Siguiendo un mandamiento muy íntimo nunca he regresado a Cuba. La regla dice más o menos “de una dictadura dictadura se sale una sola vez y nunca se regresa”. No pretendo que nadie lo cumpla y en eso radica parte de su gracia: no pretende ser ejemplar, sólo es un límite que me autoimpongo y no me duele menos porque pretenda que otros lo sigan. La compañía o su ausencia en el gesto no me hacen sentir más o menos justificado, más o menos ridículo. Mientras otros reunían dinero y energías para viajar a Cuba yo lo hacía para sacar a mi familia. A ciertos amigos imprescindibles he intentado visitarlos no bien ponen un pie fuera de la isla aunque sea de manera temporal. Y he tenido suerte con ambos empeños así que no puedo responder qué habría hecho si a estas alturas no hubiera podido ver a mis padres. Y sigo en mis trece aunque me duele no haber vuelto a ver ciertos amigos (y eso Castillo, va especialmente contigo) o ciertos lugares. Y esa renuncia no ha sido desinteresada, claro está. La he hecho a cambio de mi libertad para decir lo que pienso a cada momento y evitar que ciertos silencios me hagan sentir demasiado incómodo conmigo mismo.
Y digo lo anterior para dejar claro lo poco que me conciernen en lo personal las medidas que aprobara Bush hace seis años y que acaban de ser derogadas. De esas medidas se podía decir cualquier cosa menos que respondían a una lógica política. Castigar la prisión de opositores limitando los viajes y la ayuda interfamiliar parecía reforzar el más profundo de los principios castristas, el de dividir a las familias cubanas y convergía por anticipación con las contramedidas del régimen: castigar a los cubanos de adentro subiendo los precios de casi todo. Cierto que no es ético acogerse a la ley de ajuste cubano (una ley destinada a ofrecer refugio político a los perseguidos) para seis meses después aparecerse en La Habana cargados de gangarrias pero hay un margen en el comportamiento ético en el que ninguna ley debería entrometerse. La ley era, desde casi cualquier punto de vista, insostenible y su único efecto práctico ha sido dividir aún más a los cubanos que viven en los Estados Unidos y enturbiar el terreno de lo político. Lamentar hoy su desaparición tiene aún menos sentido que celebrarla. Porque tampoco hay muchos motivos que celebrar. Cuba en su relación con los Estados Unidos regresa al estatus del 2002 y respecto a sí misma sigue siendo más o menos tan inhabitable como siempre. Lo único que cambia es el horizonte de posibilidades y con ello el margen de errores y de aciertos.
Nadie debe congratularse ni afligirse demasiado. Yo, que soy de los que siempre ve la botella medio llena lo único que veo de bueno en todo esto es el desatascamiento del juego, la posibilidad de intervenir un poco más en él. El poco entusiasmo del Delirante en Jefe –por infantil que parezca- es un indicio de lo mal que le viene que se sacuda un poco el tablero a quien se apuesta por los aburrimientos de un juego perfecto. Y sí, el embargo de momento que se quede donde está, aunque sea como artefacto simbólico para que al menos no se crea que se lo ofrecen en prenda a su buen comportamiento. Algo nos tocará hacer a nosotros. Incluso romper con algún mandamiento y armar lo que haya que armar.
Y digo lo anterior para dejar claro lo poco que me conciernen en lo personal las medidas que aprobara Bush hace seis años y que acaban de ser derogadas. De esas medidas se podía decir cualquier cosa menos que respondían a una lógica política. Castigar la prisión de opositores limitando los viajes y la ayuda interfamiliar parecía reforzar el más profundo de los principios castristas, el de dividir a las familias cubanas y convergía por anticipación con las contramedidas del régimen: castigar a los cubanos de adentro subiendo los precios de casi todo. Cierto que no es ético acogerse a la ley de ajuste cubano (una ley destinada a ofrecer refugio político a los perseguidos) para seis meses después aparecerse en La Habana cargados de gangarrias pero hay un margen en el comportamiento ético en el que ninguna ley debería entrometerse. La ley era, desde casi cualquier punto de vista, insostenible y su único efecto práctico ha sido dividir aún más a los cubanos que viven en los Estados Unidos y enturbiar el terreno de lo político. Lamentar hoy su desaparición tiene aún menos sentido que celebrarla. Porque tampoco hay muchos motivos que celebrar. Cuba en su relación con los Estados Unidos regresa al estatus del 2002 y respecto a sí misma sigue siendo más o menos tan inhabitable como siempre. Lo único que cambia es el horizonte de posibilidades y con ello el margen de errores y de aciertos.
Nadie debe congratularse ni afligirse demasiado. Yo, que soy de los que siempre ve la botella medio llena lo único que veo de bueno en todo esto es el desatascamiento del juego, la posibilidad de intervenir un poco más en él. El poco entusiasmo del Delirante en Jefe –por infantil que parezca- es un indicio de lo mal que le viene que se sacuda un poco el tablero a quien se apuesta por los aburrimientos de un juego perfecto. Y sí, el embargo de momento que se quede donde está, aunque sea como artefacto simbólico para que al menos no se crea que se lo ofrecen en prenda a su buen comportamiento. Algo nos tocará hacer a nosotros. Incluso romper con algún mandamiento y armar lo que haya que armar.
Totalmente de acuerdo contigo Enrique..Yo soy de los que ha ido, pero te confieso que cada dia me pesa mas el hacerlo y me duele la indolencia y la "cabrona" de los que se aprovechan de la generosidad de este pais para con ellos (sin la mas minima necesidad de hacerlo, mas alla de ayudar a loa habitantes de una Isla que no saben como quitarse un tirano de encima...)
ResponderEliminarBuena gente Castillo,El Goyo, Frank y algunos nombres mas que olvido (son ya 15 años) de aquellos 90 en EPROYIV...
No le gusta nada lo que esta pasando..Hasta la escuela de las Americas metio en el Potaje (sabe el que el Canal YA es de los panameños..que estan locos por devolverselo a los Americanos, a ver si se endereza?)..en cualquier momento le hace un mitin de repudio al Hubble y a Billy el Niño....
Muy de acuerdo contigo Enrisco. Y siguiendo por una tangente de tu tema: Sabe alguien si, ahora que las medidas de Bush fueron derogadas, el gobierno de Blancanieves tiene algun plan para volver los precios a la normalidad o quitar el gravamen sobre los USD en el cambio a CUC?
ResponderEliminarSoy de los que se "salio" no hace tanto de la isla-gulag, pero como Enrisco creo que es necesario un poco de coherencia entre tanta desidia y doblez. Aqui estoy en Montréal, trabajando para construir mi futuro y el de mi familia y no esperando, sino exigiendo que el gobierno cubano acabe de abolir sus medidas draconianas para con todos los cubanos, los de la Isla y los del Exilio. Hasta tanto, seguiré sin ir.
ResponderEliminar"Dividir a las familias" ¡Hay que ver que se habla mierda! Los cubanos que somos más marañeros quel diablo no hemos dejado de ir a Cuba cada vez que nos ha dado la gana, con las leyes de Bush y sin ellas. Esto nada más es una maniobra política de Obama para quitarse la jodienda de Lula y los otros con el embargo. Un huesito tirao no a los cubanos sino a los otros latinos comunistoides para que no le jodan el montaje de estrella de rock al Mesías en la cumbre de indiecitos porque ya probó que tiene a Europa en el bolsillo.
ResponderEliminarY yo tampoco voy a Cuba.
Puedo decir que soy de los que voy (tengo 3 visitas en 15 años) pero la ley hasta me servia de excusa con la vieja. He preferido, incluso, verla en terceros paises para evitar esos viajes al PARAISO.
ResponderEliminarNo disfruto los viajes, mas alla de ver a la familia, me entristece ver toda la gente vegetando, pudriendose alli, amigos muy capaces que han perdido su juventud por no haber dado el paso y que ya les paso su cuarto de hora.
Soy incluso pesimista, pues toda esa gente es la que va a heredar ese desastre sin patas que tienen de pais, el caudillismo es nuestro mal endemico. No se escapan los de Miami, los Diaz Balart y compañia son el ejemplo concreto y los fraudes al medicare son moneda corriente.
Creo que por eso el coma-andante le puso punto cero a su guarida, cuando el acabe su basura, a partir de ahi hay que empezar todo de nuevo.
Si albergo esperanzas de que la medida sobre las comunicaciones pueda ser un impulso, pero ya sabemos, una cosa piensa el borracho, y otra el bodeguero, hay que ver si el pez traga el anzuelo.
Peyo el afrocan
Puedo decir que soy de los que voy (tengo 3 visitas en 15 años) pero la ley hasta me servia de excusa con la vieja. He preferido, incluso, verla en terceros paises para evitar esos viajes al PARAISO.
ResponderEliminarNo disfruto los viajes, mas alla de ver a la familia, me entristece ver toda la gente vegetando, pudriendose alli, amigos muy capaces que han perdido su juventud por no haber dado el paso y que ya les paso su cuarto de hora.
Soy incluso pesimista, pues toda esa gente es la que va a heredar ese desastre sin patas que tienen de pais, el caudillismo es nuestro mal endemico. No se escapan los de Miami, los Diaz Balart y compañia son el ejemplo concreto y los fraudes al medicare son moneda corriente.
Creo que por eso el coma-andante le puso punto cero a su guarida, cuando el acabe su basura, a partir de ahi hay que empezar todo de nuevo.
Si albergo esperanzas de que la medida sobre las comunicaciones pueda ser un impulso, pero ya sabemos, una cosa piensa el borracho, y otra el bodeguero, hay que ver si el pez traga el anzuelo.
Peyo el afrocan
creo que es hora de olvidarnos de las intenciones que llevaron a quitar las medidasy plantearnos el nuevo juego que tenemos delante con sus nuevas disyuntivas, algunas de ellas bastante incomodas. porque de eso se trata, de salir de la comodidad de los absolutos morales y enfrentar la sucia e incomoda realidad de un pueblo cansado de casi todo. habra que comportarse de una buena vez con madurez y con madurez no quiero decir cobardia sino responsabilidad ante nuestros actos y de eso se trata, de actuar y no esperar que otrs lo hagan por nosotros.
ResponderEliminarY claro, tu familia vive en los eeuu.
ResponderEliminarCarmen
Que claro estas hombre.
ResponderEliminarcarmen, como dicen en cuba: a palabras necias oidos sordos. sonia no te lo ha ensenado todavia?
ResponderEliminarEnrique, te explicas muy bien y se te entiende perfectamente.
ResponderEliminarGracias por tenerlo tan claro.
Comapadre, pero si esto no es más que "intenciones". Aquí nadie, ni Obama ni Castro van a cambiar nada. Obama tiene que ocuparse corriendo de hacer sus comités de apoyo comunitario, tarea que está adelantando la mujer, y arreglar la economía del país. Castro se pasa por los c...cualquier cosa que parezca que lo obliga a algo, él hace lo que le sale de sus c...y no la va a salir cambiar nada en Cuba. Entonces, cuáles son los actos de que hablas y quiénes los tienen que hacer. Oye, la madurez es dejarse de creer en cuentos de hadas contados por otro y entender que la libertad de Cuba pasa, obligado, por derrocar a Castro y eso se dice muy fácil, pero no se hace así como así. Por lo tanto, estas medidas de Obama son humito nada más y hacerse el sueco es bastante inmaduro, Enrisco.
ResponderEliminarClaro, si tú tienes alguna propuesta madura y responsable que hacer dilo y veremos como tumbamos la tiranía de Cuba entre todos, vayamos o no de visita.
pues mi pura esta ahi todavia papa y yo si voy a la poma a verlas aunque los castrones esos esten ahi.
ResponderEliminarsonia
Hola Enrisco,
ResponderEliminarNunca te escribo, pero te leo a diario. Mis felicitaciones por tu blog, hace reir y meditar a la vez (dos cosas muy difíciles).
Por cierto, dentro de poco cumpliré 20 años de exilio. Nunca he regresado y juré que no lo haría aunque cambie la situación cubana (por lo que se ve, parece que no me alcanzará la vida para verlo). Como tú, mis esfuerzos se han dirigido a sacar a mi familia del paraiso tropical. Casi lo he logrado por completo.
Por lo demás, sigo al tanto de la situación de Cuba casi por costumbre, porque ya he hecho mío aquello de que "después de mí, el diluvio". Es muy egoista de mi parte, pero dadas las miserias cada día más terribles de una sociedad que agoniza eternamente y nunca muere, uno acaba por inmunizarse y creerse que ya realmente no nació en Cuba.
Adelante con tu proyecto del blog, es bueno contar con personas como tú.
Un saludo cordial,
V.