miércoles, 27 de junio de 2018

Kaputt


Alemania ya lo había avisado: no era la sombra del equipo que se coronó campeón hace cuatro años. Con casi los mismos jugadores, sí, pero cada vez más cerca de la jubilación. Con excepciones como Mario Gómez que ya vino directamente del asilo de ancianos. Incluso los que quisieron ver la derrota alemana ante México como un simple tropiezo debieron notar el trabajo que les costaba colar la dichosa pelotica en la portería. Luego del gol épico o agónico (escoja usted la esdrújula que prefiera) con que Kroos derrotó a Suecia en el minuto 96 Alemania debía derrotar a Corea si quería pasar a los octavos de final. Eso o alguna otra combinación que incluyera un chivo prieto y un racimo de plátanos.

Pero noventa minutos no fueron suficientes para anotarle un miserable tanto a Corea. Ni siquiera para la limosna de un penalti en el VAR. El ataque lento y previsible como en los partidos anteriores y Mario Gómez, Hector y compañía fallando todos los centros que les tiraban. Como si les hubieran dicho que en caso de empate clasificaba el equipo que más goles fallara.  También hay que anotar que Corea contaba con un incentivo extra: de no ganar los jugadores tendrían que pasar el servicio militar obligatorio. Ya hubieran querido los alemanes un estímulo de esa clase. A juzgar por cómo corrían los jugadores coreanos y cómo  lamentaban sus fallos puede concluirse que en Corea del Sur el servicio militar es una experiencia horrenda. Casi tanto como la vida normal en Corea del Norte.

En el primer tiempo México y Suecia empataban a cero. Ese resultado, combinado con el cero a cero germano-coreano clasificaba a alemanes y mexicanos. Pero empezando el segundo tiempo los suecos anotaron un gol. Y luego otro. Y otro más. Los alemanes estaban obligados marcar al menos un gol. Y al fin llegó, en el minuto 90, un gol… coreano. Y minutos después, gracias a que el portero Neuer se creía imprescindible en la remontada alemana, los coreanos volvieron a marcar a puerta vacía. De manera que Alemania por primera vez en la historia fue incapaz de rebasar la fase de grupos de un mundial.

En Alemania, sospechamos, se imponen ciertos cambios. Los más obvios es que todo el equipo acompañe a Mario Gomez en su regreso al asilo de ancianos. La otra es que se reimplante el servicio militar obligatorio para todos los alemanes menores de 30 años.

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