En un libro publicado
en Cuba en fecha más o menos reciente (2009) sobre el músico Ñico Rojas la autora
reproduce una anécdota que le presenció el músico un día en que estaban
celebrando el cumpleaños del dirigente sindical Lázaro Peña y llegó Raúl Castro
“acompañado por su esposa”:
Luego de los correspondientes saludos, Raúl divisó a Frank [el pianista ciego Frank Emilio Flynn] y fue a sentarse en una banqueta cerca de él. Lo menos que podía imaginarse Frank eran las palabras que le dirigió: “Frank, por favor, tóqueme El Mambí, yo se lo escuché hace algún tiempo y es una obra que prefiero”. Frank se sentó ante sus confidentes teclas y, dueño de sus corcheas, fusas y semifusas, interpretó la pieza de modo que estremeció a todos. Raúl Castro, ante semejante demostración, le dijo emocionado que le pidiera lo que necesitase, y Frank respondió que no lo tomara como desprecio pero no requería nada, aunque, si quería agasajarlo, lo mejor que podría hacer era enviar libros a la biblioteca de ciegos Enrique José Varona que radicaba en el municipio donde vivíamos.“Tiempo después parqueó un carro frente a la institución y se comenzaron a bajar una gran cantidad de libros. El enviado dijo a la dirección del centro: “Este es un compromiso del general Raúl Castro con el maestro Frank Emilio”
Son muchos los
detalles que resaltan en esta historia: la no mención del nombre de Vilma Espín
y su doméstica reducción a la condición de esposa, el sabor kimilsuniano de la
historia, su infinita cursilería, la rara dignidad del pianista ciego, la vena
sentimental del tirano segundón. Sin embargo lo que más me llama la atención es
como empiezan a aparecer historias sobre la grandeza del sucesor, lo mucho que
me recuerdan los libros que se editaban en Norcorea con similares intenciones e
historias muy parecidas.
Pues que avancen con la guataquería y el firuleo porque este sucesor no es ningún spring chicken. Saludos.
ResponderEliminarLa misma güataquería que alguno de Uds. tienen con el jabao R. ROJAS, no te quejes.
ResponderEliminarEso de "General Castro" da risa amarga. El tipo es tan general como yo soy marciano. Y ahora dicen que va a darle ese rango al hijo con vistas a que herede el trono. Suponiendo que ese tuerto herede, todos los "progres" horrorizados por la idea de la libre y legítima elección a presidente de la hija de Fujimori en Perú o de Marine Le Pen en Francia no tendrán gran problema con Alejandrito de Castro III. Igual que se horrorizaron con Kurt Waldheim de la insignificante Austria, pero con Vladimir Putin todos tan campantes. Bueno, esto es un cuento muy viejo. Siempre ha habido hipocresía, pero en el caso de Cuba es prácticamente asfixiante.
ResponderEliminar¡Cuán insulso todo!
ResponderEliminar¡Todo!
Raul no es Fidel,no digo q sea bueno,es mas sentimental hay muchas COSas en cuba q fueron hechas por su inicuativa,es solo buscar
ResponderEliminar"Por favor, tóqueme El Mambí, yo se lo escuché hace algún tiempo y es una obra que prefiero.” El problema es que nadie habla así, al menos nadie que yo conozca (o quiera conocer). Bueno, a lo mejor Alfredo Guevara hablaba de esa forma, si acaso. Los Castro no son gente de artes, salvo para utilizarlas como han utilizado todo lo que se ha prestado a sus fines. Pero bueno, los plumíferos tiene que vivir de algo, lo mismo que las putas.
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