Ahora se
aprovecha que ha pasado ya bastante tiempo para hablar de una época de oro de
la pelota cubana. La sitúan nada menos que en la década de los ochentas justo
la que empezó con los cubanos perdiendo en 1981 en la Intercontinental de Edmonton
contra un equipo de universitarios norteamericanos y al año siguiente en los
Centroamericanos de La Habana contra República Dominicana. Cierto que luego se
ganaron la mayor parte de los torneos importantes aunque había que sudarla
contra equipos norteamericanos compuesto por jugadores universitarios como en los
Panamericanos de Indianápolis en el 87 o el Mundial de Parma del 88 que se ganó
porque entre otras cosas los árbitros le perdonaron un claro manotazo de
Casanova a Tino Martínez y lo declararon quieto.
P.D.:
Los bateadores más
finos de aquella época (pienso en Casanova, Gourriel, Pacheco, tal vez Linares)
supongo que tendrían su posición asegurada en grandes ligas aunque no sé si su
condición de estrellas. Víctor Mesa hubiera tenido un impacto parecido si no mayor al de Puig en estos días. El gran
problema de los bateadores cubanos es que no están acostumbrados a los
lanzamientos de rompimientos bien tirados. La liga cubana tiene demasiados
equipos y así es imposible mantener un pitcheo de calidad. La falta de fogueo a
niveles más exigentes hace el resto. pero lo indiscutible es que sobre eso no
podemos más que especular porque lo cierto es que nunca se pusieron a prueba y
esa es una espinita que todos los
grandes peloteros cubanos tienen clavada: la de no haberse probado al máximo
nivel, la de no conocer con certeza cuál era su valor.
P.D. 2:
P.D. 2:
En la transición
de los jugadores de la serie nacional a las grandes ligas en los últimos 20
años se puede observar un fenómeno llamativo: mientras en los noventas eran
fundamentalmente los lanzadores los que conseguían establecerse en las mayores
en los últimos años parece llegar la hora de los jugadores de posición. Mi
sospecha (más que teoría) es muy simple: mientras en la era del aluminio los
vapuleados pitchers cubanos tuvieron que desarrollar un extra para esquivar el
poder exagerado de los bates contrarios desde la reimplantación del bate de
madera en las series nacionales de la isla le va siendo menos difícil a los
bateadores adaptarse al juego en las mayores. Aunque ojo: todavía son minoría
los que consiguen sobresalir realmente como bateadores mientras que los demás
han conseguido sus puestos regulares gracias a sus virtudes defensivas.
Como si importara un comino la calidad, real o imaginaria, de los peloteros "revolucionarios." Y dicho sea de paso, bastante poco importa la de los peloteros "imperialistas."
ResponderEliminarquerido nihilista: te puedo responder de dos maneras. en una te diria que por supuesto no importa nada de eso pero añadiria que tampoco importa ningun otro tema, que frente a la vastedad del tiempo y del universo todo suena a inutil pataleo de hormigas engreidas. pero tambien podria preguntarte si puedes imaginarte un tema mas importante -y apasionante- que el valor de un ser humano.
ResponderEliminary esa es una espinita que todos los grandes peloteros cubanos tienen clavada: la de no haberse probado al máximo nivel, la de no conocer con certeza cuál era su valor
ResponderEliminarMuy bien dicho, tomando en cuenta que hablas de peloteros de los ochentas, cuando todavía el pitcheo de Grandes Ligas era enorme.
Así como dices, especulando, hubiese sido interesante un enfrentamiento entre los mejores bates cubanos de su época contra un Tom Seaver, Nolan Ryan, Bob Gibson o un Denny McLain -el último pitcher en ganar más de 30 juegos en una temprada regular- en plenitud de forma.
Saludos.
La supuesta decadencia del beisbol cubano no existe,el beisbol cubano es el mismo.Lo que pasa que se van los mejores,como en el voli y otros deportes .Mira cuantos no hay jugando en la MLB que se hicieron peloteros en Cuba.
ResponderEliminarLOs equipos "univesrsitarios" norteamericano son integrados por talentos bien seleccionados en ese pais de mas de 500 millones de habitantes a los cuales le han otrorgados becas y se preparan para jugar en las mayores , cuando juegan salen a comerse un leon .
Para que Cuba vuelva a tener un buen equipo no depende solo de Cuba dependera tambien de EEUU ,porque aunque Cuba autorise a sus peloteros que hoy juegan en la MLB a represntarnos,dudo mucho que la MOLB Y EEUU los dejen.
Ni soy nihilista ni creo que nada importa, y mi lectura del post indica que se trata de pelota y peloteros, no del "valor de un ser humano." Considero que personas bien mayorcitas jugando juegos, por muy bien que lo hagan, no merece ni remotamente la importancia que recibe. Cierto, muchos no comparten mi manera de pensar, pero eso es asunto de ellos, no mío. En el contexto de Cuba, sobre todo la desastrosa y horrenda Cuba castrista, me parece que discutir sobre si sus peloteros son mejores o peores jugadores es...bueno, mejor me guardo mi opinión, pues si ya se me toma por nihilista, posiblemente se me tomaría por demente.
ResponderEliminarY volviendo a eso del valor de un ser humano, se puede ser el mejor pelotero (o lo que sea) del mundo y valer poco o nada como persona. Eso pudiera llamarse el Síndrome Alonsova, como Cabrera Infante llamara a cierta bailarina cubana embalsamada en vida, la que yo llamo la Prima Bruja Assoluta. Desde luego, es posible poner el talento por encima del carácter, y hasta justificar o ignorar todo tipo de hijeputez porque el sujeto es un gran atleta, escritor, pintor o de lo que se trate, pero yo no entro en ese juego.
Dicen que el gran celista catalan Pablo Casals, exilado en un pequeño pueblo en la frontera entre España y Francia, NO TOCABA en ningun pais que tuviera relaciones con la España de Franco. Dijamos, ese era un tio con principios y valores humanos excepcionales. Los valores humanos no son las habilidades humanas, Roberto Clemente y Mariano Rivera son grandes seres humanos que se ganan la vida jugando con una pelotica y un bate, para deleite de algunos e indiferencia de otros, El villano, el castrismo, que obliga a escoger a seres con el talento, les prohibe desarrollarse como deportista y ser humano. Vease el caso del vallista en Francia. Y Ud dira que importancia tiene un tipo que hace maravillas saltando palos?
EliminarPara Anónimo 2:23, aclarando:
ResponderEliminara 1 de julio de 2013, habían 316,500,000 de habitantes en USA.
Rey Ordoñez fue el pionero de ese grupo de jugadores de posición -P.D. 2- que se abrieron paso gracias a sus dotes defensivas.
ResponderEliminarNo son 316 517 000 de habitantes? Para ser mas exacto 248 709 873 de habitantes en 1990. Te pasaste en unos milloncitos compadre. C omo todo buen cubano especulan hasta con la cantidad de habitantes de un pais.No obstante lo primero es lo mas importante dejar a los peloteros jugar en grandes ligas despues veremos que hacen o dejan de hacer los americanos que al fin y al cabo esta es su liga (la mejor del mundo) y la manejan como les salga de los huevos...Envidiosonnn... Por cierto, si juegan en grandes ligas no representaran a cuba sino al equipo para el que esten jugando
ResponderEliminarLo mejor para mi es el titulo: "Hablar de pelota no cuesta nada", asi que aumentaran los comentarios a mas de 300 y pico de millones ( o millonas ) que parece que alguien no se enteró que despues del censo del 1990 se hizo uno en el 2000 y otro en el 2010, que se hacen cada diez años, pero el tema es la pelota y no el censo, asi que me retiro, me aburre el tema...
ResponderEliminarClaro que te tienes que retirar, tu imbecilidad aburre...
ResponderEliminarel problema de la pelota en cuba no son los peloteros. es fidel y raul. como en todas las otras areas. son los dirigentes que tienen un mojon en la cabeza y toman decisiones pesimas. son los estadios, el albergue, el transporte. por supuesto, el dinero, los uniformes, la jama, el inder y goes on and on. siempre ha habido y habran peloteros a la altura de gl (garbey, puig, cespedes, etc) y hay otros que tendrian que jugar en la liga de mexico o de venezuela (cañizares, marti, etc). igual que en epocas anteriores. ah, que cada vez el nivel es mas bajo, seguro, igual que el del pais, no puede ser diferente.
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