La idea es presionar al gobierno cubano para que libere a Luis Manuel Alcántara y el resto de los detenidos por razones políticas. Siguiendo la estela de la petición en estos días de un grupo de artistas de que se vele o retire sus obras del Museo de Bellas Artes me pareció apropiado organizar una acción similar. Usar un espacio oficial con apariencia de enciclopedia digital pero creado para enaltecer o escarnecer a determinadas figuras de la vida cubana, manipular la información sobre otras y ningunear al resto, para hacer visible nuestra repulsa a lo que se está haciendo con Luis Manuel. Partimos de la base de que la represión a los más atrevidos de nuestros artistas y conciudadanos se hace a costa del silencio de todos los demás. Un silencio que se hace para conservar ciertos privilegios aunque sea el privilegio mínimo de no señalarse ante la mirada del poder.
En ese sentido no es muy diferente al sentido de la antología “El compañero que me atiende” y que tenía como objetivo hacer visible la vigilancia y represión que han sufrido por décadas los escritores cubanos a manos de la Seguridad del Estado. Recordarles a todos que el mismo Estado que reprime a Luis Manuel es el que reparte privilegios y castigos milimétricamente calculados al resto de los cubanos. En esta protesta hay de todo: aquellos a quienes Ecured ha tratado con guantes de seda para dar una imagen de tolerancia y hacer la información sobre su vida y obra lo más inocua posible y a quienes la entrada de la supuesta enciclopedia convierte en picota pública. Junto a la defensa de los que hoy están presos o secuestrados queremos denunciar a un aparato represivo que nos incluye a todos. Por eso usamos la palabra “desacato”, esa acusación imprecisa con la que se persigue a gente como Luis Manuel y sus compañeros. Intentamos romper esa inercia que quiere vender a Cuba como un país normal y habla de la cultura cubana como un espacio donde impera el respeto por los méritos creativos.
Bueno, no hay que perder tiempo con pedirle desacato alguno a LASA, pues ya se ha hecho con predecible y despreciable resultado. Otra razón por la cual, aunque soy cubano, rechazo de lleno la etiqueta de "latino." Solavaya.
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Lo han soltado--por ahora. La cosa se estaba poniendo demasiado incómoda porque estaba causando demasiado ruido, aunque mucho menos que hubiera causado si el secuestrador fuera de derecha. Claro, le pueden volver a echar mano cuando quieran, y sin duda se lo han advertido. El problema es que la "revolución" ya no es algo joven y romántico, y resulta difícil competir con lo que sí lo es. Además, ahora las noticias no se pueden ocultar ni controlar como antes, aunque el castrismo sigue protegido por la vieja y rancia hipocresía de la izquierda y su burda doble moral. O sea, los mangos ya no están tan bajitos.
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