“Yo,
Publio”, las memorias del artista cubano Raúl Martínez –que alguna vez me
propuse comentar y ya no haré porque ha pasado demasiado tiempo desde que las
leí- padecen de una rara franqueza. Rara no solo por poco
frecuente sino porque al parecer su autor más que proponerse decir la verdad a
ratos esta se le escapara como por un salidero sin que pareciera darse cuenta
de lo mal parada que saldría su imagen con esas confesiones. Como cuando relata
su visita al hospital para ver al pintor Raúl Milián, pareja del también pintor
René Portocarrero:
Me senté en la silla y al preguntarle cómo se sentía, se incorporó en la cama y, con una furia que no le conocía, comenzó a injuriarme en alta voz. Me acusaba de ser el responsable de la mediocridad de la pintura que había en este país; de la falta de perspectiva que tenían los jóvenes por culpa de mi talento malogrado desde el momento en que dejé la abstracción y me puse a pintar a Martí y aquellos otros mamarrachos. Siguió acusándome de oportunista con epítetos cada vez más hirientes, a la vez que aumentaba su cólera.
No salía de mi asombro, René trató de controlar a Milián:
-¿Cómo puedes tratar a Raulito, a quien quieres tanto, de esa manera?
-Es un traidor, un jodido traidor ¿no te das cuenta?
Sea
cual fuere su lógica es de agradecer ambas franquezas. La de Milián al decirle
a Martínez algo que no estaba preparado para oír y la de este último al
reproducir sus palabras. Todo esto me viene a la mente cuando veo que la
ilustración que escoge Cuba Art News para acompañar el anuncio del jurado de
los Premios Arte Cubano, 2015 es precisamente la pieza de Raúl Martínez “Rosas
y estrellas”.
Interesante la anecdota. Yo, Plubio es una lectura que tengo pendiente. Dejando a un lado el hecho de que Raul Martinez usa su primer nombre como una forma de jugar con el titulo Yo, Claudio; me parece que se servia de "Plubio" para firmar todas las declaraciones politicas que en las que no queria que su nombre "Raul"estuviese involucrado. Era el nombre que parecia dejar constancia de que firmaba algo en contra de su voluntad. Era una forma de protestar, aunque hoy pudiera verse como una forma timida de enfrentar al sistema. El trabajo que pones aqui parece ser de mediados de los sesenta, cuando Martinez todavia creia en aquel engendro, aunque con reservas, como puede apreciarse en la biografia de Consuegra. Posteriormente abandono las representaciones de iconos revolucionarios y al final de su vida volvio a la abstraccion, lo cual era tambien su modo de expresar la inconformidad con el gobierno cubano. Aqui te dejo un enlace a una de las primeras entradas que escribi en mi blog. Puede apreciarse su modo de burlarse y criticar al sistema, en una de sus creaciones mas ambiociosas, que se reprodujo bastante en La Habana, como si fuese una de las pinturas emblematicas de la revolucion.
ResponderEliminarhttp://lapizynube.blogspot.com/2008/04/dos-bromas-de-ral-martnez-ii.html
¡Qué moninos que quedaron! saludos.
ResponderEliminarLas memorias, Ernesto, merecen ser leidas por muchas razones. Una de ellas es por lo complejo de la personalidad que emerge alli aunque la franqueza, dicho sea de paso, sea bastante desigual: mucha en lo sexual pero bastante escasa en lo político y muy poco reveladora en lo artistico. Es un texto que aparentemente escribió al final de su vida y es impresionante (por lo ingenuo) como trata de justificarse. Tu interpretación -y eso te enaltece como persona- es bastante más benévola. Muchs gracias por la recomendación.
ResponderEliminarAh, y por cierto, la pieza "Rosas y estrellas" (a cuyo título puede sacársele un filillo subversivo) es de 1972. Y aparece como "cortesía de la colección Farber" así que asumo que les pertenece a los que convocan el premio.
ResponderEliminarVeo que escribi incorrectamente Publio. Gracias por el elogio, pero no me parece haber sido tan benevolente. Muchas personas creian en los dirigentes cubanos, sobre todo en Fidel Castro y Che Guevara, aunque en la practica se percataran que el regimen era opresivo e ineficiente. Ese pudo ser el caso de Raul Martinez, incluso todavia en 1972, despues de haber visto la UMAP y muchos otros horrores. Ese idealismo lo padecieron muchisimas personas. Asi que uno puede atribuirle alguna honestidad intelectual a Martinez.
ResponderEliminarTambien hay que tener en cuenta que los homosexuales eran reprimidos con mas violencia, se sentian mas amenazados y les costaba mas trabajo expresar sus criticas. Ellos tenian que cuidarse mucho mas que otros grupos -que tampoco protestaron gran cosa- y a veces encontraron oportuno congraciarse con las instituciones. Piensa por ejemplo en Servando, con sus cuadros de milicianos para exponer en los salones y los falos que pintaba a escondidas. En ese contexto de homofobia institucionalizada, el cuadro Isla 70 es bastante atrevido (definitivamente uno de los mas atrevidos que se pintaron en las mas de cinco decadas de Revolucion). Hay que pensar que esta hecho por un homosexual que se jugaba el pellejo si descubrian sus alusiones. Ademas esta hecho ni mas ni menos que en los preambulos del llamado quinquenio gris.
no hablo del atrevimiento pictorico sino del modo en que se justifica a si mismo en esas memorias. un poco penoso todo, sobre todo tratandose de alguien tan atrevido en otros aspectos. en fin, que estamos hablando de cosas distintas.
ResponderEliminarno hablo del atrevimiento pictorico sino del modo en que se justifica a si mismo en esas memorias. un poco penoso todo, sobre todo tratandose de alguien tan atrevido en otros aspectos. en fin, que estamos hablando de cosas distintas.
ResponderEliminarSi, perdona. Es que no he leido el libro.
ResponderEliminarEntre algunas personalidades del movimiento pictorico en los años 70' y principios de los 80' era reiterativa la opinion de que Raul era un "hijoeputa" . Antes no se y despues tampoco. Charly.
ResponderEliminarEnrique: La franqueza -tal vez también la cobardía haya hecho acto de presencia- en "Yo Publio, Confesiones de Raúl Martínez" no podía ser de otra forma que desigual para que este libro fuese publicado por la editorial Letras Cubanas en el 2007, según tengo entendido, aunque tampoco me he leido su texto.
ResponderEliminarY yo sé de lo que hablo. Y tú, que eres un escritor, sabes igual o mil veces mejor que yo, que la censura es una cosa espantosa en esa isla de donde escapamos a cualquier parte. Pocos, (quizas el ejemplo de Reinaldo Arenas sea el único que me viene a la mente en este momento) han tenido el coraje del enfrentamiento abierto a esa "cosa" que muchos rechazamos viseralmente. No es necesario que publiques mi comentario, pero si te parece interesante te recomiendo este link, además de todo lo que se dice de este creador en ecured. Honestamente un poco lo que me preocupa es que pasada esta larga noche oscura pretendamos los cubanos hacer lo mismo o parecido a lo que "ellos" hicieron con la etapa anterior al 59...
Coincido con Ernesto en que "Yo Plubio...juega con el mensaje subliminal de que su nombre sea el mismo que el del General. Interesante forma de..."igualarse" en ese aspecto sobre su sexualidad que mencionas.
Saludos
http://www.esquife.cult.cu/primeraepoca/revista/66/05.htm
es un problema discutir sobre algo que solo una de las partes conoce y por favor no entiendas esto como un acto de arrogancia. No trato de juzgar a Raul Martinez. El juicio es de uno de sus contemporaneos y que el no tiene reparos en reproducir en su libro asi que supongo que no haya reparos en que yo lo reproduzca en mi blog. La impresion que me dio el libro es la que puede dar un sujeto libre y creativo como lo fue Raul martinez que termin asumiendo algunos de los razonamientos de su opresor, justificandolo de algun modo. Y no es esta la via para juzgarlo a el sino de llamar la atencion de como un sistema le puede hacer eso a gente libre y creativa sino como termina imponiendo la imagen que mejor le conviene. Porque aqui entre nosotros: dime si no es tramendo que 55 años despues de que hayan llegado al poder se convoque a un concurso no sobre Fidel Castro, no sobre la Revoilucion Cubana sino para artistas cubanos de dentro y de fuera usando ese bello retrato de familia. Que Raul Martinez se haya visto obligado a pintar lo que pinto pase (o se lo haya creido) pero que vengan millonarios americanos a decirnos alegremente "esto es Cuba" le ronca la carabina de Ambrosio.
ResponderEliminary si toda esta discusion sirve para que tres personas mas se lean ese libro (que lo encuentro interesante por muchas razones) pienso que bien valio la pena.
ResponderEliminarEnrique: Llevo suficiente tiempo leyendo tu blog y tu página de facebook como para tener bien claro que la arrogancia no es una de tus virtudes. Me perdono no haber leido aun la autobiografia? memorias? ficción novelada? de Raúl Martínez. Entre tu y yo: menos me perdono no haber leido aun "Siempre nos quedara Madrid".
ResponderEliminarY sí, coincido contigo en que le ronca la carabina de Ambrosio, pero entiendo que esos millonarios estadounidenses tienen esa imagen distosionada, putañezca, e incongruente con la verdad. En "vender" esa imagen se han gastado millones los sátrapas castristas.
Me lei la entrevista de Angel Santiesteban en 14 y medio y me impactó la honestidad con la que asume que como necesitaba una casa acepto digamos el chantaje de Abel Prieto de retirar 5 cuentos de su libro. Los mismos que salieron despues en otro. A alguna gente le parecera eso una "concesion". A mi me parece una cojonudez que esta pagando con carcel. Pero me estoy yendo del tema del post y te pido disculpas. Todo es del cristal del color con que se mire.
creo que "the botton line" de este y de casi todo lo que escribo es que lo que le ha pasado por encima a ese pueblo en todos estos años es posiblemente el sistema mas devastador que se haya inventado nunca para destruir la dignidad y la cordura humanas. para destruir cuerpos hay otros tan buenos o mejores pero como descojonador de almas a ese no hay quien le ponga un pie delante. asi que mas que juzgar o repartir culpas se trata de reconocer como primer paso la inmensa lesion que ha dejado en todos nosotros (en unos mas que otros, claro esta) y solo despues pensar en lo que podemos hacer con todo eso.
ResponderEliminarLa anecdota es definitivamente interesante. No solo demuestra que Portocarrero y Milian no simpatizaban con el gobierno, sino que Martinez podria haber sentido alguna culpa por haber contribuido a desarrollar la iconografia revolucionaria, como evidentemente lo hizo con su inmenso talento. Conjeturo que, al dar a conocer esa historia, Martinez trata de que el lector perciba como el mismo encuentra totalmente justificado -o mejor dicho, justo-que otros le reprochen aquella estapa de iconos revolucionarios. Aqui tendriamos el caso de una obra extraordinaria, cuya contribucion al pop internacional posiblemente siga siendo subvalorada, al servicio de un sistema politico opresivo. A Martinez hay que concederle el merito de la verguenza y del arrepentimiento. Es algo que echo de menos en los Nelson Dominguez, Flora Fong, Kcho y el cantautor Rodriguez, que tienen la cara como el concreto. No comprendo como no sienten remordimientos por apoyar a ese regimen, mientras ven como el pais empobrecerse a pasos acelerados. No hay que ser muy ciego para percatarse de que Rodriguez no cree para nada en ese sistema. Quien verdaderamete cree en aquella cosa? Si alguien me dijese que los hermanos Castro de verdad se piensan que han construido una sociedad mas justa, me reiria a carcajadas. Pero gente como Rodriguez y Kcho siguen dando la cara, no por ingenuidad ni por idealismo -como tal vez lo haya hecho Martinez- sino porque no tienen el menor sentido de la etica.
ResponderEliminarMartinez quiso dejar constancia de su arrepentimiento, aunque lo haya hecho de forma torpe, como a menudo se confiesan las cosas que averguenzan.
Esta noche comenzare su libro.
No escribo esto para discutir, sino como una observacion. Lamento si pudiese ofrecer la impresion de estar reprochandote algo. No es el caso.
De los millonarios usando la imagen de Raul Martinez, realmente le ronca la carabina, como bien dices.
No Ernesto, si agradezco muchisimo este intercambio porque me ayuda incluso a explicarme mejor de lo que lo intenté al principio. lamento eso si, no tener la capacidad de sintesis de los poetas como Jorge Salcedo cuando escribió el que creo que es el mejor resumen de lo que tratamos de decir:
ResponderEliminarTodos hemos puesto nuestro grano
en esta inmensa obra
de cobardía.
Claro que los valientes
han sido los que más
aportaron, para eso
tenían las medallas, los títulos,
las grandes oficinas.
Los otros, los valientes,
también desempeñaron su papel
difícil, decoroso.
Sin tomar parte estábamos nosotros,
los valientes.
Comprendo lo que Milián le dijo a Martínez, sobre todo desde el punto de vista artístico. Por supuesto que el poder opresivo del castrismo era algo de marca mayor y es comprensible que muchos no pudieran aguantar o pagar lo que costaba irle en contra. Pero, ahí están Antonia Eiriz, Hugo Consuegra, Guido Llinás y otros--aunque bien caro les costó ser dignos y consecuentes con su arte.
ResponderEliminarTeniendo en cuenta la gran obra abstracta de Martínez, da enorme pena que se rebajara a esos dibujitos chillones, picúos, vulgares y dolorosamente “comprometidos” con un sistema crudo y burdamente machista que solamente entendía de arte como forma de propaganda política. Aunque esa obra “revolucionaria” sea respetable o hasta buena dentro de las normas del Pop, sigue siendo una perversión y un desperdicio de un gran talento. Yo, que prefiero la obra de Los Once a la de Lam (uno que bien bailaba, aunque eso sea un asunto aparte), nunca le perdono al castrismo el daño que le hizo a la pintura en Cuba (entre tantos otros daños a tantas otras cosas). Repito, da mucha pena.
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