Los partidos entre equipos clasificados tienen algo de descanso dominical,
de vuelta por el parque mientras llega la hora de la fiesta. No digo de
amistoso porque hay encuentros amistosos que acaban en verdaderas masacres. Y
están los otros. Los partidos entre equipos ya eliminados, con su rabia de
desquitarse a golpes con la pared, de dale al que no te dio. Eso fue el grupo C
esta mañana. Por un lado Francia y Dinamarca que se atacaban con el peligro que
puede llevar una batalla a almohadazos. A lo más que llegaron en el segundo
tiempo fue a darle entrada a Mbappé: como meter una piedra en la almohada. Una
decisión que no llegó a mucho porque Francia se empeñó en golpear con el
extremo contrario a la piedra, a Mbappé quiero decir. Y ni arañar pudo la
gruesa carrocería danesa.
Por otro lado andaban Australia y Perú. Sobre todo este último que
andaba deseoso por desquitarse las dos derrotas previas con los pobres
australianos. Que es feo que todo el mundo ande alabando tu juego y no haber
marcado ni siquiera un miserable gol de VAR que es lo menos que se puede pedir
en este mundial. Y sin VAR mediante Carrillo soltó un zapatazo desde el borde
del área que dio fin a la virginidad goleadora de Perú. Luego, en el segundo
tiempo Paolo Guerrero –un tipo de los que no dejan entrar en la mara
salvatrucha por intimidante- rompió su particular divorcio con el gol
remachando la primera victoria de Perú en 40 años. (Sí, en ese mundial que la
dictadura de Videla le regaló al pueblo argentino convenciendo precisamente a
los peruanos que se dejaran meter seis goles: desde entonces venía la maldición
inca).
“Perú se va con un
buen sabor de boca” dicen los titulares que es como decir que la muchacha te
dijo que no, que no la acompañaras hasta su apartamento pero se despidió con un
beso en la boca. Y así se te queda la cara, aunque no te hayan dado ni el
teléfono.
Muy buen partido Australia-Perú. Lo describiste perfectamente, ambos jugaron como si la clasificación para la próxima etapa dependiera del desenlace. Felicito a los peruanos y me hubiese gustado un gol de Tim Cahill en su despedida mundialista. Saludos.
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