Y ahora sancionan a Robertico Carcassés –que
como se ve en esta entrevista dista de ser disidente, algo que dadas las
últimas declaraciones hace su gesto aún más valioso- y con el castigo dejan sin
argumento a quienes especulaban que su "improvisación" fue pactada
con el gobierno para dar muestras de apertura. La especulación, por absurda que
parezca tiene sentido cuando hay tanta gente incapaz de aceptar que alguien se
atreva a tanto sin permiso del gobierno. Una sanción que es vista por muchos
con alivio porque es feo que alguien le esté recordando a uno lo que significa
llenarse un día de valor, que venga a refrescarnos -con intención o sin ella- nuestra cobardía. Los
argumentos para afearle la conducta al músico son múltiples –de ello hablaba
ayer- aunque este último la verdad que no me lo esperaba y es que
“el preciso lugar para pedir eso es en el Palacio de las Convenciones o en el Capitolio (cuando la Asamblea Nacional vaya para allá), en las asambleas de opinión que se celebrarán cuando se reforme la Constitución o otros lugares [sic]… en cualquier lugar, menos en el sitio donde se estaba pidiendo la libertad de Los Cinco”.
En fin, que se multiplicarán las críticas contra el gesto de Carcassés como los penes y los peces de Nicolás
Maduro y es que un pueblo ha sido reducido a la impotencia durante tantos años
apenas puede creerse cuando uno de los suyos se atreve a hablar, cuando escucha su propia voz.
Pero bien lo pudiéramos ver todo de
manera distinta si nos atenemos al principio ético (resumido en el martiano “Honrar
honra”) de que no hay mejor oportunidad para arrinconar la miseria propia que
reconocer la grandeza ajena.
Nota: Una petición de Carcassés que fue pasada
por alto por la prensa "Yo quiero que liberen a los cinco héroes y que
liberen a María". Se trata de María Juana por supuesto. La que se fuma y
alegra. Y por ahí fue por donde empezó, para hacer notar que hablaba de cosas
que le importan. Que puesto a pedir no quería dejar nada fuera.
Aquí no sólo sancionarán a Robertico Carcassés, aquí a muchos más por lo menos le halarán las orejas. Y si eso pasa me alegro mucho porque sé cómo funciona el chantaje de las autoridades culturales: te dicen que tienes que participar en ese concierto y si no lo haces, ya sabes, te cierran puertas. Y como saben que no te puedes negar, de esa manera ellos le dicen al mundo que te tienen de su parte. Me alegra, además, que Robertico les haya hecho quedar mal.
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