Hace un mes nadie –a menos que lo cegara la pasión- daba un centavo por la victoria de Capriles en las elecciones de ayer. No en medio del luto por el mandatario más carismático que haya tenido Venezuela en su Historia (algo para desconfiar de la Historia y el carisma por toda la eternidad). Incluso a pesar de toda la ventaja derrochada, en vísperas de las elecciones hasta la CIA daba como ganador al bigote que le hablaba a los pájaros. Hubo que sufrir la extrañísima ausencia de cualquier resultado parcial y luego, llegando a la media noche, el anuncio de un resultado “irreversible” para que la victoria de Maduro se hiciese altamente sospechosa. O no. Será que cuando un hombre o grupo lleva tanto tiempo en el poder, cuando controla tantas cosas en el país, desde buena parte de la prensa hasta el consejo electoral pasando por el tribunal supremo, la única manera de demostrar que se juega limpio es perdiendo.
"..la única manera de demostrar que se juega limpio es perdiendo.."
ResponderEliminarEsta es una frase genial.
Y lo siento por los venezolanos pero el guateque de maduro pasará a podrido. Venezuela será un textbook case histórico de como un país dotado de vastos recursos naturales y con el potencial humano para estar en la vanguardia mundial, se dejó absorber por una dictadura corrupta. Como las moscas, si hay un cake y una plasta de mierda, se posan sobre la última. Saludos.
ResponderEliminarAqui no hay misterios porque todo esta bien claro y bien planeado.
ResponderEliminarLos chavistas controlan el Consejo Nacional Electoral,el Tribunal Supremo, y las maquinas de votar. Todo bien amarradito y cerrado.
Y como decia Jose Stalin: "no cuenta quien vota, sino quien cuenta los votos" y quien cuentan los votos? Los chavistas.
Mas claro ni el agua.
Francotirador
Si los chavistas cuentan los votos 1 a 1, se tomaran 6 años para terminar la labor.
ResponderEliminarAl menos quizás ahora el cadáver de Chávez podrá descansar en paz
ResponderEliminarEsta gente da pena. Siguen creyendo que se pueden salir del chavismo por las urnas. Me recuerda la frase del dictador cubano Machado: "A mí no se me tumba con papelitos." Y efectivamente, hubo que tumbarlo a la fuerza (y eso que no era un dictador comunista, que siempre es mucho más difícil de tumbar).
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