La lengua suelta en su última entrega hace una interesante observación. Habla de la tendencia más o menos reciente de los escuderos “culturales” del castrismo a inspirarse no ya en las fuentes clásicas del régimen sino en Lezama, el máximo representante de la cultura decadente burguesa que quedaba en la isla y a quien sistemáticamente marginaron y vilipendiaron. Al respecto Fermín Gabor se pregunta: “¿Y esta era la gente que iba a ser como el Ché? ¿Estos que terminan invocando a un ángel y a una criada, dos personajes del gusanísimo José Lezama Lima? ¿Qué pasó en el camino? ¿Les cambiaron a un asmático por otro? ¿Para esto han servido cincuenta años de imaginación en el poder, movilizaciones sin término, infinitos discursos, trovadores berreantes, producciones quinquenales de pañoletas de la Textilera de Ariguanabo?”. Lo que ahora tratan de pasar como muestra de tolerancia y madurez no es más que mero agotamiento, total extenuación de cualquier cosa parecida a una idea, ñoñería culturosa de la peor especie. Pero no todo es lezamismo pasado por agua en la generación actual del castrismo.
Hay otro modelo como muestra la foto de arriba. Uno de los vástagos de la Revolución en Persona posando con tabaco y rubia como lo haría su héroe, Scarface, con Michelle Pfeiffer. Tony Montana, ese antihéroe salido de la vena moralista de Oliver Stone transformado gracias al tremendismo de Brian DePalma y Al Pacino en rol model de los desclasados. Un gusano homosexual y un marielito han terminado siendo los modelos de los hijos (reconocidos) de la Revolución. Quizás fuera pretender demasiado pedirles algo de geometría y buen gusto -como le gustaba exigir a Ignatius Reilly- pero no deja de resultar irónico. El lema de tanta inconsecuencia se cae de la mata: ¡Pioneros por el lezamismo! ¡Seremos como Scarface!
[La foto la saqué del blog de Guicho, quien sigue con sus entregas del diario infantil de Antonio castro Soto del Valle]
Hay otro modelo como muestra la foto de arriba. Uno de los vástagos de la Revolución en Persona posando con tabaco y rubia como lo haría su héroe, Scarface, con Michelle Pfeiffer. Tony Montana, ese antihéroe salido de la vena moralista de Oliver Stone transformado gracias al tremendismo de Brian DePalma y Al Pacino en rol model de los desclasados. Un gusano homosexual y un marielito han terminado siendo los modelos de los hijos (reconocidos) de la Revolución. Quizás fuera pretender demasiado pedirles algo de geometría y buen gusto -como le gustaba exigir a Ignatius Reilly- pero no deja de resultar irónico. El lema de tanta inconsecuencia se cae de la mata: ¡Pioneros por el lezamismo! ¡Seremos como Scarface!
[La foto la saqué del blog de Guicho, quien sigue con sus entregas del diario infantil de Antonio castro Soto del Valle]
3 comentarios:
Enrisco: ?Esa foto no es una jodedera de Guicho?
Está más para el actor Matthew McConaughey que para el tal Tony, no?
El pie de foto, en la pagina de Guicho, dice Foto: Tony con papi en cama
No, la foto es real. Ya salio en su momento calzando una noticia sobre la presencia del hijo de Papa' en una festival del habano.
Me falta la foto de cuando Tony sacude las cenizas del tabaco en la copa de la rubita. (Para no ensuciar ninguna de las 9 de él.)
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