martes, 14 de febrero de 2023

Un manuscrito de Antonio Benítez-Rojo


 Cuando conocí a Antonio Benítez Rojo (1931-2005) ya era una vaca sagrada literaria del exilio. Incluso entre hombres de negocios que no lo leían despertaba asombro su erudición y el que ocupara una cátedra de literatura en la Universidad de Amherst cuando sus estudios universitarios los había hecho en Ciencias Comerciales y en Estadísticas. Para mí Benítez Rojo era el autor de libros como Tute de reyes, El escudo de hojas secas, En el mar de las lentejas, pero sobre todo de su ensayo La isla que se repite, que tanto nos había deslumbrado a inicios de los noventa en su intento de anudar en un mismo gesto al Caribe desgarrado en tres lenguas distintas. Tampoco olvidaba que su cuento “Estatuas de sal” había servido de inspiración a la película Los sobrevivientes de Tomás Gutiérrez Alea.  

Sin embargo, cuando me lo encontré en casa de amigos comunes hacia 1997 en el estado de Nueva York de nada de eso le interesaba hablar al escritor. Benítez Rojo era una combinación rarísima: una vaca sagrada septuagenaria menos interesada en hablar de lo que había hecho que de lo que planeaba hacer. Ya La isla en peso le parecía un libro desfasado con el que no conseguía ponerse de acuerdo. Prefería hablar de sus próximos proyectos.  Recuerdo en especial uno en el que estudiaría a Cuba como punto de conexiones de artículos, personalidades e ideas procedentes de todas partes del mundo. Un proyecto monstruoso que tan bien le sentaba a aquella mente omnívora y eternamente curiosa.  

Una de las últimas veces que vi a Benítez Rojo fue el día en que le tocaba dar una conferencia en NYU sobre la Excursión a Vueltabajo de Cirilo Villaverde, uno de los libros más curiosos de todo el siglo XIX cubano y de los que se leen con más placer. Antes de su presentación estuvimos un buen rato sentados en un banco del Washington Square Park, hablando como si nada más importara en este mundo: como amigos viejísimos o como niños que se acaban de conocer. Hablamos del siglo XIX cubano sobre todo, tiempo por el que Benítez Rojo se movía con soltura y con la despreocupada alegría que a veces se permite gente muy joven o muy vieja. Después de todo el siglo XIX cubano a pesar de la esclavitud y las tres guerras de independencia es una época bucólica si se le compara con el XX. Antonio y yo hablamos hasta que le llegó la hora de dar su conferencia. Benítez Rojo presentó su ponencia ante un público nutrido y atento y al despedirse me debió regalar la copia del texto que había leído con anotaciones de su puño y letra. Más que recordarlo lo deduje al encontrar aquellos papeles entre los míos hace unas pocas semanas.

El título de la ponencia es “Touring In-Country an Out: Reflections on Traveling”. En realidad no se trata de un texto rigurosamente inédito sino de una versión ampliada en inglés de un artículo que publicara en español en 1990 en la Revista Iberoamericana bajo el título “Cirilo Villaverde, fundador”. No obstante, la introducción del texto en inglés difiere mucho del original en español. En la nueva versión a Benítez Rojo le interesaba más abordar el libro de viajes como género que fijar la importancia de Excursión a Vueltabajo dentro de la obra de Villaverde. En cambio el desarrollo de la ponencia coincide bastante con el original en español excepto por añadidos al final de los párrafos que muestran una maduración de ciertas ideas y observaciones. O la necesidad de establecer conexiones que antes no había hecho.

Lo realmente inédito en este manuscrito respecto al artículo “Cirilo Villaverde, fundador” son las tres últimas páginas que contienen según el autor “la segunda parte de mi ponencia”. Allí se aparta del análisis del texto de Villaverde para presentar dos ejemplos de lo que llama la “creolization on the Caribean-diaspora stage”.  El primero de estos ejemplos es el del surgimiento del fenómeno musical conocido como salsa. Benítez Rojo fija la aparición de la salsa en el momento en que el boricua Mon Rivera añade a la sección rítmica del son cubano una sección de trombones usando como modelo “the 1950’s trombone duets of J.J. Johnson y Kai Winding, two well-known jazz musicians”. El otro ejemplo de criollización de la diáspora caribeña que da Benítez Rojo en su texto es la refundación de la santería cubana en Estados Unidos “under the name of Yoruba Church”. No hay en el texto una conclusión que justifique que insertara esa parte al final de su análisis sobre Excursión a Vueltabajo. Esto me hace sospechar que en realidad se trataba de ideas que Benítez Rojo planeaba desarrollar más adelante y que incluyó allí como memento para otros y para sí mismo de que tenía otros intereses que lo seguían esperando. 

Sirva esta publicación a los interesados en todos los temas que aborda este manuscrito y como homenaje a una mente eternamente inquieta como fue la de Antonio Benítez Rojo.


P.D.: Para ver el manuscrito pinchar aquí

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