Dice Fernando Ravsberg, el corresponsal de la BBC en Cuba:
No me parece que estemos presenciando en Cuba un aumento de la corrupción de "cuello blanco", lo que ahora oímos son los ecos del combate contra ella. Una nación no debería avergonzarse sino sentir orgullo cuando pone la casa en orden y lava los trapos sucios. Pero una mayor transparencia en estos procesos enviaría un mensaje más claro a quienes manejan los recursos del Estado, eliminaría los rumores malintencionados, protegería la integridad de las personas inocentes y daría a la población la real dimensión del problema.
Como
si en realidad el objetivo fuera eliminar la corrupción o al menos controlarla.
Al parecer no se quiere enterar que esta nueva cruzada contra la corrupción –al
menos en lo que atañe a los altos cargos- es sobre todo una jugada política
para sacar de la escena a la competencia económica y política de los militares-
empresarios (y si pueden mezclar el espionaje, pues mejor). Disponen ahora de
Ricardo Alarcón y Eusebio Leal de la misma forma que antes hicieron con Lage y
Pérez Roque. Pero el compañero Ravsberg,
quien lleva suficiente tiempo en Cuba como para atar los cabos, parece no
reconocer el modus operandi ni aunque se lo pasen treinta veces por delante de
las narices, como le hicieron a Herbert Matthews. Habrá que echarle la culpa al
trópico, que no deja que los corresponsales puedan concentrar lo suficiente la
atención en la realidad que observan.
H/T: Penúltimos Días
Enrisco, con todo el respeto que me mereces, y qué más dá?, eso es más viejo que tú y yó juntos, ese suplente de judío periodista no dice nada relevante, y te doy la razón, en algún momento todos estaremos muertos y dará para menos.
ResponderEliminarravsberreando. le dieron agua de sobaco y se la pasa chupandole el rabo a la jutia
ResponderEliminarDefinitivamente cuando uno lee cosas como estas escritas por personas que han sido educadas y han vivido en libertad, no queda mas que pensar que son victimas del chantaje. Nada tan grotesco pudo haber sido escrito desde la sinceridad, solo con una pistola en la cabeza, o una foto comprometedora sobre un escritorio, o un fajo de billete en un sobre. No se sabe cual, pero alguna de ellas es.
ResponderEliminarTartarín de Tarascón culpaba al sol...
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