Blog personal y casi tan íntimo como una enfermedad venérea pensado también para liberar al pueblo cubano, aunque sea del aburrimiento. Contribuyentes: Enrisco (autor de “Obras encogidas” y “El Comandante ya tiene quien le escriba”), su alter ego, la joven promesa de más de cincuenta años, Enrique Del Risco. Espacio para compartir cosas, mías y ajenas, aunque prefiero que sean ajenas. Quedan invitados a hacer sus contribuciones, y si son en efectivo, pues mejor.
jueves, 24 de noviembre de 2022
Taquicardia en el banco
Ronaldo -desempleado hace apenas unos días- venía a hacer historia en el partido de Portugal contra Ghana y lo consiguió con la ayuda desinteresada del árbitro: un leve empujón en el área se convirtió en penalti que Ronaldo pateó como si fuera la cabeza del dueño del Manchester United que lo acaba de despedir del equipo y convertirse de paso en el único jugador que ha anotado goles en cinco mundiales diferentes.
Ghana, no obstante, no tenía entre sus planes comportarse para mayor gloria de Ronaldo y André Ayew lo empató a los pocos minutos. Fue entonces que el juego se puso interesante: las defensas se relajaron como ante la llegada del covid y los portugueses anotaron sendos goles de Joao Félix y Rafael Leao. Ya los portugueses se veían contando los tres puntos de la victoria y mandaron a descansar a Ronaldo y a Joao Felix cuando Bukari anotó el gol en el minuto 89 que convirtió el partido de comedia romántica en puro suspenso.
Los nueve minutos añadidos al final del partido fueron más emocionantes hasta ahora del mundial. Hubo de todo, incluido asalto con alevosía cuando Iñaki Williams, importado del País Vasco (su hermano juega por España) se le acercó por atrás al portero Diogo Costa en el momento que iba a sacar el balón, se lo arrebató y estuvo a punto de anotar el empate que sacó, in extremis, uno de los defensas. El juego terminó 3 a 2 y Ronaldo, sentado en el banco con el corazón a 130 pulsaciones por minuto.
Sí señor, la falta a Ronaldo fue un regalo sin VAR de por medio.
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