No hace mucho citaba las impresiones de un bloguero argentino a su paso por Cuba a propósito de los argumentos que a veces usan los nativos para justificar eso que -contra el sentido estricto de la palabra- llaman Revolución. Pues hoy el bloguero -que se llama Nicolás Calvo- me deja saber que sus impresiones de la visita junto con las de Juan Ignacio Incardona ya son libro digital llamado Viví Cuba. Crónicas de viaje por la revolución cubana al que se puede acceder gratuitamente aquí. Me he asomado a él y da la impresión de ser el típico libro de entusiastas de la revolución cubana a los que la realidad les da en los dientes. De esos que llega emocionados por estar "en la
tierra que había liberado el Che". De los que declaran sin rubor que conocer la isla "era uno de los objetivos y sueños de mi vida
y estaba ahí, frente a mí" pero que para empezar a cambiar de idea no necesitan ni salir del aeropuerto. Basta con declarar ante el agente en la aduana que se es periodista y ser sometido a una exhaustiva (y educativa) revisión.
“Bienvenido a Cuba”, me dice el policía de civil extendiéndome su mano. Toda la secuencia duró casi una hora y media, y después de darme la vuelta a todo el equipaje –literalmente-, finalmente me dejan entrar al país. Levanté las cejas, le di la mano por compromiso, y sin emitir palabra, le hice un gesto de sorpresa como para que se diera cuenta de que la estadía en la tierra de Fidel no había empezado de la mejor manera.
Me marcaron la cancha de una forma para nada sutil; ahí tomé conciencia de que en Cuba no se puede andar jodiendo y entrevistando a quien uno quiera. ¿Pero por qué? ¿No puedo hablar con quien desee y consultarle sobre los temas que me inquietan y me generan dudas? ¿Qué tendrán que esconder? “Si algo esconden es porque algo anda mal”, pensaba mientras viajaba en el taxi hasta la casa particular donde me iba a hospedar.“Aquí no hay miedo”, decía el slogan en un cartel propagandístico en la vía pública cercano al aeropuerto, debajo del retrato de Raúl Castro. Me reí por dentro. Qué extraño, ya yo tuve miedo y no hice nada malo. Además, si no hay miedo, ¿hace falta aclararlo?
A veces, cuando me siento piadoso (lo cual no es precisamente frecuente) pienso que los tontos útiles son gente ingenua e inmadura que merece más lástima que desprecio. El problema es que abundan tanto y que acaban haciendo daño, aunque sea indirectamente y sin intención de hacerlo. Por eso repito, a veces.
ResponderEliminarGracias por el link. El libro me parece interesante, aunque a los cubanos nos parezca que este sen~or esta descubrierndo el agua tibia, me resulta interesante ver lo que conocen (o deconocen) y piensan la gente por el mundo. Y este argentino en concreto, no creo que deba calificarse de tonto util, me parece una persona que trata de razonar y tener mente abierta y de comprobar por si mismo, cosas que muchos no hacen.
ResponderEliminarBro:
ResponderEliminarHay que odiar a la patria de un modo creativo, decia Lawrence Sterne, y en esto he sido cabal( al menos en el odio, tengo que esforzarme mas en lo creativo). Respecto al lugar que se demoniza en tu tierra se puede idolatrar pero tambien de un modo creativo, annadiria yo. Cuando tenia 15 o 16 annos pensaba que la Yuma era una version gigante de Easy Rider( por supuesto sin el final anticlimatico donde el "red neck" se carga al hippie). A pesar de que este pais me ha tratado como ninguno comprobe que la realidad es mucho mas compleja que mi ensuenno de juventud. Pero creo que lo mas importante es la honestidad. Ejemplo de ello es mi amigo el poeta chileno Javier Campos. Nunca me creyo del todo lo que le contaba de la maldita isla de Juana pero al regresar de Cuba luego de su viaje a la isla lo primero que hizo fue escribirme y confesarme avergonzado que lo que yo le habia contado palidecia con respecto a lo que habia visto. Despues de ese dia nos ha apoyado en todo y ha hecho publica su opinion en todos los foros apropiados.
Un abrazos,
El bro
Perdona el error en el mensaje anterior, quise decir Lawrence Durrell, el de El Cuarteto de Alejandria y no Sterne
ResponderEliminarAl salir de Cuba me quedaba la impresion de que aquello seguiria loma abajo pero no creia que durara tanto tiempo. La realidad me tapo la boca, hoy hace mas de 20 abriles, que contrario al tango si son algo.
ResponderEliminarCada vez que paso por alli me sorprende como se puede estar un poco peor y aun existir. El viejo chiste de gorbachov y reagan paseando por el caribe, llegando a cojimar y viendo a un cubano encendiendo un fuego con dos palitos y diciendo: Tu veras que si este mes no vienen los fosforos esto se cae!!
Muchas cosas buenas les deseo a todos en este 2014.
Peyo.
No, ya Calvo no califica de tonto útil, pero de que lo fue, lo fue. Desgraciadamente, esa "tontería" arrolla, y muchos que la padecen nunca la superan.
ResponderEliminarPuede explicarse el régimen castrista hasta la saciedad y nadie, especialmente los hispanoparlantes, le cree a uno. Lo mejor es que aprendan por sí mismos, como le ha sucedido al periodista argentino.
ResponderEliminarEn el vuelo de partida en 2004, la última vez que estuve en Cuba, a mi lado y en los asientos circundantes habían cuatro parejas de jóvenes colombianos. Eran muy parecido a lo que en EE.UU. se conoce como "yuppies". La muchacha sentada a mi lado me preguntó si yo era cubano y después de la respuesta afirmativa procedió a contarme el desencanto del grupo de amigos con lo que habían visto, palpado y escuchado durante el viaje. Ella y sus amigos habían idealizado a Cuba por muchísimos años y en ésta, su primera y última visita, se habían topado con una realidad totalmente diferente.
Saludos.
Yo me asomé al libro y sali echando un patín, dicen que una imagen vale más que mil palabras. El video de los jovenes argentinos detenidos en casa de Rodiles me llevó menos tiempo y espero que haya tenido mayor difusión. Ademas, hoy cumple 30 años que salió del infierno mi mejor amigo y no estoy de animo para periodistas foraneos desilucionados del mito erótico izquierdoso. En fin...que se agradece el link, pero para mi es como recondenarme la vida escuchando a Edmundo o leer a Ted Cruz, maomeno. Feliz año a todos.
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