jueves, 28 de noviembre de 2019

Reseña en la revista Quimera

Reseña de Anna Rossell, "Duelo por Cuba" sobre Turcos en la niebla, aparecida en Quimera. Revista de Literatura, núm. 431, noviembre 2019.
DUELO POR CUBA
Enrique Del Risco
Turcos en la niebla
Alianza Ed., 2019, 451 págs.
por Anna Rossell
Merecido el XX Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones a Turcos en la niebla. Los hechos relatados provienen de un conocimiento
íntimo y un profundo sentimiento de ternura hacia sus protagonistas. Por ello sus historias resultan creíbles; sus personajes, entrañables.
Enrique Del Risco (La Habana, 1967), historiador, doctor en literatura latinoamericana, emigrado a España en 1995 y luego a Nueva York, en cuya universidad es profesor, aborda en esta, su primera novela, un tema que le afecta directamente: la emigración cubana en los EEUU. Sin embargo —no es detalle menor—, su objetivo no es dar cuenta de la oposición al régimen castrista en general, intención abocada fácilmente al fracaso. Tampoco adentrarse en la colonia cubana de Miami, donde hubiera podido elegir entre una amplia palestra temática. Miami no le interesa como tampoco interesa a los cubanos de su novela, gente de la segunda generación de la revolución de Castro, desencantada, emigrada a los EEUU entre los años ochenta y noventa del siglo pasado, pero en modo alguno vendida al capitalismo. Del Risco evita lo que podría hacerle caer en burdo maniqueísmo: instala su foco en el condado de Hudson (Nueva Jersey) y parte del atrincheramiento armado del primer personaje, Wonder, en su taller de carpintería, dispuesto a todo ante la amenaza de embargo por la autoridad local —también los EEUU son objeto de crítica: «Mucho hablar de democracia y de derechos, pero en este país, una vez que pones en marcha ciertos resortes del Gobierno, no les queda otra opción que la de usar la fuerza»—.
Para dar una visión amplia del ambiente del exilio cubano crítico y fiel a sus principios Del Risco echa mano de las nuevas tecnologías: los personajes, amigos entre sí, se conectan grupalmente a Skype o a Facetime mientras Wonder espera el fatal desenlace. La autobautizada Banda de los Cuatro: Wonder, Alejandra, British y Eltico toman alternativamente la palabra para dar cuenta de su vida anterior y actual. En primera persona, cada uno de ellos aporta una parte de la historia desde su perspectiva y va sumando un número considerable de personajes indirectos al relato: el Cenizo, amigo de Eltico; Deyanira, artista visual, hermana de Wonder; Juan Carlos, marido de Alejandra; April, amante de British… Bien diferenciados por carácter, los cuatro tienen mucho en común (Dios los cría y ellos se juntan): su inconformismo visceral con la hipocresía, su humanidad y la necesidad de calor de quienes sienten como ellos. La autenticidad de su esencia aboca sus vidas al naufragio, pero la dialéctica de su espíritu auténtico los mantiene asimismo a flote.
El relato de cada uno compone un puzzle que proporciona al lector una idea de la entraña oscura del aparato cubano desde los años ochenta hasta la actualidad: Wonder, hijo de revolucionarios, cuyo padre, falso preso en Cuba, sirvió como chivato del Gobierno, dedicado luego al tráfico sexual y renegado ideológico hasta acabar como preso real; Eltico, hombre bueno, antiguo voluntario en las filas de la Contra nicaragüense; Alejandra, psicoterapeuta argentina, huída a Cuba de la dictadura de Videla con su familia y emigrada después a los EEUU; British, profesor universitario de Historia del Arte, experto en pintura, buen conocedor de la Escuela del río Hudson. Sus conocimientos, el mundillo de galeristas y comerciantes de arte que frecuenta, así como el excéntrico personaje de Deyanira abren una notable ventana adicional al funcionamiento de los círculos artísticos relacionados con el exilio cubano y dejan entrever el esnobismo añadido en su recepción por un público que vive del conocimiento superficial de la realidad cubana.
El sentido del humor, común a todos los personajes hace de la lectura una delicia.

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