Hoy por hoy con respecto a Cuba la contradicción más amplia no es entre castristas y anticastristas. Aunque sólo sea porque ambas posiciones son minoritarias. O porque hay anticastrismo no es más que castrismo con diferente nomenclatura pero idéntico espíritu. O porque muchos castristas no son otra cosa que chivatos con miedo al ajuste de cuentas. La más extendida de las contradicciones ahora mismo es entre los que aceptan el estado de cosas con la resignación salsera del “esto es lo que hay” y los que insisten en que esa realidad debe ser cambiada radicalmente.
Es una contradicción que se manifiesta en todos los niveles de la vida cubana, dentro y fuera del país. Desde los políticos y expertos que en la esfera pública afirman o niegan la necesidad de cambios hasta los que conducen ese debate en ámbitos más humildes pero no menos decisivos pasando por músicos y artistas defensores o críticos del status quo. No hace falta que enuncien los emblemas del poder para dilucidar su conformidad o no con “esto”. Basta -a veces- con celebrar como "se goza en La Habana". En todo caso la resignación va pasando de la defensiva al contragolpe y ya empieza a elaborar una ideología cada vez más claramente identificable: una ideología formada bajo el acoso de la intransigencia castrista ofrece el curioso espectáculo de acusar de extremistas a los críticos de sus opresores. Entre los partidarios del “esto es lo que hay” los hay profesionales que cobran en dinero o en especie sus declaraciones favorables, su obediencia oportuna o su silencio. En un sitio tan falto de derechos siempre habrá algún privilegio que mendigar.
Pero los hay –y sospecho que sean mayoría- que sinceramente creen que “esto” no tiene arreglo y que lo más patriótico es aceptarlo con sus defectos algunos de los cuales consiguen verlos como virtudes. Y halagan, por ejemplo, la miseria alegre de nuestro pueblo a la que preferirán llamar, si han leído a Vitier, “pobreza irradiante”. A favor de esa convicción, además de la realidad -que no es poca cosa-, está la resignación alimentada por cincuenta años de triunfalista impotencia, sus miedos –algunos de ellos bastante comprensibles-, el socialismo del siglo XXI y su petróleo, la extorsión de los consulados cubanos, el dúo castizo Moratinos- Vicent, Kaos en la Red, la bobería latinoamericana y la inercia mundial y un etcétera largo y esforzado. Todo parece conspirar para hacer aceptable el lema “esto es lo que hay” aunque de esto haya cada vez menos y cada vez más erosionado y la única manera de encontrarle cierta belleza es desde la distancia de ciertos rincones de la diáspora o el entusiasmo del turismo.
Ese es el gran y único logro real del castrismo. Que a fuerza de resistir durante medio siglo incluso gente bien intencionada confunda “esto” con la patria. Que haya conseguido juntar a la fuerza de la represión la de la costumbre. Convertir la resignación en su aliado más consistente. Una resignación que ve en el reclamo de derechos oscuros intereses, politiquería, ansias de protagonismo o simple locura. “Porque no hay más ná”. Y siempre será más fácil agarrar lo que hay que imaginárselo de otra manera y tratar de cambiarlo. Pensar de otro modo es –en el mejor de los casos- ser idealista o comemierda, el más imperdonable de los pecados en un pueblo que se precia de pragmático. Y en el peor ser cómplice de perversos intereses foráneos, como si los derechos fuera algo que a los cubanos, por definición o fatalidad, no nos tocara.
Si dije antes que es una contradicción extendida no creo que sea insoluble. Pero su solución pasa por convencer a los partidarios del “esto es lo que hay” que no hay nada menos pragmático que conformarse con tan poco.
Es una contradicción que se manifiesta en todos los niveles de la vida cubana, dentro y fuera del país. Desde los políticos y expertos que en la esfera pública afirman o niegan la necesidad de cambios hasta los que conducen ese debate en ámbitos más humildes pero no menos decisivos pasando por músicos y artistas defensores o críticos del status quo. No hace falta que enuncien los emblemas del poder para dilucidar su conformidad o no con “esto”. Basta -a veces- con celebrar como "se goza en La Habana". En todo caso la resignación va pasando de la defensiva al contragolpe y ya empieza a elaborar una ideología cada vez más claramente identificable: una ideología formada bajo el acoso de la intransigencia castrista ofrece el curioso espectáculo de acusar de extremistas a los críticos de sus opresores. Entre los partidarios del “esto es lo que hay” los hay profesionales que cobran en dinero o en especie sus declaraciones favorables, su obediencia oportuna o su silencio. En un sitio tan falto de derechos siempre habrá algún privilegio que mendigar.
Pero los hay –y sospecho que sean mayoría- que sinceramente creen que “esto” no tiene arreglo y que lo más patriótico es aceptarlo con sus defectos algunos de los cuales consiguen verlos como virtudes. Y halagan, por ejemplo, la miseria alegre de nuestro pueblo a la que preferirán llamar, si han leído a Vitier, “pobreza irradiante”. A favor de esa convicción, además de la realidad -que no es poca cosa-, está la resignación alimentada por cincuenta años de triunfalista impotencia, sus miedos –algunos de ellos bastante comprensibles-, el socialismo del siglo XXI y su petróleo, la extorsión de los consulados cubanos, el dúo castizo Moratinos- Vicent, Kaos en la Red, la bobería latinoamericana y la inercia mundial y un etcétera largo y esforzado. Todo parece conspirar para hacer aceptable el lema “esto es lo que hay” aunque de esto haya cada vez menos y cada vez más erosionado y la única manera de encontrarle cierta belleza es desde la distancia de ciertos rincones de la diáspora o el entusiasmo del turismo.
Ese es el gran y único logro real del castrismo. Que a fuerza de resistir durante medio siglo incluso gente bien intencionada confunda “esto” con la patria. Que haya conseguido juntar a la fuerza de la represión la de la costumbre. Convertir la resignación en su aliado más consistente. Una resignación que ve en el reclamo de derechos oscuros intereses, politiquería, ansias de protagonismo o simple locura. “Porque no hay más ná”. Y siempre será más fácil agarrar lo que hay que imaginárselo de otra manera y tratar de cambiarlo. Pensar de otro modo es –en el mejor de los casos- ser idealista o comemierda, el más imperdonable de los pecados en un pueblo que se precia de pragmático. Y en el peor ser cómplice de perversos intereses foráneos, como si los derechos fuera algo que a los cubanos, por definición o fatalidad, no nos tocara.
Si dije antes que es una contradicción extendida no creo que sea insoluble. Pero su solución pasa por convencer a los partidarios del “esto es lo que hay” que no hay nada menos pragmático que conformarse con tan poco.
14 comentarios:
¡Ño! Si, por favor; porque me cuesta mucho entender la dedicatoria...
Barbarito, luego la explico pero pienso que mejor quito la dedicatoria para no desviar la atencion de los lectores del centro del texto.
O.K. Enrique. Mensaje recibido.
Gracias.
Sera que mis prioridades no son las que eran, pero la verdad es que a cada rato me sorprendo diciéndome "es mejor que se lo coman todo, y acabemos" como Vallejo.
Enrisco, me haz hecho el dia con este escrito. Estoy pasando precisamente por ese punto donde he comprobado que la contradiccion fundamental hoy por hoy es entre los que nada opinan, o critican a los que lo hacen, y los que nos expresamos por el fin de esta ya demasiado larga condena. En definitiva, parafraseando a Feliu... "yo se que estas ahorcado de un hueco negro infinito, de la muerta pasion, de la neurona poseida". Gracias.
Bueno debió ser has, sorry... pero fue como un haz que me iluminó, je je. Saludos!
Enrisco: A "esto es lo que hay" se le suma otra frase no menos recurrida: "total, ¿para qué?". Como bien indicas: miedo y abulia marcan esa resignación (resingación, dice una amiga mía) que parece consustancial a la mayoría de los cubanos. En el área de la divisa convertible todo el mundo se hace el sueco. Es que uno de los logros mayores del castrismo ha sido venderse como la bendición que todo pueblo requiere para ser feliz, la nación elegida que ni leche ni miel necesita porque es feliz así, de la nada. Es como si les hubieran vendido la lechuza pintada como un loro de exhuberante y colorido plumaje. El silencio del ave, cincuenta años después, es de una contundencia a prueba de terapia. Pero a nadie le gusta que le vean la cara de comemierda, entonces, (para recordar el chiste completo)"la lechuza, hablar no habla, pero presta una atención".
Nivaldo.
el "esto es lo que hay" es primo-hermano "de mejor malo conocido que bueno por conocer", y es la ideologia, si es que se le puede llamar asi donde nos han hecho crecer, porque a estas alturas ya somos casi mayoria los que no conociamos nada mas que aquel mundo virtual, que segun ellos es incomparablemente mejor que el otro, el de todos los demas, donde todos los niños son pobres, y los enfermos mueren sin asistencia medica. Sencillamente han utilizado la desinformacion, y el aislamiento a su conveniencia, lo mas ridiculo es la capacidad de convencer a gentes que se precian de ser inteligentes y de tener mentes abiertas para que les ayuden a sostener una farsa, que dura ya 50 años, gentes que han conocido otro mundo, que es verdad que no es perfecto, pero a estas alturas es mucho mejor alternativa que el regimen totalitario que nos ha tocado, o hemos elegido padecer, ya es dificil discernir si hay imposicion o complicidad colectiva. Porque al final todos hemos sido un poco complices, porque callar no es sino eso, complicidad; y todos hemos callado alguna vez.
Qué importa cual sea la forma de pensar, que importa cual sea el criterio que tengamos y defendamos, lo que realmente importa es la libertad de Cuba y para lograrla debemos ser objetivos, debemos entender que la fuerza no es un medio viable para lograrlo y no es un criterio que deseo imponer, es una realidad que quiero explicar a continuación: Es de sobra conocido que la sociedad internacional actual no reconoce como válida la lucha armada incluso cuando la justicia es su base y su ideal. Los luchadores por la democracia o por cualquier otro ideal son considerados como terroristas y no es eso lo que queremos conseguir para nuestro pueblo.
Es de sobra conocido que una lucha armada acabaría con la tiranía. Es cierto, analizemos el escenario de una lucha armada en la Isla: Vamos a olvidarnos de la opinion pública internacional en contra nuestra, vamos a pensar que nos apoyan, que el mundo entero nos ofrece su mano amiga y obligan desde el exterior a hundir la dictadura, mientras que nosotros desde adentro lo hacemos con la fuerza de las armas. Que bueno sería pero se nos olvida algo, quién prepara la lucha, quien la comanda va a querer el poder y ocurrirá exactamente lo mismo que ocurrió en 1959, muchas palabras bellas, muchos cambios para mejorar la imagen del pais y después la miel del poder nos conducirá a través del terror o del engaño por el camino de una nueva dictadura, qué importa que sea de izquierda o de derecha, qué importa que camino tome, es una dictadura y no creo que el pueblo cubano se merezca una cuarta dictadura en forma consecutiva en los últimos 58 años.
Ya se que aparecerán los comentarios acerca de que por qué tiene que ser así, lo acepto, yo solo estoy dando mi opinión personal acerca de lo que puede ocurrir pero volvamos a suponer que esto no ocurre, que triunfa la justicia sobre la dictadura y se abre el mundo nacional a la democracia, que todo comienza a encaminarse de manera acertada por la libertad, la justicia y los derechos y es entonces que aparece la siguiente pregunta: ¿Quién lo hará? ¿Quién preparará el ejercito que luchará por la libertad de nuestro pueblo?
Dejo las preguntas para que quien tenga las respuestas acertadas me las haga saber. No estoy retando a nadie, tampoco quiero leer o escuchar los comentarios consabidos de que yo si lo hago porque todos sabemos en realidad que no se está haciendo nada al respecto, asi que mejor propongo lo siguiente: Ya que queremos una democracia para nuestro país por qué no hacerlo al modo democrático. Hagamos una encuesta donde participen el mayor número de cubanos que deseen hacerlo, preguntemos acerca del método que debemos tomar para obtener la libertad de nuestra patria, si a través de la lucha armada o a través de la unificación de nuestros efuerzos en una lucha pacífica donde podamos obtener prestigio como seres razonables y ganarnos que la presión internacional nos apoye en una causa que nosotros sabemos justa pero que la opinión internacional no lo considera así en una buena parte y por qué, porque nosotros mismos hemos provocado que nos cataloguen como intransigentes, como delincuentes, como mafiosos que todo lo queremos lograr a la fuerza, a eso me refiero, cambiar nuestra presentación, cambiar nuestras discordias nos ayudará a unificarnos, qué importa cual sea el tipo de lucha que se emplee para derrocar a la dictadura será apoyado porque fue la mayoría de nuestra comundidad quien decidió el camino a seguir.
www.proyectoopinioncubana.com
No soy tan pesimista como Enrisco, las situaciones anormales no tienen soluciones normales y en la isla están ocurriendo cosas muy interesantes que creo aumentarán en los próximos años. El Caribe no es Europa ni Euroasia y está cerca de EE.UU., cierto, pero las formas del poder son las mismas. ¿Cuántos años demoró el bloque del Este para caer?Todo el mundo se acuerda de cuando cayó, pero no de cuanto duró. La lucha que nos toca a los cubanos de esta generación es la de sentar las bases del futuro, mirar por encima de la baranda y garantizar que esto que tenemos hoy no se repita nunca más. Tal vez lo que haya que cambiar, por ahora, sea la perspectiva. Dejar de comparar a Cuba con los lugares de residencia que tenemos en el mundo industrializado y valorar más las potencialidades de las modestas acciones que se están llevando a cabo en las calles y los hogares cubanos. Tenemos un aliado irrevocable que se llama Tiempo, sin acomodarnos, debemos aprender a reconocerlo en la vida diaria y a cómo usarlo a nuestro favor.
Enrique, ésta es una de tus más incisivas intervenciones críticas, si no la mejor que he leído en este espacio. Pensar la resignación y las ficciones que éste afecto produce es una tarea necesaria para reflexionar sobre la relación entre las sociedades contemporáneas y diferentes formas de poder autoritario.
Con tu permiso, Enrisco
Opinión Cubana:
Tu... digamos "romántica" proposición se da de bruces con la realidad de que el pueblo cubano no está hecho de ninguna madera excepcional, ni reconoce instintivamente, ni identifica ninguna razón aglutinadora (a diferencia de los judíos, por ejemplo) para pasar por encima de las... "patologías" individuales y "unirse para el logro de un bien común"
No señor, nananina, deja eso pal parque, desmaya eso, nicomedes.
Si fuera el caso contrario, ya hace rato que el castrismo fuera historia, y no lo que es y será por los próximos 20 años: Una herencia real - sociopolítica.
Y si quieres una prueba, re-lee tu mismo texto. En tu pregunta "¿Quién lo hará?" está la quintaesencia de la "filosofía" política cubiche. Y como si no hubieran habido ya miles de esfuerzos de todo tipo, por parte de cubanos y cubanas dentro y fuera de la isla, para siquiera aglutinar no ya una acción, sino un consenso común contra el castrismo, que siguen cayendo uno tras otro en el saco roto de la cotidianeidad criolla.
Repito, nos la pasamos esperando por ese "alguien" y cuando lo tenemos delante de los ojos, lo vendemos/abandonamos/traicionamos ó sólo lo seguimos si mide 6 pies y viene al frente de un ejército de pistoleros
Es nuestra propia salación. Pero igual se te agradece el interés.
"La cosa está mala" es otra de las frases...
Una amiga me dijo hace años "La cosa está mala y esto no tiene arreglo". Yo, a ratos, pienso igual..........
El castrismo se cae con consciencia. Que inteligente soy, verdad? Si, da risa, porque es lo unico que falta en Cuba. Si la hubiera, ni siquiera lideres harian falta. Un cansancio general, de todo el pueblo, que un dia se levante y diga: hasta aqui llegue. Y hagan algo bien simple -por ejemplo, no salir de sus casas. Y toda Cuba vacia, todo el mundo adentro de sus casas, alli donde la policia no puede entrar a sacarte -por que lo harian, si no estas haciendo nada malo? Todo calladitos, Cuba como un cementerio, y que pasen los dias, y que la prensa internacional filme las calles vacias, todo desierto. Y ya, se acabo el totalitarismo, porque ese espejismo llamado revolucion, que funciona a base de "demostrarle al mundo que el pueblo esta con ellos", se cae simplemente, con cualquier accion simple, que le demuestre al mundo la realidad: que el pueblo no esta con ello y para eso, bastaria cualquier accion que sea solo un mensaje. El muro cubano, no es de concreto, es de conciencia, de vencer el miedo y de decir, hasta aqui. Y la causa a la que sumarse puede ser desde no levantarse de la cama -todo el pueblo- o hasta de no salir a comprar nada durante una semana, que cualquiera escoja la forma, el performance. ESo si, tiene que ser unanime, y si salen los "comunistas", que se vea claramente lo poquitos que son. Y ya, se acabo el comunismo en Cuba. Le parece absurdo mi sueno? A mi tambien, porque dudo que los cubanos algun dia, y TODOS A LA VEZ, lleguen a semejante decision. Y por eso seguiremos alucinando, y sonando, que es lo que podemos hacer.
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