Brasil llegaba a este mundial como
favorito y eso no es poca cosa. Sobre todo teniendo en cuenta cómo había
abandonado el mundial anterior. Nada menos con una goleada de 7 a 1 a manos de
los derrotados hoy por México. El 7 a 1 era cosa del pasado. O mejor. Era un
mal sueño del que la selección se había despertado en estos cuatro años. Hoy,
que se enfrentaba a Suiza, era momento de demostrarlo.
El principio del partido pareció
confirmar esa versión optimista. Por el juego colectivo, alegre y por el golazo
de Coutinho. Sambas, culos meneándose, “o hexa é nosso” y todos imaginándose
una marcha triunfal imparable hacia la sexta copa mundial. El 7 a 1 no era más
que un espejismo. Luego vino el gol suizo, la frustración brasileña por
acercarse a la portería contraria, el empate final y se tuvo más claro cuál era
el espejismo verdadero, valga la paradoja.
Nadie como Neymar resume mejor este equipo. Un
tremendo talento que serviría de algo si lograra mantenerse en posición
vertical un par de minutos seguidos. Pero no. Al menor empujón ya anda
revolcado, escupiendo trocitos de césped y pidiendo falta. Un poco más de
insistencia en su posición de homo erectus y quizás veríamos goles y resurgir a
ese Brasil arrollador que dejó de existir en el 2006 al mismo tiempo que el
súbito eclipse de Ronaldinho. Desde entonces solo se han asomado malas copias,
espectros, jugadores talentosos pero horizontales. Una máquina del tiempo
parece ser el único remedio serio. Que viaje al pasado y regrese con Pelé, Garrincha,
Tostao, Rivelino, Zico, Romario, Ronaldo y Ronaldinho en su mejor momento. O al
menos a Neymar en su versión vertical. Si es que existe.
Los clavados al césped se han vuelto una epidemia y Neymar ciertamente es un foco de infección ("el perrito" Suárez de Uruguay es otro que sufre de ese mal). Todavía no he visto a Corea y Japón pero me da la impresión que en este Mundial equipos que no son extraños a esta competencia (esos dos asiáticos, los balcánicos, Bélgica, el mismo México) pero de actuación promedio a baja, le darán muy malos ratos a los "usual suspects". Saludos.
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