En El Nacional de Venezuela apareció hace días un interesante resumen de las relaciones entre Rómulo Betancourt y Fidel Castro. también sirve como argumento adicional para refutar la tesis de que el antiamericanismo castrista fue su reacción a los planes de la CIA para derrocarlo: ya el 25 de enero de 1959 Castro le proponía a Betancourt una alianza antiamericana donde Venezuela pondría el petróleo. Como el Comandante es un tipo paciente insistió con el plan hasta que le funcionó con Chávez, sólo que 40 años después.
Fue, al parecer, un encuentro tenso que al poner las cartas sobre la mesa demostró la absoluta imposibilidad del más mínimo entendimiento. En principio, Castro plantea la necesidad de contar con el respaldo ideológico, político y sobre todo material –petróleo y respaldo financiero– por parte de un gobierno que considera posible enrielar por una vía de enfrentamiento contra Estados Unidos y favorable al desarrollo de sus propias políticas antiimperialistas. Conoce del ánimo revolucionario de los sectores populares, pues ha participado en una masiva y exultante manifestación popular de respaldo, que le organiza el movimiento estudiantil que lo ha invitado al país y, que según el propio Castro, convoca a más de 300.000 caraqueños; resiente la animadversión de los manifestantes contra el recién elegido presidente de la República y pulsa el ánimo contestatario y fervientemente favorable a una radicalización del proceso sociopolítico que vive el país. Sabe, asimismo y de primera mano, de la honda penetración del comunismo venezolano en las filas de las Fuerzas Armadas, y recibe la constatación en el entusiasta discurso de bienvenida que le da en Maiquetía el almirante Wolfgang Larrazábal, y conoce del ánimo imperante en el interior del partido Acción Democrática por los discursos de los líderes de AD Luis Beltrán Prieto Figueroa y Carlos Alberto Rangel. De allí la confianza con que se abre y trata de ganarse a Betancourt hacia una alianza antiimperialista y consolidar un frente unido que busque el control revolucionario del continente. La máxima y nunca abandonada aspiración de su vida. El respaldo de Betancourt le permitiría lograrlo a los menores costos en vidas y bienes.
La gran frustracion de FC siempre fue haber nacido en una islita chiquitica. El pais que siempre le rompio el coco fue Brasil. Se imaginan lo que hubiera podido hacer con esos recursos y esa poblacion?. Cuando la historia lo termine de poner en el lugar que le toca, el de los matones de barrio, deberan reconocerle que hizo todo lo que pudo y mas.
ResponderEliminarFidel fue "captado" por agentes comunistas mucho antes de 1959, pero no de forma tan obvia como el hermano, pues se esperaba mucho menos de éste y no era necesario mantenerlo tan encubierto.
ResponderEliminarDa pena seguir oyendo eso de "la revolución traicionada," pues Fidel nunca tuvo en mente otra cosa que la que hizo. El plan siempre fue convertir a Cuba en un satélite de la URSS.
El anti-americanismo de FC nació cuando de adolescente le escribió a FDR pidiéndole diez dólares y éste no se los mandó. :-)
ResponderEliminarEso sí, a su favor se puede decir que siempre ha sido constante hablando mierda y utilizando los recursos ajenos. Saludos.