Hoy en Diario de Cuba aparece una entrevista que me hizo el escritor Manuel Sosa a propósito de "Siempre nos quedará Madrid". Los dejo con la primera pregunta y la respuesta correspondiente:
Siempre he creído que la transcripción de nuestra propia realidad sería más eficiente, literariamente hablando, que acudir a la ficción en cualquiera de sus variantes. Por supuesto, estoy pensando en la Cuba reciente y su cuota de absurdo, ridículo y caos. ¿Compartirías ese aserto, y podría esa condición enriquecer un género que escasea en nuestras letras: el memoir?
No estoy seguro de que el memoir sea un género más eficaz para transcribir nuestra realidad pero sí pienso que es imprescindible. Nuestra cultura tiene un déficit de memorias, diarios, autobiografías, biografías, monografías históricas y todas esas variantes de lo que llamo "géneros útiles": los que están relacionados con la memoria personal y colectiva y que son los que dan profundidad y solidez a una cultura.
Los pocos ejemplos que existen casi siempre están dedicados a próceres y asesinos ilustres que no creo que sean los que mejor nos resuman como pueblo. Sin imaginación no hay sentido (de la vida, del mundo) pero sin memoria no hay imaginación. Yo atribuyo esa carencia de producción literaria asociada a la memoria a una severa falta de autoestima en un pueblo que pretende trascender la pobreza de sus circunstancias a través de la ficción y del mito. Pero no basta con criticar, algo hay que hacer para suplir ese vacío.
En el caso concreto de Siempre nos quedará Madrid escogí las convenciones del género delmemoir no porque mi experiencia como inmigrante fuera excepcional sino justo por lo contrario: era tan típica que pensé que de alguna manera podía resumir la de toda una generación que emigró en los años 90, sobre todo a Europa que hasta entonces había sido un destino migratorio más bien raro entre los cubanos. En ese sentido el memoir me resultó más eficaz. Intentar traducir a la ficción esa realidad cotidiana y repetida del inmigrante hubiera sido falsearla.
La entrevista completa aquí
Enrique nuestra realidad es tan absurda que es incomprensible para quien no la ha vivido juegatela al canelo...somos y vivimos (los cubanos)en una republica de Kafka donde lo increible es real.....lo mas jodio es que cuando tratamos de explicar nuestra experiencia nos damos cuenta que no hay quien nos crea....
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