El domingo pasado escribía facebook: "Obama da la impresión del niño rico que pone el bate, el guante y la pelota para que lo dejen jugar en un cuatro esquinas". Pues el niño rico metió un jonrón. Los otros fueron todo lo marrulleros que pudieron pero resulta que el muchacho se había preparado bien y bateó con todas sus fuerzas. Eso habrá que reconocérselo, sin dudas. Aunque sea por la bulla que han armado los de allá diciendo que no fue jonrón, o que ni siquiera se paró en la caja de bateo*. Y no es que haya ganado ningún juego. El juego es largo y los dueños del juego están acostumbrados a anotarse todas las carreras sucias que puedan y así seguir ganando partidos. Y hasta se aprovecharán de la repercusión mundial del juego para decir que aquello es un campeonato mundial y de paso buscarse patrocinadores. No obstante se necesitará tiempo para aquilatar el efecto que ha tenido en los cubanos de la isla el recuerdo de aquel jonrón de Obama. La impresión que les causó la contemplación de aquellos flamantes bates y guantes. La oportunidad de descubrir que más allá de las marrullerías a las que los han acostumbrado la pelota puede ser otra cosa.
De acuerdo con tu análisis, y de esa visita se estará hablando por buen tiempo. ¿Alguien todavía se acuerda de Francisco y Kiril en el aeropuerto?
ResponderEliminarEl mismo Obama se lo dijo en entrevista a Eduardo Pérez, analista de ESPN y ex-Grandes Ligas, e hijo del toletero camagüeyano Atanasio "Tany" Pérez. Obama le dijo, y cito, "eso fue más que un partido de béisbol, fue un acto de buena voluntad (hacia el pueblo cubano)". El pueblo que se merece asomarse por encima de la verja y ver con sus propios ojos que es lo que está pasando al otro lado.
Eduardo, nacido en Cincinnati y criado en Puerto Rico, le hizo unas preguntas a Obama que otros periodistas, sean o no deportivos, no le hicieron estando en la Isla. Y le habló de la separación de su familia, el ostracismo hacia su padre por jugar pelota profesional en EE.UU., y de las limitaciones sufridas por sus primos y primas que se quedaron allá. ESPN ayudó a Eduardo a traerse de visita a La Habana a su familia de Camagüey, y durante la estadía, un día prepararon un almuerzo típico con todos los hierros para el personal de la cadena y los satélites que nunca faltan. Uno de los parientes dijo que "se habían empatado con algo que raramente ellos disfrutaban, por no decir nunca".
Saludos.
El tiempo lo dirá definitivamente, pero dudo que el discurso de Obama tenga mucho más efecto que el discurso de Juan Pablo II, por no hablar del discurso de Jimmy Carter en La Habana en el 2002 (que fue bastante más fuerte que el de Obama). La gente de Cuba, en general, lo que quiere es largarse y dejar aquella mierda atrás.
ResponderEliminarhablando de pelota,miren que es lo que se traian con la salida de victor mesa y ahora la de julita osendi, como antes fue la de pacheco y los gourriel.
ResponderEliminarhttp://www.diariodecuba.com/cuba/1458812617_21171.html
un equipo de chivatos peloteros.