miércoles, 18 de abril de 2018

Estoy muy lejos de creer...


José María Heredia, uno de los pioneros del exilio cubano, le escribe a la madre el 5 de diciembre de 1823 desde Boston. Todavía no había cumplido 20 años:

“Nada tengo que decirle sobre mis sentimientos. Su merced puede considerar si me ha sido agradable salir de Matanzas y dejar mi familia, mi estudio y mis relaciones. Empero, no me he arrepentido un momento de haber preferido el destierro al crimen y a la infamia. Estoy muy lejos de creer que esto dure, y entonces, cuando vuelva a Cuba, llevaré conmigo la reputación gloriosa que debe seguir a una honradez acrisolada por una prueba tan penosa”

[El énfasis es mío]

1 comentario:

  1. Y la cosa dura, en gran parte, porque cubanos como Heredia, por no hablar de Martí, siempre fueron casos muy aislados, por no decir anormales, o sea, una ínfima minoría. Pero, ese no es el problema clave; lo fatal es que cubanos que encarnan el polo opuesto han sido y son MUY numerosos, claramente suficientes para potenciar y mantener algo tan nefasto y horrible como el castrismo totalitario.

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