Blog personal y casi tan íntimo como una enfermedad venérea pensado también para liberar al pueblo cubano, aunque sea del aburrimiento. Contribuyentes: Enrisco (autor de “Obras encogidas” y “El Comandante ya tiene quien le escriba”), su alter ego, la joven promesa de más de cincuenta años, Enrique Del Risco. Espacio para compartir cosas, mías y ajenas, aunque prefiero que sean ajenas. Quedan invitados a hacer sus contribuciones, y si son en efectivo, pues mejor.
miércoles, 6 de noviembre de 2024
Se veía venir
No es por hacerme el pitoniso retroactivo pero la victoria de Trump se veía venir. O más bien la derrota de los demócratas en toda regla con una candidata empujada al escenario a última hora y a quien no se le ocurrió nada mejor que prometer más de lo mismo. Esa sensación de derrota generalizada, la percibí especialmente unos diez días antes de la elección cuando un músico de izquierdas ante un público ideológicamente afín convirtió su concierto de música bailable en un llamado a la “resistencia”, como si ya hubieran perdido y tocara pasar a la clandestinidad. En ese momento le dije al amigo que me acompañaba: “van a perder”.*
O el lunes cuando mis estudiantes me confesaron que no votarían por Kamala por causa de… Palestina. Como si Trump fuera un simpatizante de Hamas. Les pedí a modo de ejercicio que cada uno de ellos hiciera su programa político en caso de que fueran presidentes (estábamos practicando el subjuntivo). Unidas todas las propuestas el resultado revelaba tal desconexión con la realidad que tuve que decirles: “Bueno, les informo que van a perder. Muy bonitas y altruistas sus propuestas pero deben saber que nunca ganarían el voto de la mayoría de este país con ellas”.
La noche de la elección vi a una comentarista de Univisión diciendo que “Estados Unidos no está preparado para tener una presidenta mujer”. Como si México estuviera mejor preparado para tener una presidenta judía. Y a la mañana siguiente The New York Times encabezaba su portada electrónica con una columna diciendo más de lo mismo. O sea, que nos esperan cuatro años más de negacionismo demócrata sobre su propia miopía. Y cuando eso pasa lo único que consigue es destrozarse las rodillas de chocar contra los muebles o la realidad, que viene a ser lo mismo.
En cuanto a Trump no me queda otro remedio que sintonizarme en modo religioso. Desear que el Altísimo lo ilumine a la hora de tomar decisiones que queramos o no, nos afectarán a todos. A mí, que no creo ni en el calendario me es más fácil confiar en Dios que en el carácter de un señor convencido de que es lo mejor que le ha ocurrido a la humanidad desde la cuarta glaciación hasta acá y cuyo mayor talento político ha sido conseguir que la clase trabajadora tenga como líder a un multimillonario que todo lo resuelve echándole la culpa a los otros y enfrentando a sus partidarios contra el resto del mundo. Ahora mismo hay un montón de gente celebrando el triunfo de Trump como si fuera la "Primera derrota del comunismo en Norteamérica" y ya la resonancia de esa consigna me pone los pelos de punta. No hay nada más comunista que convertir en enemigo mortal a todo el que piense distinto.
Y con esto consumo mi turno para opinar sobre política norteamericana por los próximos cuatro años.
*No es un truco retórico hablar de una derrota demócrata más que de una victoria trumpista. Los números lo dejan claro. En esta ocasión Trump -resistiendo el desgaste de sus escándalos y juicios- obtuvo 72,623,882 de votos que son 1.6 millones de votos menos que los 74,223,975 que consiguió en las elecciones del 2020 cuando perdió contra Biden. En cambio Kamala apenas llegó a los 67,927,989 de votos, o lo que es lo mismo, 13 millones y pico menos que los 81,283,501 que acumuló Biden hace cuatro años. Mientras Trump mantuvo la misma base electoral que en la contienda anterior (con avances en el voto negro y latino) los demócratas fueron incapaces de inspirar el mismo fervor que hizo que en las elecciones del 2020 se alcanzaran récords de participación. Si fuera cierta la acusación republicana de que en el 2020 votaron hasta los muertos tendrán que reconocer que en esta ocasión los muertos se mostraron menos dispuestos a ejercer su derecho al voto.
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11 comentarios:
La afirmación de que "...nos esperan cuatro años más de negacionismo demócrata frente a su propia miopía" es, lamentablemente, una profecía con alta probabilidad de cumplirse. Esperemos, por el bien de todos, que prevalezca el pragmatismo y no la necedad.
Suscribo tu opinión de que ya es suficiente de política partidista. Hoy, mientras desayunaba, sintonicé "Morning Joe" y me sorprendió la admisión de que el Partido Demócrata está desconectado por completo de la nación. Siguiendo la onda religiosa, Dios se apiade de nosotros los próximos cuatro años. Saludos.
La gente parece olvidarse de que ya fue presidente durante 4 años y “no se acabó el mundo”. Ni siquiera trató de llevar a cabo sus amenazas de meter presa a la bandolera de Hillary. Saludos.
No se acabó el mundo? Te acuerdas del 2020? Y del 6 de enero del 2021?
Tanto como acabarse el mundo... pero echó abajo tradiciones democráticas de los EE.UU., que aunque imperfectas, permitían hacer gobierno sin arrastrarlo por un lozadal. Se pasó cuatro años berreando que le robaron las elecciones y no pudo aportar ni un ápice de prueba. Pero sí, dilo a los familiares de los agentes del Capitolio que sufrieron las consecuencias del 6 de enero de 2021. Saludos.
Solo por cuatro años? Uhm, 🤔... entonces puede ser que "lo" resista.
No, no se acuerda. Debe ser por culpa del Covid que lo contagio un dia cuanpon que era un flu
Dear Enrisco, y por que se iba a acabar el mundo si el Covid solo era "un virus como el del flu"? 🤣
No es hora ya de preocuparse de que tantos estudiantes universitarios sean tan imbeciles que dejando de votar a Kamala le abrieron las puertas a Trump? Que le espera a la nación cuando se gradúen y ocupen puestos importantes. Por supuesto, peor que el daño que podrá hacer Trump.
…Y sonó la “Trumpetilla”...
La trompetilla que le tiró el pueblo norteamericano con estas elecciones a la camarilla de camaradas woke que ahora controlan el partido Demócrata y que se debe haber oído hasta en Marte.
No pudo aportar un ápice de prueba porque no lo dejaron. Le cerraron las puertas de los tribunales con technicalities legales como Moot and Standing. Y una muestra que apunta al descaro son los más de 13M de votos por correo agregados gracias a un COVID salido de un laboratorio comunista Chino.
Y si quiere hablar de lodazal, simplemente mire todo el bandolerismo político llevado a cabo por el FBI, CIA, y varios fiscales estatales.
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