martes, 18 de septiembre de 2012

La mano y el gato


Sobre el evento que se ofrecía como una suerte de compensación a la entrega del espacio de la Biblioteca Pública de Nueva York como tribuna para que Mariela Castro mintiera sin ser molestada se ha han escrito un par de artículos (Un coloquio en Harlem y Cuba, Miami y la homofobia). Abajo resumo lo que más me llamó la atención tratando de evitar repetir a los anteriores.

-Las presentaciones telefónicas desde Cuba a cargo de Leannes Imbert Acosta e Ignacio Estrada llamaban la atención por el tono mesurado y concreto con que exponían sus preocupaciones. No pretendían ser disidentes e incluso  Leannes Imbert habló de sus intentos de colaborar con el CENESEX pero al parecer basta no supeditarse dócilmente a la institución que preside Mariela Castro para que se conviertan en enemigos de todo lo bueno que hay en ese país que para conveniencia de los que quieran localizarlo lleva siempre el mismo apellido.

-De la intervención de Achy Obejas –abarcadora, profunda, divertida- si debo elegir algo me quedaría con la sensibilidad con que supo describir su condición de privilegiada en el tiempo que residió –ese verbo tramposo- en Cuba y cómo al describir la tolerancia de sus parientes en la isla hacia su homosexualidad no dejó de recordarle a la audiencia que ella era la que llevaba los regalos. También habló en extenso del CENESEX aclarando que se trataba de una institución creada por la FMC cuya presidenta mientras vivió fue precisamente la madre de Mariela Castro. Esto hace que el cargo de esta última de directora del Centro Nacional de Educación Sexual sea estrictamente hereditario. Recordó además que tanto la condición de sexóloga profesional de la Castro como la aproximación primordialmente clínica de la institución a la homosexualidad dejaba fuera su dimensión social y legal. Que eso explicaba por qué fuera más fácil que los homosexuales en Cuba pudieran someterse gratuitamente a una operación de cambio de sexo a que pudieran hacer respetar sus derechos. 

-Me pareció en cambio preocupante la actitud de los académicos norteamericanos más allá de sus intenciones que supongo buenas –tanto, me dirán, como las que rigen la pavimentación de las carreteras que llevan al infierno cubano. Alguna vez deberían entender que buscar equilibrios entre el verdugo y la víctima no supone ser justo, que buscar matices en la opresión cuando ésta todavía sigue vigente es cuando menos una clara muestra de insensibilidad humana e intelectual. Como si de lo que se tratara fuera de analizar la especial propensión de la subespecie cubensis a la homofobia y no –a juzgar por el título del evento- de las condiciones de vida de los homosexuales en Cuba bajo un régimen que ayer los reprimió con saña y hoy –disminuyendo la represión casi hasta los niveles que se ejerce contra cualquier compatriota- los manipula en sus campañas internacionales de relaciones públicas. 

-Los cubanos, vivan donde vivan tenemos graves problemas para ejercer la tolerancia sexual o de cualquier tipo pero sospecho que se deba menos a la herencia española o africana que a más de medio siglo de totalitarismo machista leninista. Incomoda la insistencia etnográfica y antropológica de la academia norteamericana hacia los cubanos  –sean homosexuales u homófobos, estibadores o artistas- como si los cubanos actuales vivieran fuera del Tiempo y de la Historia. Como si olvidaran que lo que nos hace definitivamente humanos son justo el Tiempo y la Historia. Muchos van a Cuba como quien entra en un barracón interesado únicamente por la música que producen los esclavos cuando les permiten descansar. No debe sorprendernos la banalidad de sus resultados incluso cuando sólo de música se trate. Les ocurre como al Juan Dahlmann de Borges cuando acarició un gato para darse cuenta  “mientras alisaba el negro pelaje, que aquel contacto era ilusorio y que estaban como separados por un cristal, porque el hombre vive en el tiempo, en la sucesión, y el mágico animal, en la actualidad, en la eternidad del instante”. El contacto de esos académicos es igual de ilusorio sobre todo porque no acaban de entender, como sí lo reconoció Achy Obejas, que al fin y al cabo ellos son los que llevan los regalos. Pero la principal diferencia de estos académicos con Juan Dahlmann es que son ellos los que en nombre de su ciencia -y de las visas que necesitan para que los dejen entrar de nuevo- colaboran en negarle a los cubanos el tiempo y la sucesión. Seguramente a su pesar  -como Mariela Castro con sus travestis- al asumir con tanta naturalidad la carencia de derechos de los cubanos estos van siendo reducidos a biología y folclor. 

-Puede parecer exagerado achacar tantas culpas a actitudes basadas en la ligereza y la frivolidad pero si todos los males del mundo se alimentaran únicamente de crueldad y perversión Lucifer no sería más que un pobre diablo. 

-“Por aquellos días se decía que el Ojo Silva era homosexual. Quiero decir: en los círculos de exiliados chilenos corría ese rumor, en parte como manifestación de maledicencia y en parte como un nuevo chisme que alimentaba la vida más bien aburrida de los exiliados, gente de izquierda que pensaba, al menos de cintura para abajo, exactamente igual que la gente de derecha que en aquel tiempo se enseñoreaba de Chile” cuenta Roberto Bolaño en “El Ojo Silva”. Sin embargo, entender las limitaciones de sus compañeros de exilio no le bastaba a Bolaño para atenuar el horror de Pinochet.  

-Todos los exilios, por progresistas que se pretendan –ante la memoria enquistada en la vida que se vieron forzados a abandonar- terminan siendo patéticamente conservadores en los detalles más elementales que son a la larga los únicos que importan. El exilio cubano, que no se pretendía progresista aunque muchos de sus integrantes lo fueran porque, al fin y al cabo, habían sido expulsados del futuro, no tiene por qué ser una excepción. Luego de medio siglo de asentamiento ya saben que sus problemas reales e inmediatos pertenecen menos a la vida cubana que a la norteamericana, la mexicana o la española y que sus límites dependen de las leyes de los países en que transcurren, no de las que sueñan para su país de nacimiento. 

[La intervención de Mabel Cuesta, que fue la única integrante del panel que leyó su ponencia, la publicaré dentro de unas horas]

8 comentarios:

  1. No he leído crítica más contundente a la aproximación blandengue de muchos académicos norteamericanos. Pero vale recalcar que hay mucho trabajo antropológico y etnográfico que sí considera la sociedad cubana bajo Castro como una instancia de los estragos de la modernidad, en este caso de lustre leninista, como dices.

    Una corrección: es Obejas, no Ovejas.

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  2. claro que no me refiero a todos. es una generalizacion de una practica que por suerte tiene excepciones. gracias por la correccion

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  3. " Como si de lo que se tratara fuera de analizar la especial propensión de la subespecie cubensis a la homofobia "
    En el clavo diste una vez más. Una mentira repetida...bueno, ya sabemos el resto.
    La Heredera y sus congueros repiten y culpan a la homofóbica "exclusividad cubana", una de los tantos elitismos que nos inventamos para sentirnos especiales. Yo, que nunca estuve en ningún closet- quizás por estar repleto ya o por mi aversión a los guetos- me sorprendo ante tanta mentira. Me hice adulto en Cuba pero he vivido más de la mitad de mi vida fuera de ella y trotando por el mundo. Pocas sociedades he conocido tan tolerantes con cualquier sexualidad como la cubana. La homofóbica subespecie cubensis fue instigada y obligada por Política de Estado a rechazar, condenar, y hasta matar, a los homosexuales. Esta especie de exorcismo protagónico de La Heredera, incluyendo coreografía de "drag queens", me resulta espeluznante por lo bochornoso de la mentira. Para colmo, quiere poner a los homosexuales en la única escena donde ella los acepta: divirtiendo entre lentejuelas y doblando a Pimpinela.

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  4. Amigo Enrisco, hoy he conocido por una amiga de su último artículo
    ("La mano y el gato") y aunque no soy un intellectual, pues mi labor es
    como plastic, me he decidido a comentar pùblicamente con usted algunas
    de sus afirmaciones. Como bien señala, las mismas nos interpelan a
    todos los cubanos de una manera u otra ( yo soy de los que viven del
    lado de la isla). Creo que no es necesario señalar que sé muy bien
    quién es quien trae los regalos, cuál es, por qué es, cómo es, la
    situaciòn de los homosexuales en este paìs, y el papel que juegan el CENESEX y su directora en todo esto. Tambièn como buen cubano conozco nuestra forma de ver, enfrentar, aceptar o
    no, discriminar y tratar la homoxesualidad y discrepo en su afirmaciòn
    de que "se deba menos a la herencia española o africana que a más de
    medio siglo de totalitarismo machista leninista". Parece que usted o
    falta de este paìs hace mucho tiempo y la memoria comienza a fallarle
    o es demasiado joven para haber conocido la situaciòn de este grupo
    hace 50 años atràs. Si en este momento existen, como usted señala, "...
    condiciones de vida de los homosexuales en Cuba bajo un régimen que
    ayer los reprimió con saña y hoy –disminuyendo la represión casi hasta
    los niveles que se ejerce contra cualquier compatriota... " creo que
    algo se ha ganado. Tambièn creo que no todas las intenciones sean
    polìticas y si muchas de ellas sinceras a pesar de que como tambièn
    menciona "... los manipula en sus campañas internacionales de
    relaciones públicas." Es hora de que empecemos tambièn a ver el vaso
    medio lleno y no medio vacio, pues por mucho que podamos argumentar (y
    en gran cantidad de oportunidades con mucha razòn) todo lo que usted
    señala de innoble en la situaciòn, tambièn hay que reconocer que por
    primera vez la homosexualidad está siendo tratada no como una aberraciòn, anormalidad, conducta
    antisocial, enfermedad o qué sé yo cuántos disparates,sino como lo que es,
    continua...

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  5. una preferencia, un gusto, una decisiòn, una inclinaciòn que hay que
    respetar, entender y aceptar como algo absolutamente normal.
    "Puede parecer exagerado achacar tantas culpas a actitudes basadas en
    la ligereza y la frivolidad pero si todos los males del mundo se
    alimentaran únicamente de"... polìtica, Lucifer no sería más.
    Basta de darle un carácter político a todo lo relacionado con Cuba.
    Por otro lado me parece insultante su afirmaciòn de que "Incomoda la
    insistencia etnográfica y antropológica de la academia norteamericana
    hacia los cubanos... como si olvidaran que lo que nos hace
    definitivamente humanos son justo el Tiempo y la Historia. Muchos van
    a Cuba como quien entra en un barracón interesado únicamente por la
    música que producen los esclavos cuando les permiten descansar." Y es
    cierto esto ùltimo, " Muchos van a Cuba..." porque amigo mìo en este
    mundo y en esta isla y en la mente de los acadèmicos norteamericanos
    no todo es polìtica y no todo se tiene que supeditar a ella, tambièn
    es esa mùsica que tan bien supieron hacer esos esclavos y que nos
    legaron para disfrutarla y enriquecerla aún más y tantas otras cosas
    que conforman esta nación maravillosa que no deja de asombrarnos tanto
    a propios como extranjeros. Creo que es hora de que se empiecen a ver
    las cosas en su justa medida, que no a todos les interesa la situaciòn
    polìtica de nuestro paìs y que aceptemos que a mucha gente ajena por
    nacimiento, otras cosas son las que llaman su atenciòn, acabemos de
    entender que Cuba es polìtica, sí, pero también es arte , es sociedad,
    es historia, es pasarla bien o mal, es familia, recuerdos, gente que
    ríe, que llora, que anhela y se quiere , odia, trabaja, vive y todo lo
    que se nos pueda ocurrir. A los que les interese la polìtica cubana,
    los marcados por ella, los afectados por el sistema que quieran hacer,
    continua...

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  6. decir, opinar, que lo hagan, tienen todo el derecho del mundo y creo
    que hacen muy bien en ejercerlo, pero a los que no les interese, a los
    que no les guste, a los que tengan miedo a opinar, a los que simplemente
    no entienden o no conocen, no hay por qué exigirles que lo hagan, no
    hay por qué criticarlos, están también en su derecho a venir y hacer ,
    decir, opinar o no, investigar, estudiar, participar o dejar de
    hacerlo en lo que , como decimos los cubanos , les dé su real gana. A
    eso, mi amigo, es a lo que se le llama democracia, libertad de
    pensamiento y expresión y yo soy de los que he aprendido a respetarla,
    a admirarla, a tratar de protegerla a toda costa por el valor que
    tiene y ahora le voy a decir como decìa mi abuela: "para que el mundo
    sea mundo tiene que haber de todo, aunque haya gustos que merezcan
    palos".
    Espero que mis opiniones sirvan para que nos entendamos un poco mejor
    y que la tolerancia comience a ser parte de nuestra manera de pensar.
    Solo me queda saludarlo y sepa, sin lugar a dudas, que mis palabras
    son para tratar de acercarnos y entendernos; nunca la discrepancia ha
    tenido mejores intenciones.
    Tony Mendieta Costa.

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  7. -Tony. Si nos viene de herencia porque en España en la actualidad se es muchisimo mas tolerante con el tema que en Cuba? Un salto genetico.
    -Los demas tienen derecho a opinar y yo a opinar de lo que los otros opinan y usted a opinar de lo que yo digo y asi sucesivamente. No veo ningun problema en eso y si lo ve bien tampoco lo vere.
    -y que si todos los intercambios se hacen con la decencia de usted bienvenidos sean. saludos.

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  8. No esperaba menos, lo dicho: "Espero que mis opiniones sirvan para que nos entendamos un poco mejor...mis palabras
    son para tratar de acercarnos y entendernos; nunca la discrepancia ha
    tenido mejores intenciones."
    Mis saludos.

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