El blog del escritor Norberto Fuentes llama la atención -por su vigencia, dice- sobre una vieja charla entre el Che Guevara y Mao Zedong el 19 de noviembre de 1960. Una charla a la que no le falta cierta comicidad involuntaria, pienso yo. Involuntaria y escalofriante. Tal parecería que es el encuentro entre dos estudiantes de marxismo, no muy aventajados por cierto, y de una elementalidad penosa intercambiando impresiones sobre su clase práctica de comunismo aplicado. Lo escalofriante está en que sus conocimientos o ignorancia han sido forjados sobre montañas de cadáveres. Y el tono casual en que lo comentan, claro.
Como cuando discuten
el concepto de burguesía nacional:
Presidente Mao: Aparte de los obreros y los campesinos, ¿quiénes más se han unido a ustedes?
Guevara: Nuestro gobierno representa a los obreros y campesinos. Nuestro país todavía tiene una pequeña burguesía que tiene una relación amistosa y coopera con nosotros.
Presidente Mao: ¿No [hay] burguesía nacional?
Guevara: La burguesía nacional estaba básicamente compuesta por importadores. Sus intereses estaban entrelazados con los del imperialismo y estaban contra nosotros. [Por eso] los destruimos económica y políticamente.
Presidente Mao: Ellos eran burguesía compradora. No [deben] ser considerados como burguesía nacional.
O cuando el Che hace
alarde de su celo expropiador:
Presidente Mao: Ustedes básicamente han expropiado todo el capital norteamericano.
Guevara: No básicamente, sino todo. Quizás algún capital ha escapado [de la expropiación]. Pero no es que no queramos [expropiarlo].
Presidente Mao: ¿Ustedes ofrecieron compensación al expropiarlos?
Guevara: Si [una compañía azucarera] nos compraba más de tres millones de toneladas de azúcar [antes de la expropiación], [nosotros] ofrecíamos una compensación entre 5 por ciento y 25 por ciento [del valor del azúcar comprado]. [La gente] no familiarizada con la situación en Cuba tiene dificultad para entender la ironía incorporada en esta política.
O de su celo
represivo:
Presidente Mao: Aquellos que se pusieron contra ustedes son sus enemigos. Ustedes han hecho un gran trabajo en suprimir a los contrarrevolucionarios.Y sí, habrá que aceptar que su marxismo es elemental pero sus credenciales para ponerlo en práctica son impecables.Y que su principio de supervivencia consiste en ser impermeable al compromiso y hasta ahora les ha funcionado.
Guevara: Los contrarrevolucionarios realizaban actos de agresión. [Por ejemplo,] algunas veces, ocupaban unas cuantas islas, [en cuyo caso] los aniquilábamos inmediatamente después. Nada de qué preocuparse. [Nosotros] ejecutábamos a su líder fusilándolo cuando los capturábamos. Su equipamiento provenía de Estados Unidos y era lanzado en paracaídas.
Presidente Mao: Ustedes también capturaron varios norteamericanos [¿no es así?].
Guevara: [Ellos fueron] procesados inmediatamente y fusilados.
Premier [Zhou Enlai]: El gobierno norteamericano protestaba y ustedes respondían.
Presidente Mao: Ustedes son firmes. Sean firmes hasta el final, esa es la esperanza [de la revolución], y el imperialismo se encontrará en grandes dificultades. Pero vacilen y entren en compromisos, y el imperialismo verá que es fácil [lidiar con ustedes].
Norberto cree que el diálogo entre esos dos es indicativo, ya desde 1960, de la inclinación china a tolerar la existencia de una burguesía nacional y de inversiones extranjeras. Algo así como un anuncio temprano de lo que China empezaría a hacer con titubeos después de la visita de Nixon, en 1972, y con determinación después de la muerte de Mao.
ResponderEliminarNo creo que sea el caso. Mao fue famoso por su política de “usa y bota”. Su aproximación al problema de la existencia, o no, de una burguesía nacional siempre fue mucho más pragmática que teórica. Su idea siempre fue, ya desde mediados de los años 30 y la postulación del famoso camino Yenan, la de usar a los burgueses para alcanzar el poder, o para solidificarlo, y después borrarlos de la faz de la tierra sin misericordia.
Otra cosa habría sido si ese diálogo de cascarita Guevara hubiera sido con Tito.
En realidad el diálogo me parece de una comicidad extrema y me recuerda aquella película argentina titulada (creo) “De eso no se habla”. Porque los dos intercambian elogios sobre la lucha guerrillera y campesina mientras ignoran olímpicamente el elefante blanco que se pasea por ese cuarto de la Historia.
Mao reafirma su grandeza olvidando que su gran marcha y su sagrada victoria no habrían sido posible sin la derrota de los japoneses a manos de los soviéticos y el traspaso del enorme arsenal que estos le transfirieron después de esa derrota.
El porteño, mientras tanto, se infla en su estrategia de lucha guerrillera y campesina olvidando, con una amnesia rayana en la tontería, que hasta el mate que chupaba en la Sierra se lo subía el PSP.
Enrisco, por favor, hazle saber a Norberto Fuentes, y ya si quiere hacer el favor completo, al letrado Comandante, que los campos circulares que se ven en Google Earth y de seguro en los mapas del satélite militar americano que el consultó, al este de San Antonio de los Baños, no tienen nada que ver con hatos y realengos y mucho menos con los colonialista españoles. Son campos con máquinas de riego de pivote central que se instalaron unos cuatrocientos años después, y nada más que eso. Si le interesa les puedo decir donde hay campos similares, y muchos, en lugares que los españoles ni siquiera han estado cerca (por suerte para ellos, los nativos del lugar, quiero decir). Sería bueno avisarle también al General Del Pino y a Chicho el jefe de la escolta. Del Pino se parece mucho aquí a Aristóteles cuando estaba a punto de darse por vencido y Alejandro Magno le explicó porque se crecía el Nilo. Alejandro estaba en lo cierto, pero Chicho (con ese nombre...) no.
ResponderEliminarCesar, yo creo que la "moraleja" que Norberto trata de extraer de esta conversación no es la capacidad de negociacion sino lo contrario. La moraleja esta en esta frase: "Sean firmes hasta el final, esa es la esperanza [de la revolución], y el imperialismo se encontrará en grandes dificultades. Pero vacilen y entren en compromisos, y el imperialismo verá que es fácil [lidiar con ustedes]"
ResponderEliminarDe acuerdo con el anónimo 9:52
ResponderEliminarQue un sabelotodo como Castro I no puediese distinguir en una foto aérea o imagen satelital los círculos formados en un campo agricola por un sistema de riego de pivote central raya en la joda, o es que el tipo estaba rodeado de soplapotes con ínfulas de expertos.
Solamente basta con imaginarse a un "gallego" (porque dice que los agricultores eran blancos), clavando un espeque en medio de un predio de terreno, midiendo la distancia hasta el linde establecido, y de acuerdo a esa medida como radio, hacer un cálculo trigonométrico para lograr una circunferencia perfecta en la extensión de su conuco.
Y sí, el diálogo es sumamente cómico, vamos a pensar que la traducción fue fatula. Mao dejó vestigios de la burguesía nacional, si no creen, indaguen en el bufete Mossack Fonseca. Saludos.
Ah, el Che. Bueno, con todo lo atorrante y HP que indudablemente era, al menos era un "true believer," o sea, se creía la mierda perversa que predicaba. Ese, por supuesto, nunca fue el caso de Fidel, que sencillamente se valió del cuento que mejor le venía para lograr lo que buscaba. En resumen de cuentas, el Che era tremendo comemierda, y Fidel siempre supo que lo era. Desgraciadamente, se puede ser no solamente comemierda sino hasta bien intencionado y resultar altamente nocivo. Mala suerte la de Cuba (es una mentira piadosa, pero no suena mal).
ResponderEliminarComo bien dices, seria hasta comico si no fuera por los asesinados...
ResponderEliminarHenry, fíjate que Norberto dice: "El caso es que ya, tan temprano como el 19 de noviembre de 1960, quedaba claro que los comunistas —los que estaban al mando, quiero decir— se proponían incluir a los capitalistas en el sistema, y como una fuerza, digamos, de avanzada".
ResponderEliminarCreo que por ahí viene la cosa: por una especie de convergencia temprana, una continuación en Mao de la NEP leninista. Pero ni tanto, el pobre Mao solo estaba empezando a boquear porque Nikita acababa de cerrarle el grifo de petróleo.
Cesar, lo que yo veo es un pugilato por ver no quien interpreta mejor la realidad sino quien interpreta mejor el marxismo e incluso le puede hacer aportes. Mao encara la nueva ortodoxia del momento: ha exterminado a buena parte de la "burguesia nacional" y pronto exterminara a casi toda la burguesia nacional y hasta a los violinistas, saxofonistas y demas penetrados por occidente pero insiste ante el discipulo que deben seguirse ciertos pasos al mismo tiempo que lo alaba por no hacer concesiones al imperialismo. El discipulo en cambio cree haber encontrado un atajo y alardea de ello ante el maestro.
ResponderEliminarY pensar que un argentino asmático, arrogante, degenerado y comemierda pudo llegar a ser alguien en Cuba. Otra parte de nuestro bochorno, por supuesto eterno.
ResponderEliminarMas allá de sus melindres teóricos el entendimiento entre los dos surge tacitamente cuando ambos se han dado cuenta de que el otro comparte el principio basico marxista leninista en relacion con el poder: la unica manera de acceder al poder y conservarlo es ser al mismo tiempo pragmatico y despiadado.
ResponderEliminarNoten que el forastero argentino, sin derecho alguno a decidir nada en Cuba, no solamente se expresa con su típica e infundada prepotencia arrogante, sino que habla de Cuba como si fuera una finca que ha comprado o adquirido, y con la cual puede hacer y deshacer a su antojo (incluyendo, claro, los animales humanos que viven en ella). Aparte del derecho del propietario, se atribuye una versión del antiguo derecho divino de los reyes, en este caso el derecho ateo y "científico" del marxismo, como si esto fuera tan natural y evidente que se da por sentado o se cae de la mata. Tal actitud, hasta vista de forma ajena e desinteresada, resulta absurda--o sea, ¿a cuenta de qué? ¿De una teoría sin prueba, o mejor dicho, con muchas pruebas en su contra? Bueno, posiblemente la mejor manera de "comprender" tal fenómeno es como una suerte de fanatismo, y bastante que se parece en su absolutismo a cierta religión.
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