martes, 27 de mayo de 2014

Guevara, místico

En entrevista que le hicieran Abel Sierra Madero y Nora Gámez Torres a Alfredo Guevara y que resumen en artículo  en Letras Libres se pueden encontrar citas que retratan muy bien esa mezcla de pretensiones con frivolidad y arrogancia absolutas que caracteriza al pensamiento "revolucionario" cubano, una suerte de versión monga de "Memorias del subdesarrollo" valga la redundancia:

 "De toda maneras, y me lo creo, soy portador de una visión casi mística de mi país y de mi pueblo, pueblo en el que no creo. No creo que mi pueblo valga la pena: creo en sus potencialidades pero no en su calidad. A nosotros siempre se nos ha querido meter en el molde de la Unión Soviética. Conversando con un intelectual francés sobre las particularidades de Cuba en una ocasión, yo lo quería convencer de que éramos muy diferentes y ese día lo convencí, porque le dije: “Sal a la calle. ¿Tú crees que con esos culos y con esas licras se puede entender Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana?’ Acto seguido se rió y me entendió. Hay que tomar en cuenta el trópico, dios mío. En el trópico no se pueden aplicar ni siquiera las fórmulas más puras de Carlos Marx"

Como si esas fórmulas se hubieran podido aplicar en cualquier otro sitio. O como si cada vez que se aplicaran no trajeran desastres incalculables. En fin, esa insistencia tan marxista en culpar a la realidad de que sus teorías no funcionen.


6 comentarios:

  1. La crápula, perdón, cúpula “revolucionaria” siempre se caracterizó por una vulgaridad aplastante, incluyendo su aspecto “intelectual.” Estamos hablando de una partida de farsantes burdos, o sea, de pacotilla. Tales sujetos dieran tanta risa como la “Bananas” de Woody Allen si no hubieran resultado tan malignos y dañinos. Cierto, farsantes hay en todas partes, pero no en todas partes logran tomar poder absoluto y mantenerlo por medio siglo. Desgraciadamente, eso es un reflejo del pueblo de marras, aunque hayan otros factores involucrados en el desastre. A veces pienso que nuestros “hermanos” letrinamericanos se han dado tanta lengua con el castrismo porque éste rebajó a Cuba al nivel de sus miserables países.

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  2. Miguel Iturralde27 de mayo de 2014, 8:38

    O sea, que para este Guevara la lucha revolucionaria por desarrollar "hombres y mujeres nuevos" era como intentar arar en el mar. Por eso se atornillaron a sus flamantes puestos en la nomenklatura y se dieron vida de "hombres viejos". Qué clase de hp. Saludos.

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  3. Pero claro, Guevara estaba convencido de que él sí valía la pena, el muy arrastrado y torcido. Toda una sabandija, con perdón de esas criaturas. Para mí un homosexual castrista es algo tan repugnante como un judío Nazi, o demasiado cerca. Lo que pasa es que Guevara se creía no solamente un cubano superior sino un maricón superior a las locas de a pie, y despreciaba tanto a un grupo como al otro. ¡Qué clase de alimañas ha producido Cuba, caballero!

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  4. Está como pa gritarle lo que una jinetera le gritó a la otra en el malecón cuando se estaba haciendo la larga en vez de responderle directamente:"!Oye, no te hagas la mística, que tú no eres mística ni un pingón!".

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  5. El problema venia de antes de los culos y las licras contra el marxismo. El problema lo tuvimos cuando la arrogancia ignorante y el narcicismo le gano la batalla a la Republica.
    Que en paz descance.

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  6. Realpolitik dijo...
    A veces pienso que nuestros “hermanos” letrinamericanos se han dado tanta lengua con el castrismo porque éste rebajó a Cuba al nivel de sus miserables países.
    27 de mayo de 2014, 7:39

    Yo soy chileno. Escribo solamente para decirte: ¡Qué imbécil eres! No vale la pena responderte tus "argumentos".

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