Me encanta esto de la "normalización" cubana, sobre todo cuando la explica el New York Times:
"Such short-term detentions occur regularly in Cuba, where officials typically hold dissidents for a few hours or sometimes days.
The dissident group Ladies in White, which conducts a legally permitted march in Havana each Sunday on behalf of political prisoners, reported that police picked up 110 people before and after last Sunday's event"
¡Ojo con esos adverbios! "Regularmente", "típicamente". Ellos nos explican por qué NYT no reporta sobre estos abusos como sobre la intensa vida nocturna habanera: porque se trata de una simple tradición y no de las más atractivas por otro lado.
Pero sobre todo atentos a este otro adverbio: "legalmente". No contentos con la vieja coletilla de "ilegal pero tolerada" que usan otros medios de prensa para referirse a la oposición cubana el NYT se atreve a declararlas "legales". Así que ya saben Damas de Blanco: que Dios las ampare y que el cardenal y el NYT las proteja.
Lo del New York Times con Cuba es algo patológico, o mejor dicho, perverso, y viene de lejos, desde antes del entronamiento del castrismo. Se remonta por lo menos al apogeo del dizque periodista pero muy superior propagandista Herbert Matthews, el que le vendió Fidel al mundo como un nuevo Robin Hood (y le siguió fiel como al amor de su vida, inclusive cuando ya Fidel no lo necesitaba y por supuesto no le importaba un comino).
ResponderEliminarEl problema, que no resalta solamente con Cuba, es que se trata de un caso clásico de hubris, de creerse tan por encima de todo y tan intocable que no hay que molestarse con boberías como la verdad, por no hablar de la decencia y el decoro. O sea, se puede ser árbitro moral sin tenerla y juez sin justicia, pues lo que cuenta es poderse salir con la suya. El dizque periodismo del New York Times, al menos en ciertos campos, es simplemente política por otros medios, lo cual pudiera ser aceptable si no hubiera hipocresía al respecto.
Y dicho sea de paso, lo de Matthews no fue un caso aislado, pues ya existía el antecedente del absolutamente infame Walter Duranty, el encubridor de los horrores de Stalin, algo tan bochornoso que jamás debió haber sucedido nada ni remotamente semejante en el mismo periódico, y por supuesto sucedió. Eso indica un problema orgánico, una suerte de tara, y lo peor no es que el New York Times la tenga, sino que esté tan orondo y orgulloso de ello, sin el más ligero asomo de pudor. Nada, que la miseria humana, cuando puede hacer de las suyas, hace todo lo que posiblemente puede--como demuestra con creces la miseria humana de los mismos cubanos.
Confieso que aun viviendo en EU se me hace dificil comprender la manera en que analizan todo, o casi todo. Muchas veces me parece que me he perdido algo.
ResponderEliminarPero creo que lo que estoy aprendiendo es asumir que estamos en este pais gracias a la bondad, el apoyo y obviamente, a esta manera de analizar las cosas que, luego de haberme beneficiado en lo que me concernia, se me hace dificil para todo lo demas
Asi que he asumido que este es el pais de ellos, que ellos fundaron, en el que se ha recibido inmigrantes del mundo entero, que yo aun con el pasaporte soy un huesped y que como huesped debo tener la educacion de aceptarlos, si no me gustan marcharme y no exigirles que hagan o digan lo que yo no hice ni dije cuando vivia en el pais donde naci
Es que no se debe ser tan descarado e ingrato en este mundo
Anonimo, por un lado el NYT no es este pais, solo una de sus tantas posibilidades. Por otro usted se puede sentir con respecto a el como desee pero es propio de la dinamica de este pais que los grupos de inmigrantes (irlandeses, italianos, judios, mexicanos, etc) expresen sus acuerdos o desacuerdos con el gobierno de adopcion en cuanto a su politica hacia otros paises. Y mas si, como en este caso, se le pide que se sea consecuente con la tradicion democratica sobre la que esta fundada este pais. Si usted se siente inferior a todos esos grupos que han exigido cosas similares antes que usted es problema suyo.
ResponderEliminarNo compadre yo de verdad no me siento inferior, a menos que tu asi me veas por pensar de esta manera.
ResponderEliminarSeguire agradecido a EU, y nunca exigire a este pais o a sus instituciones o medios, que haga o diga algo que yo, cuando vivi, creci, estudie y trabaje en el mi pais, no tuve los pantalones de decir o hacer.
El derecho a expresarse libremente no conduce a que ejercerlo sea razon suficiente para agredir o cuestionar a quien me dio la oportunidad de no negarme ninguna oportunidad