(Lo que empezó como un
simple saludo al aniversario 90 del Innombrable, mi humilde contribución al "Happy Birthday" que la humanidad entonará a coro agradeciéndole a Lina la idea de traerlo al mundo, se ha convertido sin querer en
una pequeña antología que reúne parte de las canciones que ha inspirado en términos
no necesariamente elogiosos. Les agradezco especialmente sus contribuciónes a este post a Boris Larramendi, Manuel Sora y Roger Acosta).
con la suerte que conlleva cuidarla en el sacrificio,
para mover un alpiste hay que pedirle permiso;
si abuelo no está de acuerdo nadie cambia el edificio
Los orígenes del género
anticastro son difíciles de precisar. Lo cierto es que con su imperio absoluto
sobre la conciencia de los cubanos la referencia máxima del castrismo propició
el surgimiento y circulación de la canción anticastrista. No sólo por la
inagotable fuente de inspiración que representó. El silenciamiento de toda
crítica o burla terminó consiguiendo que la más remota alusión a un ente
poderoso, asfixiante, opresor, mentiroso o perverso fuera entendido como
alusivo a su persona. Un silencio rellenado a golpe de complicidad. Como en
toda dictadura que se respete. Yo –a falta de ejemplos anteriores arrancaría
este género donde menos se suele buscar: en uno de sus mayores aduladores de la
últimas décadas, ese que pasó de ser una voz disonante de esa apoteosis de la
uniformidad que era el castrismo a convertirse en rimador de amor con horror ¿o
es que siempre lo fue? Efectivamente: Silvio Rodríguez cuya famosa “Ojalá” fuera
entendida de inmediato como condena “a tu viejo gobierno de difuntos y flores”.
(El uso que le dio la oposición a Pinochet a esa canción se basa tanto en las
posibilidades políticas de dicha canción y en la similitud de la paranoia
interpretativa que provoca toda dictadura). Algo más franco –y por ello
difundido clandestinamente durante décadas hasta que decidió grabarla en el
2002 es el texto de “Ese hombre”
En sus estrofas más críticas dice: “Ese hombre
que por hechos o por dichos/ es amado tanto/ ese hombre que por dichos o por
hechos/es alabado tanto/ se cuide de sí, se cuide de él sólo/ porque hay un
placer perverso en creer/ merecerlo todo/se cuide de sí, se cuide de él sólo/ porque
el mismo don que lo levantó/puede ahogarlo en lodo”.
Incluso perteneciendo a lo
que se da en llamar “la crítica constructiva” su difusión pública era
impensable en aquellos tiempos en que alusiones mucho más tímidas eran
tipificadas como delito.
En 1970 el fracaso de la
zafra de los 10 millones anunciado en un discurso raramente autocrítico por el
padre del proyecto precedió del estreno por parte de Tata Guines y sus
Tataguinitos de una composición de Jorge Poso Sayú en los carnavales de ese
año: “Perico no llores más”. Decía en una de sus versiones "Tápale la boca
a ese perico que está llorando/ con la maraña que ha hecho se está
embarcando":
En cambio los compositores
extranjeros contaban con la ventaja de no tener que contar con tales
subterfugios para expresar una idea bastante elemental. Fuera de la isla el
Innombrable tenía nombre como ocurre en el caso de War (me lo hace notar el
poeta Manuel Sosa) la banda funk-rock norteamericana y su “Fidel’s Fantasy” en
la que Fidel sueña con un tiempo en que la gente lo quería y era libre. “Are
they really happy there, having left/ Their homes and families... ha, ha, ha...
Fidel?/ They're not free, your land's not free, your not free”.
Ahí está el compositor
colombiano José María Peñaranda (1907-2006) autor de las conocidas “Se va el
caimán” (que en su tiempo también supuso un doble sentido político anunciando
la caída de algún dictador) y Me voy pa' Cataca (más tarde grabado por La
Sonora Matancera como Me voy pa' La Habana). En 1974 Peñaranda graba acompañado
de su conjunto “En Cuba no falta nada” con un estribillo que hoy sería
considerado políticamente incorrecto y en aquel tiempo también aunque por otras
razones:
En Cuba se vino a escuchar
dicha canción (en condiciones de discreción extrema) bastante tiempo después cuando en 1985 Tommy Olivencia decidió
hacer una doble versión: una que recogía íntegra la letra original y otra en
que sustituía el vocablo ofensivo por “el del tabacón”.
En la isla la censura
liberaba a los compositores de las exigencias de la claridad. Bastaba cualquier
estribillo oscuramente acusador para que el público viera una clara alusión a
quien regía sus destinos como en el estribillo de la Ritmo Oriental “Aquí el
que manda es Mulé” o “Mentira, quien te lo va a creer” de Alberto Herrero incluso
si el resto de la canción no justificaba el esfuerzo interpretativo. Por si
acaso –al menos en el caso de la primera- eso a los censores les bastó prohibieran
la canción al punto que hoy se hace inencontrable.
El caso de “Ese hombre
está loco” de Fernando Rodríguez popularizado por su hermana Tanya y el grupo
Monte de Espuma es totalmente distinto. La canción, incluida en el disco “Latino”
de 1987 alcanzó una enorme popularidad mientras la gente no paraba de
relacionar el estribillo con El Hombre. Solo que esta vez no se trataba únicamente
del estribillo.
El “interior” de la canción también podía leerse como una
cuidadosa denuncia de la desmesura del poder castrista. No faltó quien en la
estrofa que decía
“ese hombre está loco/ quiso
soñar de más/ y mientras mariposas perseguía/ otro hombre moría”
Quiso ver una alusión a la
muerte del Che mientras ese hombre se entregaba a faraónicas empresas agrícolas.
O quien en la siguiente estrofa vio una referencia a la paranoia bélica del fundador
del castrismo y a sus relaciones con Estados Unidos:
“él creyó que
la tierra/ se debía a la guerra/ él creyó en un altar/ él creó un enemigo/ que
en realidad era amigo/ sólo un amigo más”
Cuando la censura reaccionó
para hacer su trabajo (eran los años de la perestroika, años en que la censura
andaba confusa y lejos de su capacidad de reacción habitual) la canción era
demasiado popular como para hacerla desaparecer sin crear mayor escándalo aun.
Lo que se intentó fue corregir la interpretación popular produciendo un video
clip en el que aparecían imágenes de Hitler o Reagan (el Hitler de turno de la
propaganda oficial) pretendiendo que aquellos eran a los que estaba dirigida la
canción.
No obstante la gente no se
dejó distraer y se cuenta de un famoso incidente en el cine Payret cuando en medio
de uno de aquellos Noticieros ICAIC que reproducían largos trozos de discursos
del susodicho la gente se puso a entonar el ya famoso estribillo. (Si entre los
lectores de esta nota hay algún testigo presencial se agradece aportar su
testimonio).
Otra composición que
adquiriría condición de legendaria sería “Abuelo Paco”. Su autor, Pedro Luis
Ferrer, la incluiría en su álbum de 1994 “100% cubano” pero que desde unos años
antes la había hecho popular en conciertos y grabaciones caseras.
Compuesta en clave alusiva
las referencias a la realidad eran bastante más transparentes al resumir la
historia que va del triunfo revolucionario a la implantación de la dictadura.
Abuelo hizo esta casa, y
aunque todos la vivimoscon la suerte que conlleva cuidarla en el sacrificio,
para mover un alpiste hay que pedirle permiso;
si abuelo no está de acuerdo nadie cambia el edificio
Aunque en la cuerda del
reconocimiento de méritos y la crítica constructiva Ferrer entraba en el
territorio de lo imperdonable al señalar la naturaleza represiva del sistema implantado
por el abuelo Paco:
Ten paciencia con abuelo;
recuerda bien cuanto hizo;
no contradigas su afán; ponle atención a su juicio
gasta un poco de tu tiempo complaciendo su egoísmo.
No olvides que abuelo tiene un revólver y un cuchillo;
y mientras no se lo quiten abuelo ofrece peligro.
Aunque sepas que no dile que sí;
si lo contradices, peor para ti.
no contradigas su afán; ponle atención a su juicio
gasta un poco de tu tiempo complaciendo su egoísmo.
No olvides que abuelo tiene un revólver y un cuchillo;
y mientras no se lo quiten abuelo ofrece peligro.
Aunque sepas que no dile que sí;
si lo contradices, peor para ti.
Mientras tanto en el
extranjero aparecía alguna que otra canción referida al Máximo Líder ya fuera
en términos juguetones y burlones como en el caso de la Samba do Fidel (2009) de los
brasileños Os Mutantes o en en el bastante más agresivo Anti-Castro (2000) de
Brujería.
Apenas unos días antes de
la repentina enfermedad que apartó del poder al ahora cumpleañero salía al
mercado el disco Boomerang de Habana Abierta “Basta que lo digas tú” de Boris
Larramendi y Kelvis Ochoa centrada menos en la denuncia o la acusación que en
la ambivalencia entre la canción de amor y la sátira política. La tradición de
la canción antifidelista regresaba a los orígenes de “Ojalá” (y de paso se
conectaba con el gesto antidictatorial del brasileño Chico Buarque en “A pesar
de voce”) pero 40 años después en un tono bastante más desenfadado.
Un lustro antes el propio
Larramendi había compuesto en tono similar “Canallona” pieza que nunca ha
grabado en disco y raramente canta en público
Y luego en el 2010 compuso
“La conga del mercenario” en los días que se exigía la liberación de los presos
políticos en la isla.
Pero lo que ha marcado un
antes y un después en el género al punto que en ese después ha quedado muy poco
que decir fue “El Comandante’ de Porno para Ricardo compuesta y grabada (mérito
añadido) en la isla y que le presento en la versión que empezó a circular a
fines del 2006.
Y no es que desde entonces
el Comandante haya seguido las recomendaciones inequívocas que le hacían desde
la banda de punk rock pero lo cierto es que desde hace rato se le escucha
bastante menos. La actual decadencia del género es atribuida a la no menos
profunda decadencia de su inspirador aunque se prevee que su desaparición del
mundo de los vivos traerá un momentáneo repunte entre compositores más vivos
todavía.
Ja, ja, ja, no paro de reírme....
ResponderEliminarTotal. Ya escasamente importa lo que se diga del HP, pues en definitiva se salió con la suya y logró lo que buscaba. Se morirá de causas naturales sin haberle rendido cuentas a nadie ni pagado por absolutamente nada. Cierto, aunque hubiera sido enjuiciado y condenado en un proceso a lo Nuremberg (que por supuesto solamente se aplica a criminales de derecha), ni ahorcado hubiera pagado, ni de lejos. Eso es lo que pasa con los monstruos: no hay manera de hacerlos pagar, al menos en este mundo.
ResponderEliminarY dicho sea de paso, cuando al fin se muera este hijo de Lina, ni sueñen con que será tratado como fue Pinochet, por ejemplo, aunque el chileno hizo muchísimo menos daño y acabó salvando a Chile de la plaga comunista que hubiera hundido al país. Todo el mundo (excepto "esa gente" que para nada cuenta) será, como mínimo, muy "moderado," "comprensible" y "tolerante." La justicia era verde y se la comió un chivo, por no hablar de la verdad y la decencia.
ResponderEliminarMuy buen articulo, tengo una compilacion de canciones al comandante, tanto a favor como en contra, y algunas son solo imaginativas, pero pueden servir, piensa en "Corazon de madera" de Donato Poveda, "Guillermo tell" de Carlos Varela, o el "Lucha tu yuca" de Ray Fernandez.
ResponderEliminarpero entre las que si son dedicadas al señor esta "Memoramdum para un tirano" " Que se vaya ya" y "El diablo llego a la Habana" de Willy Chirino, y no puede faltar el clasico "Matar a Castro" de Hombres G.
OP