soviet caribeño, del cubano César Reynel Aguilera, una informadísima historia de la influencia secreta del viejo partido comunista en la historia cubana más o menos desde los años treinta del siglo pasado hasta la guerra de Angola.
En algún rincón de la casa debe de haber otros libros esperando porque me vuelva a acordar de ellos pero, de momento, dejémoslos ahí.Ahora estoy terminando La travesía secreta, de Carlos Victoria, pero antes leí o releí La ruta del mago, del mismo autor; Al norte del infierno, de Miguel Correa, Debajo de la mesa y A la sombra del mar, de Juan Abreu, Dile adiós a la virgen, de José Abreu Felippe; y de Nicolás Abreu En Blanco y Trocadero y su increíble recuento de su estancia en la embajada del Perú en 1980 titulada Al borde de la cerca: los 10 días que estremecieron a Cuba. (Sí, estos tres últimos son hermanos). Y por supuesto releí Antes que anochezca, El color del verano y Otra vez el mar, de Reinaldo Arenas. Leer cualquiera de esos libros por separado es altamente recomendable. Leérselos consecutivamente es una experiencia al mismo tiempo fantástica y aplastante. [Añado en este blog: básicamente es la reconstrucción de la vida de los excluidos durante el monstruoso proceso de producción en serie de hombres nuevos en las dos primeras décadas del castrismo. Es el reverso de esa inalcanzada ballena blanca que fue la Novela de la Revolución Cubana para no ser la Novela de la Contrarrevolución Cubana sino novelas (y cuentos, y poemas y obras de teatro) de rebeldes cubanos profundamente comprometidos con su humanidad].Pero esas lecturas tan organizadas no se parecen a mí.También estoy leyendo Dancing Bears. True Stories of People Nostalgic for Life Under Tyranny, del polaco Witold Szablowski y El soviet caribeño, del cubano César Reynel Aguilera, una informadísima historia de la influencia secreta del viejo partido comunista en la historia cubana más o menos desde los años treinta del siglo pasado hasta la guerra de Angola.En algún rincón de la casa debe de haber otros libros esperando porque me vuelva a acordar de ellos pero, de momento, dejémoslos ahí.
3 comentarios:
Ni hubo ni habrá la “gran novela de la revolución” porque no se puede convertir un fraude funesto en epopeya heroica, y mucho menos con el talento disponible entre los escritores “comprometidos” (o sea, sumisos) y dispuestos a emprender lo que acabaría siendo otro fraude--burda propaganda en vez de literatura. Ninguno de ellos llegaba ni de lejos al nivel de Carpentier, y ese viejo oportunista no se iba a hundir en un pantano desprestigiante. Si el “Che,” que tanto pretendía de intelectual muy leído y escribido, hubiera llegado a viejo, posiblemente hubiera intentado algo al respecto, aunque sobra decir que hubiera sido un ladrillo panfletario. Bah.
Enrisco, quisiera conseguir algunos de los títulos que mencionas de la generación del Mariel, me interesa Carlos Victoria y los hermanos Abreu, tengo casi todo de Reinaldo Arenas. Sobre todo Debajo de la Mesa. Cómo podría comprarlos? Un saludo desde Toronto, ernesto.
el contenido esta doble
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