miércoles, 23 de noviembre de 2022

Los bélgicos se salen con la suya


En el partido que jugaban contra la favorita selección de Bélgica (segunda en el ránkin de la FIFA) los canadienses (número 41 del escalafón) salieron como si se hubieran tomado la poción mágica de Panoramix, el druida de la aldea de Asterix. Los futbolistas que vinieron del frío consiguieron apabullar a los bélgicos (como dice un socio mío) al punto que los tenían peleando entre sí como si estuvieran decidiendo quién debía fregar los platos al final de la comida. Tanto dieron los de Canadá que hasta consiguieron un penalti. Pero en la portería estaba Curtois, tipo inmenso espiritual (es un decir) y físicamente a quien la portería le queda dos tallas más estrecha, como camisa de reguetonero, y el pobre Davies no pudo hacer otra cosa que fallar.

No obstante, los canadios insistían hasta que... llegó el gol bélgico: un balonazo que cazó Batshuayi al primer picón y lo enterró en el fondo de la red. No hizo falta más. Los norteamericanos del norte no dejaron de insistir aunque sin tino ni suerte y terminaron así perdiendo por la mínima. Bélgica salió aliviada de no terminar como Argentina o Alemania y los canadianos, extenuados, preguntándose si les alcanzará la poción mágica para el próximo juego.

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